2|𝓜𝓬𝓓𝓻𝓮𝓪𝓶𝔂_𝓓𝓮𝓻𝓮𝓴 𝓢.|

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❝「 -𝓢𝓸𝔂 𝓾𝓷𝓪 𝓗𝓪𝓻𝓽, 𝓷𝓾𝓷𝓬𝓪 𝓶𝓮 𝓻𝓲𝓷𝓭𝓸.」 ❞

Maiá Hart.

La melódica risa de una pequeña niña de no más de cinco años, irrumpió el silencio y la oscuridad de la casa.

La televisión se volvió negra, el video había acabado, me levante del sillón y pasé entre los vidrios y trozos de algunas cosas que había roto, regrese el video y me volví aplastar en el sofá.
Me en volví con la cobija que estaba a mi lado, la cual la había sacado de la cama de mis padres. La aferreba a mi cuerpo como si fueran ellos los que me estaban abrazando.

No era consciente del tiempo que había pasado, pues desde que llegué no he salido a ningún lado y las cortinas tapaban la luz del día o tal vez de la noche.
Puede que solo hayan pasado unas horas, o días, incluso semanas, pero como dije antes, no era consciente del tiempo.

La casa casi estaba en completa oscuridad sino fuera por la luz del televisor.

El video comenzó. En la primera toma aparecía el rostro de mi papá, verificaba que la cámara estuviera grabando, cuando se aseguró de hacerlo, caminó por la casa hasta entrar a la cocina, en donde salía mi mamá. Tenía una sonrisa en su cara, era una mujer hermosa, pero no me parecía a ella, tenía más rasgos físicos de mi papá.

Ambos comenzaron hablar de lo emocionados y contentos que estaban de que yo cumpliera cinco años.

Las sonrisas en sus rostros me dejaban sin aliento, eran hermosas sus sonrisas.
Una lagrima cae sobre mi mejilla, rápidamente la limpie con mi mano.

Era mi fiesta de cumpleaños, casi no la recuerdo, pero tenía un pequeño recuerdo de siendo empujada al pastel por mi papá.

Papá dejó un beso sobre la mejilla de mi mamá y salió de la casa, ahora se encontraba en el jardín, estaba adornado por globos, serpentinas y listones de varios colores. Había una mesa pegada a la cerca, en una parte estaban los regalos y en la otra habían dulces y postres a lado de un pastel.

Siguió caminando hasta llegar a un inflable con forma de castillo, la cámara apuntó a una pequeña niña con un vestidito junto con unas mallas blancas y un sombrerito.

De repente la pequeña cae sobre el castillo y la risa de mi papá se hizo presente, la niña no lo tomó bien y se arrancó el sombrerito de la cabeza y se lo lanzó a mi papá, provocando que el riera más; sin embargo, a mi mamá no le causó mucha gracia, miró a la pequeña con reproche, lo recogió y lo volvió a colocar en su cabezita.

- Vamos pequeña Hannah. - ánimo mi papá.- No hay que renunciar a la primera.

Pequeña Hannah, así es como el solía decirme de niña, por que cuando crecí comenzó a llamarme Hannieh, y es que a él le encantaba decirme así, ya que fue él, quien me puso ese nombre.