Olvídate de mi
Siempre va a ser más fácil describir a alguien más que a ti.
Me pueden preguntar por mis amigos, mis padres e incluso personas que ya no están más en mi vida que no tendré ningún problema en hablar sobre de ellos, pero sí de mi estamos hablando, es difícil. Lo mismo pasa cuando tienes que decir tus defectos, los cuales será mucho más fácil decir que mencionar tus virtudes.
Lo recordaba y me sentía terrible porque se cómo Cynthia, mi terapeuta que, si bien no lo dijo, sé debe haber sentido al no haber capaz de darle aquella información sobre mí cuando me lo pregunto. Me pidió que le dijera tres virtudes y me tomo más tiempo poder decir que soy demasiado curiosa, intento ser amable y tengo un peculiar sentido de humor. Tal vez no lo dije de la mejor manera, pero lo intenté, de verdad que lo hice.
Había recurrido a ella dos días después de lo ocurrido con Ares, no podía seguir con más espacios en blanco en mi mente y si algo tenía muy claro, es que no está mal pedir ayuda. Me estaba hundiendo y no me gustaba sentirme así y no sabía cómo salir de ahí. Mi mamá siempre decía que lo mejor que podemos hacer es mejorar para nosotros mismos y eso quiero hacer. Se que no es fácil decirle las cosas a un desconocido, pero le conté lo que ocurrió con Ares y que sentía que moriría. Quería una respuesta y ella dijo que era muy pronto para darle un nombre, pero menciono que podría haber sido un ataque de pánico.
Tuve un ataque de pánico.
Cuando menciono eso, recordé que cuando era pequeña me la pasaba husmeando entre los archivos de mamá, quería jugar y siempre terminaba haciéndole preguntas que, la mayoría de las veces no entendía su respuesta. Dijo que los ataques de pánico son muy comunes, pero las personas no lo trataban como debían y no lo sabían. Para que lo entendiera, me dijo que sientes mucho miedo como si estuviese ocurriendo algo horrible, cuando en realidad no te está pasando nada y eso sentí.
Cynthia me pregunto si había ocurrido antes y la verdad no lo recordaba, me había sentido nerviosa y ansiosa por ciertas situaciones que me causaban miedo como nuevas experiencias y esas cosas, pero jamás me había sentido al borde de la muerte. También pregunto si había estado expuesta a situaciones o experiencias que me resultarán estresantes e incluso que me sintiera en peligro y solo me quedé callada porque no sabía cómo decirlo, no me sentía preparada.
Hoy había pasado lo mismo, mi segunda sesión con ella, la veo una vez por semana y realmente se me había hecho eterno tener que esperar para hablar un poco de cómo me sentía, aunque siguiese evadiendo el tema. Hice mención que paso algo hace dos semanas y que no lo recordaba, pero sabía que esa información no servía de nada si no le decía por qué. Tan solo de recordar lo que me dijo se me remueve el estómago.
—Callie —me llamo, tenía la vista en mi regazo en el cual se encontraban mis manos entrelazadas, no podía verla a la cara porque en parte sabía lo que diría—. Entiendo que sea difícil de expresarlo, pero para poder continuar necesito que tengas la confianza de decírmelo, de lo contrario estás poniendo un muro que no me será fácil escalar.
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No me digas adiós [1]
RomanceCallie es una chica cuyos problemas los podía contar con los dedos de su mano, inteligente, divertida con complejo de comediante y siempre ha mantenido un perfil bajo en la universidad, hasta que él llega y la saca de su zona de confort. Jamás se vi...