4. Donde Deben Estar Los Chicos

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─── ∙ ~MAIÁ~ ∙ ───

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─── ∙ ~MAIÁ~ ∙ ───

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El lado izquierdo de mi cama estaba vacío.
Antes, hubiera tenido un par de ojos azules mirándome desde antes que me despierte. Hoy no hay nadie mirándome, no hay una sonrisa brillante, y el océano no está mirándome como suele hacerlo cada mañana.

Suspire pesadamente, di la vuelta sobre mi cama quedando boca arriba, mire el techo blanco, un techo aburrido, no había nada interesante en él, pero quería creer que si lo miro lo suficiente tendré respuestas a lo que sea que esté pasándome últimamente. Y me levantaría, pero, también estoy esperando a que me lleguen las ganas de hacerlo.

Escucho el rechinido de la puerta, por lo que supuse que Alex había entrado.

El techo dejó de ser blanco y un par de ojos me estaban mirando de forma extraña, como si estuviera viendo un nuevo animal en exhibición, eso me molesto.

- ¿Qué?-masculle.

- Vas a llegar tarde ¿Lo sabías?- comentó, aun mirándome.
Llevaba una chamarra ligera y una mochila sobre su espalda, como si fuera a salir.

- Hoy no iré a trabajar.- tome las cobijas y me envolví con ellas tapando todo mi cuerpo, incluso mi cara, me di la vuelta, dándole la espalda.- Estoy resfriada, cof, cof, muy resfriada, estoy que me muero.

- ¡En serio haremos esto de nuevo! - reclamo.
Sonaba como mi mamá cuando no quería ir a la escuela.- Todas las mañanas haces esto, hoy no tengo tiempo Maiá, así que levántate.

- No quiero.- me queje, aferrándome a las cobijas.

- No puede ser, Maiá.- masculló entre dientes.

Sentí como jalaba las cobijas, las sostuve con fuerza, mas, no podía comparar mi fuerza con la fuerza bruta de Alex. Solo bastaron tres tirones para sentir un repentino cambio de temperatura.

- Ya levántate.- mando.
Salió de mi cuarto con la bola de cobijas entre sus manos y cerró la puerta.

Rodé los ojos con fastidio, pero me levanté de mi cama por miedo a que Alex vuelva a tirarme agua como hace unos días.

Habían pasado dos años desde...bueno, desde que Derek y yo terminamos, o ¿nos dimos un tiempo? Bueno, como sea, han pasado dos años, no creí que Derek no regresaría, aunque no se que esperaba, prácticamente yo le pedí terminar... no, no, no, no, tomar un tiempo.
Alex dice que exagero, porque en realidad solo han pasado dos semanas. Dos eternas semanas, que parecen dos años.
Pero no puedo quejarme, yo me lo busqué.

Por otro lado, desde que empecé a cuestionarme sobre mi especialidad y luego preguntarme porque estudié medicina, nada parece estar claro, no me he sentido como yo misma en estas semanas, es como si hiciera las cosas de manera automática. Levantarse, desayunar, pelear con Alex de camino al trabajo, trabajar, trabajar, suturar, suturar, limpiar, succionar, comer, diagnosticar, ir a urgencias, regresar a casa con Alex contándome su día, dormir (si es que puedo). De cierta forma todo empezó a parecerme monótono, rutinario.

2|𝓜𝓬𝓓𝓻𝓮𝓪𝓶𝔂_𝓓𝓮𝓻𝓮𝓴 𝓢.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora