14. Ahogándose En Tierra Firme

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DEREK SHPHERD

¿Cómo se supone que vuelva a confiar en un ferri después de esto?

Amaba los ferris. Viajar en ellos, ver el agua brillando con intensidad por las mañanas, sentir la brisa fresca en mi rostro, el aroma a mar, el aire golpeando contra mi pecho. Sí... voy a extrañar eso, porque no pienso volver a subirme en uno en años, o mejor dicho, nunca, y si de pura casualidad lo vuelvo a hacer, tal vez sería la última actividad que haga antes de morir.

Debí quedarme en el hospital, al menos en las noticias el accidente se veía más sobrellevador. En cambio, estar aquí las cosas se ven horribles y muy crueles. Las personas heridas, personas gritando por sus familiares, llorando de dolor, gritando por la pérdida. Eso me hacía estremecer.

Bailey llevó a mi paciente al hospital, a cambio de cuidar de sus internos, pues aún se encontraban en alguna parte de todo este caos. Accedí sin excusas, sería fácil; Alex ya se había ido al hospital con una mujer embarazada que sacó entre los escombros, su rostro estaba desfigurado. George se encontraba enfrente de mí ayudando a una mujer. Las únicas personas que no he visto son, Izzie y Maiá, aunque no me preocupan, están juntas y de alguna extraña razón, eso me deja un poco tranquilo.

—¡Doctor, necesitamos su ayuda!

Salgo de mi palacio mental y sigo al paramédico que me dirige entre el desastre a una camilla, unos cuantos metros detrás de donde estaba anteriormente.

Meredith se encuentra arriba de la camilla, sus guantes están cubiertos de sangre y hay gasas en el suelo, ahora inservibles, pues la sangre las cubre por completo. Meredith tenía esa mirada de angustia que siempre tiene cuando va a colapsar, y no es para menos, la sangre del paciente seguía brotando de su cabeza.

Me acerque de inmediato y la mire tratando de tranquilizarla.

—No te alteres, ¿de acuerdo? Lo haces bien, sigue presionando la herida —indiqué.

Rebusque entre mi kit de emergencia el material que iba a utilizar, pero era desesperante porque tenía muchas cosas para ser solo material básico.

—Tratare. —aseguró, con su voz sumergida en los nervios.

[...]

—Un poco más, Mer. Ya casi terminamos, no quites la mano todavía.

Coloque una venda alrededor de la cabeza de Lizzy, nuestra paciente con una grave contusión en el cráneo; al menos la sangre había cedido, aunque había un montón de gasas empapadas en sangre sobre el suelo que cualquier persona al pasar podría pensar que la matamos.

Le pedí a Meredith que soltara la venda, que pusimos en la cabeza de la mujer y así detener las gasas sobre la herida. Coloque un seguro al final de la venda para que no se deshiciera en el camino al hospital.

2|𝓜𝓬𝓓𝓻𝓮𝓪𝓶𝔂_𝓓𝓮𝓻𝓮𝓴 𝓢.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora