No me digas adiós [1]

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Y nadie más que tú

Apartada de todas las personas, me senté escuchando la escandalosa música desde aquí En otra estación del año estaría repleto aquí afuera, pero hace demasiado frio y solo hay un pequeño grupo de chicos fumando. Me estaba congelando, mi nariz está demasiado fría, seguramente esta roja, no parece que nevara, aunque sí que la temperatura está bajando, pero creo que eso era lo último por lo que debería preocuparme. Suelto un largo suspiro que sale de mi boca como si estuviese estado reprimiendo aire todo este tiempo.

Por más que quería distraerme de mis pensamientos no me dejaban ni un momento en paz. Todo está pasado demasiado rápido que no me está dando oportunidad de procesarlo.

—¡Callie! ¡Aquí estas! —la escandalosa voz de Kelsey hace que me voltee hacia ella, viene hacia mí con una enorme chaqueta peluda y al momento que ve la expresión en mi rostro frunce el ceño— ¿Qué tienes? ¿Por qué estás aquí?

Me extiende lentamente el vaso que lleva con ella, lo huelo y luego tomo un pequeño sorbo haciendo una mueca. Tequila.

—Solo quería estar un momento sola —digo encogiéndome de hombros.

— ¿Qué paso? —esta vez ella se sienta a mi lado y miro al frente suspirando.

—Digamos que tengo todo lo que habia esperado de Ares, me ha dicho que quiere algo conmigo más allá de ser amigos, pero se irá.

—Mierda —murmura dejando una de sus manos sobre mi pierna— ¿no se quedará?

—Kel, es su fiesta de despedida, se ira.

—¿No quiso quedarse cuando le dijiste?

—Si, pero le dije que jamás le pediría que hiciera tal cosa, no pienso vivir con la idea de que pudo haber perdido la oportunidad de su vida por mí.

Tengo la mirada perdida y le doy otro sorbo a la bebida, era eso o llorar y ya no quiero derramar ni una lagrima, al menos no hoy.

—¿Eso por eso que se va? ¿Por qué no quisiste?

Parece confundida y le cuento todo, se emociona y suelta un gritillo haciendo que su bebida tambalee, pero sus facciones caen lentamente al momento que termino. Espero a que Kelsey procese toda la información que le acaba de dar.

—Sé que ha pasado mucho en tan poco tiempo, igual me tomó de sorpresa, todo.

Tiene los ojos bien abiertos bebiendo mientras mueve la cabeza.

—Tienes que decirle que no se vaya —menciona.

Muevo la cabeza.

—Es tarde para eso y no lo hare, tenemos un acuerdo después de todo.

—¿Esperarás seis meses?

—Puedo hacerlo, he estado esperando más —suelto un suspiro que me hace bajar los hombros.