◽ADVERTENCIA: ESTAS LEYENDO LA SEGUNDA TEMPORADA DE MCDREAMY.◽
Historia inspirada en las temporadas de Grey's Anatomy.
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❝𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘦𝘳, 𝘴𝘪 𝘦𝘭 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘨𝘢𝘳𝘢𝘯𝘵𝘪𝘻𝘢𝘥𝘰. S𝘪 𝘱𝘶𝘥𝘪...
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─── ∙ ~MAIÁ~ ∙ ───
Incómodo. Patético.
Palabras que describen perfectamente esta situación. Por culpa de Derek, quedamos envueltos en la patética pelea de Cristina y Preston.
Preston nos había invitado a cenar en su departamento, yo iba a decir que no, pero Derek dijo: "Claro que sí, ahí estaremos".
Así que, aquí estamos, comiendo en el departamento de Preston y Cristina. Miré a mi amiga quien comía una caja de cereal sobre la barra de la cocina, mire nuestros platillos y luego mire a Derek. Derek saboreaba cada pedazo de carne que se metía a su boca, lo miré incrédula.
¿Cómo puede comer tranquilamente? ¿Cómo es que Cristina está comiendo cereal y nosotros tenemos comida más... sofisticada?
- Maiá, ¿Quieres más? - ofreció Preston enfrente de mí con una sonrisa amiguera.
- No, gracias.- sonreí incómoda.- Tal vez Cristina quiera. Cristina ¿Gustas? -sugerí. Voltee a verla, pero ella no.
Mantuvo la mirada en alto y siguió comiendo su cereal, toda mujer orgullosa.
- Sólo preparé para tres.- interviene Preston, borrando su sonrisa.
- Me acabas de ofrecer más.- expuse, enarcando una ceja.
Miré a Derek esperando a que dijera algo, que dijera que ya nos íbamos o algo parecido, pero apenas había entendido la incómoda situación en la que nos metió.
- Esto no es nada incómodo.- murmuró sarcástico.
- Ustedes tienen que hablar, es más que obvio. Derek y yo nos vamos, así ustedes podrán hacerlo.- recomendé.
- Si hablamos.
- Estamos hablando.- responden ambos al mismo tiempo.
- Entre ustedes.- remarque. Suspire cansada y metí un trozo de carne a mi boca.- ¿Disfrutan su comida en la Casa Internacional del Silencio? Preston, tienes que alimentar a Cristina. Ella no cocina y morirá de hambre.
- Tengo cereal.- justificó Cristina. Mostró su cereal como si eso arreglara todo.
- No es suficiente.- rodé los ojos.- Ustedes viven juntos. Alguno debe de hablar primero. Esto es patético, chicos.
- Estoy dando una cena, Maiá.- puntualizó.- Si quiere sentarse allí, que lo haga. Disfrutemos de la noche y hablemos de otro caso.
- Patetici, sono patetici. (Patéticos, son patéticos)- murmuré malhumorada, comiendo mi carne resignada. Todos me miraron confundidos y agradecí mucho que no entendieran lo que había dicho.
