Sin limite
El día transcurre mientras se repite en mi cabeza la conversación que tuve con Max hace un rato, sobre todo en las muchas posibilidades que eso que hará puede traer.Una vez en el teatro me encuentro con el castaño que apenas lo veo, me lanzo contra de él rodeando su marcado y duro tórax abrazándome de él. Parece sorprenderse sin embargo no me aparta y cierro los ojos inhalando su inconfundible aroma.
—¿Qué pasa? —dice dejando un brazo por mis hombros riéndose.
—No te burles —lo reprendo sin apártame, todo lo contrario, reafirmo mi agarre— necesito un abrazo.
Ares lo hace por inercia y me envuelve con mayor firmeza entre sus brazos, suspiro demasiado fuerte. Nos mantenemos un tiempo así, acaricia mi cabello y me aferrada a él, cuando escucho las voces cada vez más cerca abro los ojos y me aparto sin querer hacerlo.
—¿Qué sucede Caramelo? —me ve preocupado con sus cejas fruncidas.
Suspiro antes de soltarle lo que había pasado hace unas horas y prepararme para hablarle de Max. No le había dicho nada, ni siquiera que había ido a su casa, menos del beso. Ahora que después de eso me quisiera ayudar sonaba tonto, aunque era cierto o es quería creer.
—Me vi con Max hace unos días, ¿recuerdas que me preguntaste? —lo miro y este asiente bastante serio— bueno, pues quería que fuéramos a comer y acepte, conversamos un rato y después no sé cómo es que le dije lo que había pasado, enfocándome en la parte en que me drogaron y ya sé que debes pensar que enloquecí por preguntarle a un dealer sobre una droga, pero me dijo que me ayudaría después de... —me corto, Ares no sabe lo que pasó en su casa.
—¿Después de que?
—De que le contará un poco la situación —digo como puedo y asiente un poco comprensivo— Max se ofreció a ayudarme porque él conoce algunas personas que venden ese tipo de droga en específico y fue que me volví a reunir con él hace un rato para hablar sobre eso, me hizo algunas preguntas sobre esa noche y está casi seguro de que encontrara quien compro la droga.
Sabía que estaba disfrazando demasiado todo, pero he decidido no hablarle del beso porque no creo que sea buena idea mencionarlo ahora.
—¿Cómo estás segura de que te ayudara? —cuestiona— Puede que te esté engañando.
—Él sabe de eso, vende drogas, pero dice que no vende ese tipo y solo hay unas pocas personas aquí que se dedican a lo mismo... —me muerdo el labio, un poco tensa con todo esto— además, ha querido que le diga una lista de las personas que estuvieron esa noche conmigo. Piensa que pudo haber sido alguno de ellos, aunque en realidad pudo haber sido cualquiera.
—Fue Rhett.
—Probablemente —suspiro—, pero pudo mandar a alguien más a comprarla ya que me dijo que él no hacía eso. Aunque ya no sé qué creer de todo lo que me dijo.
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No me digas adiós [1]
RomanceCallie es una chica cuyos problemas los podía contar con los dedos de su mano, inteligente, divertida con complejo de comediante y siempre ha mantenido un perfil bajo en la universidad, hasta que él llega y la saca de su zona de confort. Jamás se vi...