Shadows

Capítulo 48

-Esta vez es más difícil que la anterior -murmuró Ruby secándose una lágrima que resbalaba por su mejilla mientras nos despedíamos en el aeropuerto.

-Lo es -asentí, estrechándola entre mis brazos y luchando contra el nudo que se había formado en mi garganta.

Demonios, no quería que se marchara. Ya sabía lo que era vivir sin ella y no me había gustado para nada la experiencia. Y creo que el hecho de habernos reencontrado lo hacía todo más duro todavía. Los dos días que la morena había estado en casa fueron, sin duda, los mejores de este último año. Nos pasamos la mayoría del tiempo juntos, a excepción de cuando tuve que ir a echar un vistazo al gimnasio, momento que ella aprovechó para visitar a su familia. A parte de esa situación, no había segundo que pasáramos separados. Veíamos la tele, cocinábamos, íbamos a pasear, a cenar con los chicos, éramos inseparables. Por eso ahora era tan duro despedirse, de nuevo, de ella.

-No te olvides de mí, Alfa -bromeó, pero en sus ojos vi que el temor de que eso pudiera ocurrir era real.

-Jamás -le aseguré con toda la seriedad que pude.

Volví a abrazarla y, tras besarla hasta que el número de su vuelo se anunció por megafonía, la dejé marchar.

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RUBY'S POV

Mientras corría por el pasillo del aeropuerto para dirigirme a la puerta de embarque que me correspondía, intentaba con todas mis fuerzas no echarme a llorar. Odiaba las despedidas y, sobre todo, el tener que haberlo hecho dos veces de la misma persona. Ahora era completamente consciente de que quería a Ethan en mi vida. Esos siete meses que habíamos pasado separados, a pesar de que no habían sido malos, me habían hecho darme cuenta de que estaba vacía sin él. No me malinterpretéis, no es que estuviera deprimida y fuera llorando por los rincones, pero la emoción y vitalidad que mi Alfa le daba a mi vida se había quedado con él, en nuestra casa.

El máster me estaba encantando, sí, y la experiencia de vivir aquí era una completa pasada, también, pero hacía meses que había tomado la decisión de regresar a mi hogar cuando esta aventura hubiera terminado. Ahora, después de despedirme por segunda vez del joven, esa decisión se reafirmaba, no quería que hubiera una tercera.

Me acomodé en mi asiento del avión, saqué mis auriculares y me los coloqué. Decidí que sería un buen momento para seguir estudiando para el examen que tenía en tres días, así que cogí mis apuntes impresos y encuadernados, un lápiz y comencé con mi lectura. El temario era muy interesante y cada vez estaba más segura de que quería dedicarme a esto, así que no me fue para nada difícil concentrarme en mi estudio y olvidar, por el momento, el malestar que sentía al dejar atrás a las personas más importantes en mi vida.

El trayecto se me hizo muy rápido, al igual que mi avance con el aprendizaje, ya prácticamente había terminado por completo las páginas. Lo guardé todo en mi mochila de mano mientras el avión se colocaba cerca de la puerta de salida. Me adentré en el aeropuerto después de haber recogido mi equipaje y empecé a buscar a Chloe, mi compañera de piso y nueva amiga.

Reconocí su coleta alta por encima del resto de cabezas, ya que la maldita era tremendamente alta y destacaba por sobre todo el mundo. Era jugadora profesional de baloncesto, de hecho le habían concedido una beca deportiva y por eso podía estudiar en esta universidad. La saludé con una mano mientras me encaminaba hacia ella.

-¿Qué tal el viaje? -me preguntó tras abrazarme brevemente.

-He aprovechado para estudiar un poco -le comenté simplemente, sabiendo que se molestaría porque ella no se refería a eso.

Reí por su mueca de enfado y comencé a narrarle con todo tipo de detalles mi estancia en mi hogar, obviamente, omitiendo las situaciones íntimas que había compartido con Ethan. Estuvimos hablando sobre eso durante todo el camino hasta nuestro pequeño piso, donde me esperaban mis amigos del máster para recibirme. Aaron, con el que me llevaba mejor, corrió hacia mi encuentro.