◽ADVERTENCIA: ESTAS LEYENDO LA SEGUNDA TEMPORADA DE MCDREAMY.◽
Historia inspirada en las temporadas de Grey's Anatomy.
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❝𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘦𝘳, 𝘴𝘪 𝘦𝘭 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘨𝘢𝘳𝘢𝘯𝘵𝘪𝘻𝘢𝘥𝘰. S𝘪 𝘱𝘶𝘥𝘪...
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— ¿La trajiste? — preguntó Teresa mirando a Maiá.
— Si.— buscó en los bolsillos de su mochila y cuando encontró el sobre se lo entregó.
— No es para mí.— lo rechazó la pelinegra. La miró confundida y volvió a guardar el sobre en su mochila.— Vas a leer la carta que Kol te dio, Maiá.
— No.— aseguró sin tener que pensarlo.— No necesito leer esa carta.
— Mereces una explicación.
— ¿Qué otra explicación puede haber? — preguntó con voz gélida.— Se fue porque no está listo para hablar con sus padres, eso yo lo entiendo, pero yo, merecía que me lo dijera en la cara y no pudo hacerlo el cobarde.— farfulló entre dientes.
— ¿Qué hiciste cuando él se fue? — cuestionó Teresa mirándola interesada. Maiá abrió la boca sintiendo las palabras atorarse en su garganta, movió la cabeza tratando de explicar pero nada salió de esta.— Maiá.
— Yo… No hice nada.— balbuceo.— Lo acepte, Derek, él creo que lo sabía.— mencionó confundida.— Me encontró y me llevó a un almacén, yo… Solo miraba la carta, él me abrazó pero no hice nada.
— ¿Derek, es tu mejor amigo?
— No.— negó con la cabeza al instante.— Alex, él es mi persona.
— ¿Y entonces Derek?
Bajo la mirada jugando con sus manos nerviosa.— No lo sé. Fuimos mejores amigos, luego discutimos y… Estuvimos semanas sin hablarnos, casi un mes.
— ¿Entonces es un amigo?
— No.— la miró segura.— No es sólo amigo.
Teresa la miró con los ojos entre cerrados, bajo la mirada y anotó en su libreta.— Interesante.— susurro, aunque fue audible para Maiá.— Cuando Kol se fue.— retomó el tema, la pelinegra.— ¿Lloraste? — mordió su labio y negó.— ¿Te enojaste? ¿Aventaste todo? — volvió a negar.— ¿Cómo te sientes hoy Maiá?— Teresa puso entre sus labios la punta de la pluma sin llegar a morderla y miró a Maiá con seriedad.
— Bien.— jugó con sus manos pasando saliva nerviosa.— Me encuentro bien, el día de ayer fue un día agitado, pero estoy bien.
— ¿Qué hubo de especial el día de ayer? — Teresa siguió mirándola, interesada en el comportamiento de ella.— ¿Fue por qué entraste al quirófano?
Maiá sintió que le tiraron un balde de agua fría por la espalda, levantó la mirada encontrándose con el rostro de Teresa quien traía pintada una sonrisa divertida por la expresión de ella.— Lo siento.— pidió apenada.— Pero, si de algo sirve, solo observe.
