Sin escape
Dios mío.
No sé cuánto tiempo me toma asimilar lo que está sucediendo, incluso creo que me lo estoy imaginando y que mi cerebro me está jugando sucio, pero la humedad de sus labios sobre los míos, la calidez de su cuerpo pegado al mío y ver el rostro de Ares sobre mí demasiado cerca solo me lo comprueba, está pasando. Me está besando.
¡Reacciona!
Me toma más de lo que me gustaría admitir hacerlo. Lentamente respondo al beso con un poco de miedo, como si estuviese haciendo algo mal. Al comienzo solo siento la presión de sus labios con los míos, pero después, el beso parece comenzar.
Cierro los ojos al momento que mueve sus labios de manera lenta para ir incrementando poco a poco hasta que estamos en una guerra hambrienta como si estuviésemos desesperados. Ares presiona su cuerpo con el mío haciendo que me recargue por completo en la pared sintiendo parte de su peso contra mí sin hacerme daño. Mis manos viajan torpemente hacia su pecho tocándolo con cuidado, como si tuviese miedo de quemarme, como si fuese algo prohibido. Llego hasta sus fuertes y marcados hombros dejando mis manos apoyadas sobre estos para arriesgarme y abrir la boca dando acceso completo a su lengua que enseguida juguetea con la mía. Mierda.
El sabor del alcohol y algo dulce se mezclaren nuestras bocas, el beso se vuelve cálido y húmedo, en algún momento tengo que mover la cabeza por la necesidad de querer más. Mis manos suben hasta su cuello enredándolas en este atrayéndolo a mí, si es que eso es posible. Ares succiona y lame mi labio inferior sacándome un jadeo cuando lo muerde levemente.
Una parte de mi me está gritando y cuestionando que estoy haciendo y la otra quiere disfrutar porque la calidez de su cuerpo sobre el mío, su lengua recorriendo mi cavidad bucal se siente tan familiar y a la vez tan nuevo que no puedo pensar con claridad, simplemente me dejo llevar por el momento. Elijo disfrutar.
La música del lugar suena y la escucho a lo lejos, no porque estemos retirados de todo, sino porque estoy sumergida en esta burbuja peligrosa donde nuestros cuerpos están pegados y nuestros labios fusionados desatando un millón de sensaciones. Sus manos sobre mis caderas mientras revoloteo su cabello, nuestras cabezas moviéndose al compás de las batidas de nuestros labios, siguiendo el ritmo que marcan nuestras leguas dejándonos sin aire.
Segundos más tarde nos apartamos observándonos directamente a los ojos, aquel mar que se ha oscurecido y que por la falta de luz apenas puedo observar me hipnotiza quitándome la habilidad de hablar. Nuestros pechos se mueven de manera rápida por la falta de aire, Ares se mueve, acercándose para recarga su frente sobre la mía, inclinándose para quedar a mi altura. Siento su aliento quemar mi piel, una amplia sonrisa se forma en su boca que termina reflejándose en la mía y no soy capaz de soltarlo porque no quiero que esté momento se acabe.
Me detengo a observar su rostro bien definido y marcado, esas largas pestañas que adornas sus ojos, los labios finos rosados por la presión que hemos ejercido donde baila una sonrisa, el castaño parece que está definiendo igual mi rostro haciendo que me ardan las mejillas. Sus ojos buscan los míos y siento que de alguna forma me dice que está bien y le devuelvo el gesto.
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No me digas adiós [1]
RomanceCallie es una chica cuyos problemas los podía contar con los dedos de su mano, inteligente, divertida con complejo de comediante y siempre ha mantenido un perfil bajo en la universidad, hasta que él llega y la saca de su zona de confort. Jamás se vi...