RUBY'S POV
La noche anterior había sido una absoluta locura. Todavía no era capaz de asimilar los hechos que se habían llevado a cabo. Primero el incendio provocado del apartamento de Ethan y luego la venganza de Alex por la muerte de su hermano. Parecía como si todo lo malo nos hubiera pasado a la vez.
Sin embargo, aun sabiendo la que teníamos encima, la propuesta de esa mañana de Ethan seguía resonando en mi cabeza. Al principio creí que lo decía de broma, pero la seriedad en su rostro y el brillo de esperanza en sus ojos me indicó lo contrario. Intenté explicarle que era una locura, que no teníamos a donde ir, pero parecía que él ya lo tenía todo pensado. Cuando se vendiera la casa que había recibido como herencia, podríamos usar ese dinero para comprar una vivienda para nosotros.
Bueno, debía admitir que el plan no era descabellado, no era la típica idea sin pies ni cabeza que sabes que fracasará porque no se sustenta sobre una buena base. La propuesta de Ethan sí era factible, lógica y, por qué no admitirlo, muy apetecible. Pero no estaba del todo segura de que fuera eso lo que quería o necesitaba.
No creía que estuviera preparada para lo que eso conllevaba, a parte de las obvias ventajas como intimidad y libertad: no más noches en familia viendo una película, no más discusiones amigables con mi hermana, no más mañanas planeando con mi padre las sesiones de entrenamiento, no más dormir en mi habitación, que tanto esmero le había dedicado para que quedara a mi gusto; no más salir a tomar el sol cuando a mí me apeteciera en una de las hamacas que teníamos bajo los pinos, etc. No sabía si estaba dispuesta a renunciar a esa extensa lista. Y por no decir que ya no estaría con mis mascotas.
Sabía que siempre podría venir a casa cuando quisiera, pero ya no sería lo mismo. Además, no sabía cómo se lo tomaría mi padre. Se había vuelto muy sobreprotector con nosotros desde el divorcio, y sospechaba que no llevaría muy bien que su hijita (que ya era una mujer hecha y derecha) se independizara con un chico al que no conocía de nada.
Por todas estas razones, le dije que necesitaba pensármelo. Sabía que no me presionaría para tomar una decisión, así que estaba tranquila. Pero eso era lo último que necesitaba dando vueltas a mi cabeza en esos momentos. La otra propuesta del chico también ardía lenta pero tortuosamente en mi interior.
Era consciente de que debía denunciar a Alex por lo que había hecho. Por Dios, ¡había intentado matarnos a Ivy y a mí! Además de que había dejado inconsciente a Liam y había allanado una morada. Había varios delitos por los que acusarle, pero no estaba del todo segura de querer hacerlo. No porque no quisiera que pagara por sus acciones, sino porque no quería que su familia, especialmente su madre, sufriera todavía más. Suficiente habían tenido con la pérdida de un hijo, no quería arrebatarles otro.
Así que ahí estaba yo, llena de dilemas morales rondando por mi cabeza mientras observaba a los chicos devorar la cena que les había preparado. Habían venido a mediada tarde para asegurarse de que estuviéramos bien, ya que los más afectados por los sucesos del día anterior éramos Ethan y yo, y como se nos había hecho tarde, les había ofrecido quedarse a cenar. Como era de esperarse, no dudaron en aceptar.
-Por favor, ¿podéis decirle a Ruby que debe denunciar al tipo ese? -el de ojos verdes sacó el tema por enésima vez aquel día. Puse los ojos en blanco.
-¿Acaso dudas de si hacerlo o no? -preguntó sorprendida mi amiga, mirándome como si me hubiera vuelto completamente loca.
Les traté de explicar lo mejor que pude el por qué de mis dudas, intentando que se pusieran en mi lugar. A pesar de que en sus rostros se reflejaba el entendimiento, también lo hacía el desacuerdo.
-Aun así -insistió esa vez Luke-, no le debes nada a esa familia, deja de pensar que el suicidio de Justin fue culpa tuya. Él lo hizo, no tú, al igual que fue Alex quien decidió venir y amenazaros con un cuchillo en la mano. Estuvisteis a punto de morir, Ruby.
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Shadows
JugendliteraturNo esperaba volver a preocuparme por nadie que no fuera yo mismo. Hasta que la encontré a ella.