◽ADVERTENCIA: ESTAS LEYENDO LA SEGUNDA TEMPORADA DE MCDREAMY.◽
Historia inspirada en las temporadas de Grey's Anatomy.
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❝𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘦𝘳, 𝘴𝘪 𝘦𝘭 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘨𝘢𝘳𝘢𝘯𝘵𝘪𝘻𝘢𝘥𝘰. S𝘪 𝘱𝘶𝘥𝘪...
⚠️Importante:⚠️ Cursiva: Narrador Omnisciente. Negrita: Maiá. Letra normal: Derek.
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—Si está es otra de tus bromas, juro que voy agarrar un bisturí y te dejaré sin descendencia —amenazó Callie. Su dedo índice apunto el pecho de Mark de forma acusatoria. Sin embargo, sus ojos estaban llenos de lágrimas y su voz estaba ronca por el nudo en su garganta—, así que dímelo. Dime que es una broma... Por favor, Mark.
—Callie...
—¡Dímelo! —golpeo su pecho con sus puños— ¡Dimelo, Mark!
El cirujano plástico hizo una línea recta con sus labios sin saber cómo contener a una persona. Tomó las muñecas de Callie entre sus manos y la miró a los ojos.
—Es ella, Callie. Es Maiá.
Callie intentó liberarse del agarre de Mark, jaloneo sus manos, mientras bajaba la mirada para que no la viera llorar, porque estaba desmoronándose enfrente de él. Mark jalo a Callie de las muñecas y la rodeo en un abrazo que intentaba darle algo de consuelo. Fue suficiente para que ella llorará y no de una forma delicada y sutil. Sus sollozos la hacían sacudirse de forma brusca. Mark apretó el abrazo y de alguna extraña forma, se mantuvo con ella.
—Dime la verdad, Mark —pidió, con su voz amortiguada contra el pecho de él— ¿Ella va a sobrevivir?
—Dicen que su temperatura es de 32, esperan elevarla. Burke la tiene en bypass, le han metido toda clase de droga e intervenciones. Esperan lo mejor.
—¿Tú qué piensas?
—Callie, no soy una persona positiva —advirtió—, yo no me aferro a los milagros y esas cosas. Me baso en los hechos y si te digo lo que creo, no estoy seguro de que mi respuesta te vaya a gustar.
—Dimela.
—Yo creo... que hay que prepararnos para lo peor —confesó.
No le gustaba lo que creía, no le gustaba pensar que Maiá podría morir porque, a pesar de todo, le cogió aprecio. Todas esas veces cuando la molestaba, cuando ella lo molestaba, esas veces que comían juntos y con Callie, todos esos momentos significaron algo para él. Pero, por cómo veía las cosas, había que estar preparados, porque en cualquier momento la podrían estar despidiendo.
[...]
—Jefe, sé que la hipotermia protege sus órganos vitales, pero ¿cuánto continuaremos así?
—Las horas que sean necesarias, doctora Bailey —intervinó, Burke. Se acomodó los lentes y la miró seriamente. Webber seguía presionando el pecho de Maiá, aunque prestaba atención a la conversación—. ¡Hay personas que resisten hasta cuatro horas!
