¿Por qué él?
En las vacaciones de verano, una semana antes de iniciar las clases de nuestro tercer año, Ares recién cumplía un año de haber llegado al campus y seis meses de nuestra amistad, por lo que decidimos ir a la fiesta que se realizaba cada año para despedirse del verano, que solo es una excusa más para beber. El año pasado fue la primera vez que asistía y termino bastante bien, recuerdo casi todo lo que paso esa noche.
—¿Ya te pondrás algo de ropa? —digo sentada en la silla frente a la cama viendo a Ares dar vueltas por su dormitorio.
Va medio vestido con un pantalón y el torso descubierto, había pasado los últimos veinte minutos buscando una camisa que según él estaba por algún lugar de su habitación.
—Si encontrara mi camisa, lo haría —eso sonó tan nena que podría reírme en este instante, pero soy el apoyo moral aquí así que no puedo hacerlo.
Debería ser yo la que se tarde en arreglarse y no él, pero nuestra amistad nunca ha sido convencional.
—Tienes cinco minutos o llegaremos tarde y ya sabes cómo se pone Kelsey —amenazo y creo que me ignora porque no dice nada.
Toma una camisa del monto de ropa al lado de su cama y se la pasa por la cabeza, agradezco internamente porque verlo sin nada me estaba haciendo delirar. Se voltea hacia mí una vez que se ha visto en el espejo y revuelve sus cabellos castaños haciendo caer mechones en su frente. Subo mis pulgares sonriendo, haciéndole ver que ha quedado bien.
—Una cosa más —avanza hacia la pequeña mesa de noche junto a su cama y saca un paquete de preservativos, toma algunos y los mete en su pantalón, no puedo evitar rodar los ojos— ¿quieres uno? —me ofrece y niego con la cabeza.
Rio y me lanza una de todas formas, lo alcanzo torpemente moviendo la cabeza. Ares termina de arreglarse y me levanto para tomar una sudadera de su armario, sé que más tarde estaré muriendo de frio y así tendré esto en su auto.
—Vamos —me dice y me doy una última mirada en el espejo.
Llevo una falta negra corta pegada que resalta mis caderas con un top del mismo color de tirantes que deja ver un poco mis pechos, no es como que tuviera mucho que enseñar, pero se defienden. Tenis blancos, mi cabello castaño largo cae sobre mis hombros en ondas y llevo algo de maquillaje que resalta mis ojos miel, mascara de pestañas, labial rojo y esas cosas que me entretiene ponerme en la cara.
—Te ves bien —me toma de sorpresa besándome la mejilla y enseguida mi piel se eriza por ese repentino acercamiento, medio sonrío un poco anonadada.
—Andando —lo jalo de la manga de su chamarra que se ha puesto de último momento, haciendo caso omiso a su gesto y lo que me ha hecho sentir.
Salimos de su residencia y en cuestión de minutos estamos frente la fraternidad de Kelsey. Chicas salían y entraban esa noche, y como no, toda la universidad estaría en la dichosa fiesta. Miro por la ventana mientras esperamos a que salga. Enseguida la veo atravesar la puerta y corre hacia el auto.
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No me digas adiós [1]
RomanceCallie es una chica cuyos problemas los podía contar con los dedos de su mano, inteligente, divertida con complejo de comediante y siempre ha mantenido un perfil bajo en la universidad, hasta que él llega y la saca de su zona de confort. Jamás se vi...