-Pero ¿por qué no puedo ir en mi coche? -preguntó cruzándose de brazos y poniendo morritos.
-Vamos, Ruby, no insistas más o llegaremos tarde -apremié guardando su mochila de entrenamiento en la moto.
Resopló, claramente en contra de mis planes. Estábamos discutiendo sobre cómo iríamos a comer con los demás. Yo había propuesto que fuésemos en la moto, pero ella insistía en ir por su cuenta, ya que por la tarde tenía entrenamiento y no quería que tuviera que hacerle de taxi. No le había dicho que eso era todavía mejor, porque significaba pasar más tiempo junto a ella.
Después del beso, que todavía me tenía medio atontado, habíamos estado jugando un rato con sus perros. La hembra se llamaba Iris y el macho, Thor. Aunque no habíamos hablado acerca del momento de intimidad que habíamos compartido, no sentía que las cosas hubieran cambiado entre nosotros. Seguíamos bromeando, picándonos y tonteando. Y eso me hacía inmensamente feliz.
A pesar de que me había encantado probar el sabor de sus labios, sabía que no podía volver a ocurrir. Principalmente porque no sería capaz de conformarme tan solo con un beso, sino que necesitaría más. Mucho más.
-Como no subas ahora mismo -amenacé intentando aparentar seriedad, a pesar de que me costaba horrores pues la situación me parecía de lo más cómica-, juro que iré yo a por ti y te ataré a mi moto si hace falta.
Lo último sonó con más gravedad, por lo que Ruby se apresuró a obedecer. Tras cerrar con llave las puertas de su casa y despedirse de sus mascotas, se subió detrás de mí, todavía con una mueca de enfado muy tierna.
-Te odio -me murmuró cruzándose de brazos.
-Mentirosa -contradije con una sonrisa torcida. Su expresión se relajó y al final rodeó mi torso con sus brazos. Estaba a punto de arrancar cuando sentí como sus manos se colaban por debajo de mi camiseta y contactaban con la piel de mi estómago-. ¿Qué... qué haces?
Jodido tartamudeo. Solo ella lograba ponerme así de nervioso por un simple roce piel con piel. Sentí como su barbilla se apoyaba en mi hombro y sus labios se pegaban a mi oído.
-¿No querías que me subiera a la moto? -inquirió con burla-. Pues aquí me tienes.
Y dicho esto, comenzó a deslizar sus manos a través de mi abdomen, mandando corrientes eléctricas directamente a mi entrepierna. Joder, la maldita sabía cómo calentarme. Tratando de no centrarme en el recorrido que seguían sus dedos, que no se habían detenido en ningún momento, arranqué la moto y salí a toda velocidad hacia la cafetería donde habíamos quedado con los chicos.
Aparqué delante de la puerta y me quité el casco, pero no me bajé del vehículo, puesto que la joven seguía con sus manos en mí. Volvió a acercarse y susurró.
-Gracias por el viaje, Alfa -su aliento me hacía cosquillas en la nuca-, lo he disfrutado mucho.
Y tras depositar un suave beso en mi mejilla, se adentró en el local en busca del resto del grupo. Realicé tres respiraciones profundas, necesitaba serenarme. Había sido el viaje en moto más excitante de mi vida.
-¿Todo bien, amigo? -me preguntó Brad cuando me senté en la mesa con ellos. Mi mirada se dirigió instintivamente a la joven.
-Está un poco acelerado, nada más -respondió por mí la susodicha con una sonrisa pícara dibujada en el rostro.
Apreté la mandíbula. Sentía un deseo irrefrenable de ir hasta su lado, sentarla sobre mi regazo y besarla hasta dejarla sin aire. Y no seguí imaginando más allá porque sino no podría controlarme. No sabía cómo lo hacía, pero esa chica sabía cómo encenderme. Le bastaba con una sola mirada, una sola caricia, una sola palabra. Había veces en las que lo hacía incluso inconscientemente. Era desesperante.
![](https://img.wattpad.com/cover/251880064-288-k382657.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Shadows
Fiksi RemajaNo esperaba volver a preocuparme por nadie que no fuera yo mismo. Hasta que la encontré a ella.