EnredadosLos días en los que tengo que hacer cosas de adulto responsable me ponían mal y hoy era uno de esos días.
Había aplazado enviar aplicaciones de empleo, hasta ahora y seguía en eso porque no es fácil conseguir un trabajo de medio tiempo y que tenga algo que ver con mi carrera, historia del arte.
Tenía que ser en un museo, editorial e incluso he aplicado varias veces para guía turística, pero por la falta de tiempo no es muy conveniente. A este paso me quedare sin trabajo este semestre porque llevaba al menos dos horas revisando correos y mandando algunos más, estaba cansada y mis ojos me estaban picando por consecuencia de la luz de la computadora. No necesito lentes, pero tenía un par en casa que serviría para no quedarme ciega en el futuro solo que los olvidaba.
Cierro mi computadora dándome por vencida y guardo mis cosas para dirigirme al taller sin muchas ganas.
Atravieso las puertas de la entrada del teatro, percatándome de que hay más personas de lo normal andando de un lado al otro con cajas, materiales y ropa por todo el escenario.
—Necesito que se terminen de hacer los muebles, en dos semanas comenzamos los ensayos —habla Charlie elevando el tono de su voz.
Quiero decirle algo más, pero se va. Es demasiado pronto, pero no cuestiono y me doy la vuelta encontrándome con el castaño sentado en una butaca sin muchos ánimos y camino hacia él.
—No te vayas a cansar —me cruzo de brazos frente a él.
Ares me observa sonriendo levemente.
—Acabo de llegar.
—Pues vamos.
Le extiendo mi mano para que la tome y se levante.
Nos dirigimos a la parte de atrás buscando las cosas, Ares señala las partes de un comedor y las llevamos en donde no estorbemos a nadie. Lo miré esperando a que dijera algo cuando dejamos las piezas recargadas a la pared, pero no lo hizo. Comenzó a mover las cosas en silencio y hago lo mismo, no habíamos hablado mucho estos días.
El tiempo pasa y cuando me doy cuenta, la mesa estaba lista y solo faltaban las seis sillas. La tención me estaba carcomiendo por dentro, odiaba esto, Ares y yo no éramos de quedarnos en silencio por mucho tiempo y no quería seguir así. Nos entendíamos bastante como para arruinar esto por una tontería, si es que él lo veía de esa manera.
Se ha dado un descanso para mirar su teléfono y me muerdo el labio antes de hablar, nerviosa.
—Habrá una fiesta en casa de Rhett ¿Iras? —comento intentando sacar conversación.
Enseguida niega bloqueando su teléfono y guardándolo en su pantalón.
—No soy bienvenido ahí.
Sigue sin mirarme y se a lo que se refiere.
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No me digas adiós [1]
RomanceCallie es una chica cuyos problemas los podía contar con los dedos de su mano, inteligente, divertida con complejo de comediante y siempre ha mantenido un perfil bajo en la universidad, hasta que él llega y la saca de su zona de confort. Jamás se vi...