Fui un iluso. Ahí, sentado en el bar tomándome una cerveza y viendo a las chicas bailar, creí que por fin las cosas empezaban a salir bien. Mi madre ya no podría seguir atormentándome, estaba a punto de deshacerme de la casa que años atrás se convirtió en mi infierno y había conocido a una chica que me tenía completamente a sus pies y podía ayudarme a superar la muerte de la única persona a la que había amado alguna vez. En ese instante de verdad tuve la sensación de que todo estaba bien, de que al fin era feliz. No me esperaba para nada que las cosas empeoraran tanto.
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-Venga.... -rogó Ruby haciendo un puchero y sentándose sobre mí-. Porfi, Alfa... me apetece mucho salir con el grupo. Además -añadió con la mirada brillante-, ¡tenemos que celebrar que hemos terminado con la reforma!
Su entusiasmo era contagioso y, al final y tras conseguir varios besos tentadores por parte de la joven, terminé aceptando. Así que allí estábamos, en uno de los locales más famosos de la ciudad, sentados alrededor de una mesa esperando a que el camarero nos trajera nuestras bebidas. Era la primera vez que salíamos con el trío de amigos que recientemente se habían añadido a nuestro grupo, así que tenía mucha curiosidad sobre cómo se iba a desarrollar esa noche.
Las chicas estaban despampanantes. Ivy se había puesto un vestido rojo ceñido, de tirantes y que le dejaba la espalda al descubierto, acompañado de unos zapatos altos de tacón negros que realzaban su esbelta figura. Se había maquillado bastante, pero lo que más llamaba la atención era el carmesí de color rojo que resaltaba sus labios, a juego con el vestido.
Ruby, a pesar de que iba más discreta, también estaba preciosa. Había optado por un top color turquesa sin mangas, con escote corazón y que le llegaba justo por encima del ombligo. Completaba su atuendo con una falda negra que se ceñía a su cintura y caía en volandas hasta la mitad de sus muslos. Unas sandalias de tacón, no tan alto como el de su amiga, terminaban el modelito. Además, había traído una chaqueta de cuero fina por si tenía demasiado frío pero, al ver el exceso de gente que había en el lugar y la cantidad de bebida que estaba ingiriendo, dudaba que la fuera a necesitar.
Charlábamos animadamente sobre la próxima pelea, que era contra el pijo de Matt Thompson, hasta que las chicas se miraron cómplices y soltaron un chillido de emoción.
-¡Me encanta esta canción! -dijeron al unísono.
Escuché con mayor atención para poder reconocerla, se trataba de "Low" de Flo Rida. Ruby me agarró de la mano y tiró de mí mientras decía:
-Vamos a bailar -su rostro estaba completamente iluminado y sus ojos brillaban debido a que la bebida estaba empezando a hacer efecto.
-No hay suficiente alcohol en mi sistema como para salir a bailar -negué con la cabeza, sonriendo.
Bufó e ignorándome, cogió a Liam por una muñeca, mientras Ivy hacía lo mismo con la otra, y lo arrastraron a la improvisada pista de baile que se había formado en el centro del local. Se mezclaron con el resto de personas que ya estaban disfrutando de la canción y comenzaron a bailar al ritmo de la música. Alzaban las manos y meneaban las caderas sensualmente, riendo y cantando a pleno pulmón. Los chicos y yo los observamos divertidos, bebiendo de nuestras copas.
En un momento dado, las jóvenes se colocaron una a cada lado de su amigo, haciendo como una especie de sándwich y se mecían muy pegadas a él. El susodicho, divertido con la situación, les siguió el rollo y terminaron haciendo un trenecito y descendiendo a la vez que movían la pelvis hasta que se quedaron completamente de cuclillas.
-Menudo peligro tienen esos tres juntos -se burló Luke a mi lado, quien tampoco perdía detalle de lo que estaba ocurriendo en la pista de baile.
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Shadows
Ficção AdolescenteNo esperaba volver a preocuparme por nadie que no fuera yo mismo. Hasta que la encontré a ella.