2|𝓜𝓬𝓓𝓻𝓮𝓪𝓶𝔂_𝓓𝓮𝓻𝓮𝓴 𝓢.|

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𝕸𝖆𝖗𝖆𝖙𝖔𝖓: [5/7]
❝「¿𝓢𝓸𝔂 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓾𝓷 𝓓𝓪𝓵𝓲 𝓸 𝓾𝓷 𝓟𝓲𝓬𝓪𝓼𝓼𝓸? 」❞

La estadía en psiquiatría para Maiá se alargó a dos días, en esos días faltó al trabajo, aunque, realmente nunca salió de su trabajo. Maiá se vio forzada a completar sus horas de sueños para no generarse un problema mayor que tener trastorno del sueño. La mayor parte del tiempo se la paso dormida, la otra parte hablaba con Teresa y comía, el primer día casi no comió nada ya que se sentía asqueada de tan solo mirar la comida, así que redujeron su plato y lo fueron incrementando con pequeñas porciones.

— ¿Nerviosa de regresar? — preguntó Teresa mirándola con una sonrisa emocionada, quien lucía más emocionada que Maiá.

— Sí.— aseguró la castaña, comiendo un poco de fruta.— Estoy ansiosa por regresar, se que sólo fueron dos días, pero quiero regresar al quirófano, estar operando y…

— Maiá.— interrumpió Teresa con algo de pena.— No regresarás al quirófano, al menos en un tiempo.

— ¿Qué? — preguntó incrédula.— Soy interna, aún estoy aprendiendo ¿Cómo piensa que voy aprender?

— Podrás ver desde la galería, pero no vas a entrar en un quirófano hasta que yo te diga y tu jefe de cirugías ya está enterado.— Maiá bufo molesta dejando su fruta a un lado.— Maiá, si no queremos otro de tus episodios de ansiedad, vas a tener que estar relajada por algunos días, nada de trabajo pesado, podrás estar en urgencias y haciendo…

— Trabajo de rutina.— terminó ella mirando a Teresa.— Lo sé, he pasado por eso.

— ¿Ah, si?

— Tiene mi expediente.— señaló la carpeta en sus manos.— Sabe que si.

— Y tu sabes que tus amigos han estado viniendo y tú los has rechazado.— respondió de la misma forma que ella.

— Tienen pacientes que revisar y yo estoy bien, no es necesario que vengan.

— Cuando murió su madre ellos estuvieron ahí para usted ¿No es así? — Maiá asintió confundida sin saber que tenía que ver eso.— ¿Por qué no los deja esta vez?

— No estoy muriendo.— enumero con sus dedos.— Nadie murió, no necesito que me reconforten y estoy…

— Bien.— terminó Teresa interrumpiendola.— ¿Y de verdad lo estás? ¿Por qué suena a que te estás menospreciando?

— No es así.— objeto Maiá molesta.— Puedo hacerlo sola, siempre lo he hecho sola.— aseguró la castaña mirando a Teresa con firmeza.— Cuando mi padre murió y mi mamá decayó, llamé a mi abuela materna y a la familia ¿Sabe lo que me dijeron? — preguntó alzando las cejas. Teresa negó con la cabeza sin interrumpirla.— Le conté a mi abuela lo que pasó y ella dijo: "Ya no eres una niña Maiá, podrás hacerte cargo, pasé veinte años aguantando una drogadicta en mi casa, es hora de que te hagas cargo" No dijo que lo sentía, no dijo que lamentaba mi pérdida.— Apretó los labios limpiando las pequeñas lágrimas rebeldes que salieron de sus ojos.— Y la familia de mi papá vive en Italia, en un barrio pobre, ni siquiera vinieron al funeral. Yo cuide a mi madre sola, puedo cuidarme sola.