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❝「 —¿𝓙𝓾𝓭𝓭𝔂𝓼? ¿𝓔𝓼𝓸 𝓼𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓮? .」 ❞

Maiá Hart

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Maiá Hart.

— ¡Está lloviendo Alex!- exclamé riendo, sintiendo como la lluvia mojaba mi rostro.— ¿Por qué quieres correr en la lluvia?—  cuestione, abrazándome a mí misma para generar calor en mi cuerpo.

— Por qué, estamos empezando de nuevo.- explicó frotando sus manos.— Es tu primer día y que mejor que empezarlo de esta manera, corriendo, lo solíamos hacer antes.

— Sí. - admito.— Pero no cuando el arca de Noé está por empezar.— remarqué con una sonrisa cínica.

— Quieres no quejarte por favor.- pidió con una mueca de molestia.— Me levante temprano por ti, trato de disfrutar esto y no puedo hacerlo si te quejas.

— Bien, está bien.- respondí rodando los ojos, y me preparé para correr.— Pescaremos un resfriado después de esto.

— ¿Lista?— preguntó ignorando mi comentario.

— Más que tu, te lo aseguro.— garantice con una sonrisa socarrona.

— Quisieras primor, quisieras.— replicó con una sonrisa forzada.— 1...

Sonreí maliciosa y empecé a correr, no puedo creer que siga cayendo en esto.

Lo escuché quejarse detrás de mí, reí sintiendo como la lluvia mojaba mi rostro, sentía la lluvia chocar con mi cuerpo, era complicado ver por las feroces gotas que caían, pero disfrutaba la sensación, como si el agua se estuviera llevando todo lo malo, como si me estuviera limpiando,

El aire fresco llenaba mis pulmones, un nuevo aire y fue como si otra vez volvía a respirar, nada oprimía mi pecho, nada contenía el aire, respiraba nuevamente.

Llegué a la entrada del hospital empapados y escurriendo por todas partes, algunos mechones de mi cabello estaban pegados a mi cara, sonreí cuando Alex llegó a mi lado, quien rodó sus ojos con desagrado.

— Tramposa.— acusó.— Sabes que no puedes contra mi y es por eso que haces trampa.

— Seguro que si.— arrugue la nariz y le sonreí sarcástica.

Entramos al hospital, cerca de donde estábamos pude notar que Preston y Derek tenían una conversación, y, a juzgar por la cara del oji azul, no era muy buena la charla.

Hace un tiempo no entendía su rivalidad, hasta que Meredith me contó sobre el puesto de la jefatura que les habían prometido a ambos.

Seguí con lo mío y combine junto con mi amigo al elevador, al llegar estaban mis demás compañeros, Izzie, George, Cristina y Mer.

— El mio es mas grande que el tuyo.— canturreo Cristina, riéndose de Mer.

— Muestrenlos, yo los medire.— respondí Alex con gracia.

2|𝓜𝓬𝓓𝓻𝓮𝓪𝓶𝔂_𝓓𝓮𝓻𝓮𝓴 𝓢.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora