Shadows

Capítulo 28

Bueno, ahí íbamos. Al fin había tomado una decisión y debíamos ponernos manos a la obra. Me encontraba en frente de la casa que una vez, muchos años atrás, había sido mi hogar. Ruby, Ivy y Luke estaban también ahí, dispuestos a echarme una mano con lo que me había propuesto. Sí, había decidido llevar a cabo la reforma, necesitaba el dinero para poder abandonar el apartamento de una vez por todas. No soportaba más tiempo en ese pequeño cuchitril donde todo eran problemas.

-¿Listos? -pregunté a mis compañeros, que también miraban con detenimiento la construcción ante nosotros.

-Listos -dijeron al unísono.

Colocándonos una mascarilla especializada para no inhalar tanto polvo, pusimos rumbo hacia el interior del edificio, donde estuvimos horas sacando los viejos y destrozados muebles. Por suerte no había demasiados y pudimos cargarlos con facilidad en las furgonetas que habíamos traído con nosotros.

Como Brad no había podido venir para echarnos una mano, se ofreció a prestarnos su camioneta y la de su padre para que pudiéramos transportar los enseres hasta el vertedero. La morena y yo íbamos en uno de los vehículos, mientras que mi mejor amigo y la pelirroja iban en el otro. Se habían unido mucho desde que pasó lo del ayudante de la joven y, aunque se seguían llevando como el perro y el gato, no habían dudado en compartir automóvil.

-¿Qué piensas hacer con el jardín? -preguntó Ruby sacándome de mis pensamientos.

-No lo sé todavía, depende un poco del presupuesto -respondí con sinceridad.

Mi prioridad era arreglar el interior de la casa, asegurarme de que las paredes, el techo y el suelo estuvieran en condiciones como para que alguien pudiera vivir con tranquilidad en ella. Si sobraba dinero, que lo sacaba de los cincuenta mil que tenía mi madre en el banco, ya me encargaría de acondicionar el jardín de delante y el pequeño patio trasero.

-Vale -asintió ella. Luego pareció recordar algo y dijo:- ¿Por qué no han podido venir Jason y Brad?

-Tenían una comida familiar -me encogí de hombros, como si fuera lo más normal del mundo.

-¿Tenían? -repitió, claramente confundida. Me giré brevemente para observarla, ¿por qué le sorprendía tanto? Entonces recordé que ella no lo sabía. Justo en el mismo momento, pareció entenderlo-. ¡Oh, dios mío! ¡Brad y Jason son pareja!

No era una pregunta. Reí ante la expresión que tenía dibujada en el rostro. Me miró, esperando que confirmara sus sospechas. Me encogí de hombros, todavía con una mueca divertida.

-Es bastante obvio -comenté.

-Pues será para ti -me espetó haciendo un puchero-. ¡Esto es genial! Tengo que llamar a Ivy.

No me dio tiempo de preguntar por qué tanta prisa por contárselo a su amiga. Sacó el móvil de su chaqueta, apoyó los pies en el asiento, de manera que sus rodillas se pegaban a su pecho, y esperó a que la joven contestara a la llamada. No entendía por qué no podía esperar un par de minutos más, si enseguida nos encontraríamos en el vertedero.

-¡Tía! -exclamó cuando oyó su voz al otro lado de la línea-. ¡Brad y Jason son pareja!

-¡¿Qué?! -escuché claramente el grito de sorpresa que soltó la otra.

-Que susto me has dado, joder -se quejó Luke a lo lejos.

No comprendí nada más de la conversación, ya que hablaban en cuchicheos, con palabras clave y sin terminar las frases. Solo pude reconocer el nombre de Liam en alguna ocasión. Negué con la cabeza, a saber qué estarían tramando.

Cuando llegamos a nuestro destino, las jóvenes no perdieron tiempo en bajar de las camionetas para encontrarse. Estaban híper emocionadas y no paraban de dar pequeños saltitos de alegría.