No me digas adiós [1]

17

Destino oculto

Ares

Llevo mis manos a la cara, cansado escucharlos hablar. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero comenzaba a fastidiarme.

—¿Cuándo vendrás? —escucho aquella voz cansada que en realidad no lo está.

—Pronto —aseguro.

No puedo darle una fecha cuando ni siquiera yo sé cuándo iré a visitarlos.

—Estás a una hora de aquí, no sé porque no te gusta estar con nosotros —reclama.

Sus palabras me hacen rodar los ojos, el dramatismo no puede abandonar ni un segundo el cuerpo de la mujer que me trajo al mundo.

—No es eso —aclaro— tengo cosas que hacer y no puedo solo irme.

—Pues parece que sí —refunfuña—. Me organizaré con tu padre para visitarte, ya que parece que no puedes pasar un fin de semana con tu familia.

Suspiro exhausto.

Cuando se pone en su plan de "no nos quieres porque no nos visitas", realmente no quiere decir eso. Si los visito solo que no tan seguido como ellos quisieran o al menos como mi madre quisiera. Ahora no tengo mucho tiempo libre, entre la carrera, entrenar, trabajos, amigos y ahora el seguimiento del intercambio, apenas tenía tiempo para respirar. Ir a visitarlos me atrasaría, pero supongo que intentaría encontrar una manera de hacerlo funcionar.

Exhalo aire mirando el teclado frente de mí.

—Iré —termino diciendo— no sé cuándo, pero lo haré —reafirmo pasándome una mano por el cabello mojado.

—Te daré este mes, de todas formas, vendrás para acción de gracias, pero quiero verte antes, extraño a mi bebé.

Con aquellas palabras y ese tono meloso me es inevitable no rodar los ojos, otra vez.

—Ese no soy yo.

—¡Mi bebé mayor! —aclara y no puedo evitar reír.

—Te avisaré cuando vaya, saluda a papá y a tu hijo favorito —digo en tono burlo lo cual hace que suelte un suspiro.

—¡Ares! —me regaña.

—Estoy bromeando —digo riendo.

—No me gustan ese tipo de bromas —brama— sabes que amo a mis bebes por igual.

Por bebés se refería a mi hermano menor que está en plena adolescencia y a mí, claramente los dos hacía mucho que habíamos dejado de ser sus bebés, pero hablar sobre eso la ponía mal porque piensa que como sus hijos han crecido, eso la hace verse más vieja. En ella no aplica eso, con la edad que tenía parecía más joven, se cuidaba y todo eso, pero es demasiado necia para aceptarlo.