La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]

Capítulo 12

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Hace tiempo que salimos del bosque, pero no sé nada de Levi, su escuadrón, o Eren; y después de los truenos que he oído, siento que debo empezar a preocuparme.

Seguimos trasladando los cuerpos de los caídos, cuándo a lo lejos me parece distinguirlo. Corro hacia él.

—¡Levi! ¿Dónde están los demás? —Él mantiene el silencio, con la cabeza gacha.

Miro en la misma dirección que él, y ahogo un grito al creer reconocer los cuatro cuerpos.

—No... —Mi voz sale en un susurro, y los ojos se me llenan de lágrimas.

—Vete —dice impasible—. No tienes nada que mirar aquí. —Levi se da la vuelta y se aleja de mí.

Intento alejarme yo también, pero tengo los pies clavados al suelo. Por mi mente aparece cada ocasión en la que cruzamos palabras. Nunca llegué a profundizar en mi relación con ninguno de ellos, y aún así hablábamos día a día, convivíamos, y yo, de algún modo, los consideraba mis amigos.

Recuerdo entonces las palabras de Levi.

Si te encuentro con vida todo estará bien; estás viva, todo está bien.

Ninguno de ellos lo está. Ahora nada está bien. ¿Cómo debe sentirse?

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Sólo eres una niña de la que me he encariñado.

Por primera vez en mucho tiempo, estoy en mi habitación antigua, con mis compañeras, pero no hablamos entre nosotras, solo permanecemos en silencio, cada una con la cabeza en una parte distinta.

Sasha ha decidido sentarse en mi cama, detrás de mí, y me abraza suavemente por la espalda, de forma reconfortante, sin resultar agobiante. Quiero decirle algo, pero no soy capaz de pronunciar ninguna palabra, mi cabeza está demasiado ocupada pensando en muchísimas cosas.

¿Y si todo el tiempo ha sido solo eso? Levi solo ha intentado protegerme, me ha tratado siempre como a su hermana pequeña, y yo lo he besado... ¿Por qué me besó él a mí? Probablemente sintiera pena. Debe ser eso, solo lo hizo por pena, porque su intención al principio, era alejarse de mí, pero consideró que no era el momento de rechazarme cuando estaba a punto de enfrentar una posible muerte. Ni siquiera sé cómo es que he logrado sobrevivir hoy.

Hago que Sasha separe sus brazos de mí, y me acuesto en cama, esta también será la primera noche en bastante tiempo que no duermo a su lado.

—¿Vas a dormir ya? —me pregunta.

—Voy a intentarlo —respondo.

Ella asiente regalándome una sonrisa tranquilizadora.

—Descansa, _____. —Y tras esas palabras se levanta de mi cama, acercándose a las escaleras para subir a la suya, pero yo agarro su mano, y la detengo.

—Sasha... —digo sin soltarla—. ¿Puedes tumbarte un rato conmigo? —Ella vuelve a sonreír, y se acerca de nuevo a mi cama.

Yo me echo hacia un lado, dejándole la mitad de la cama, y ella se mete bajo las mantas. Me da la mano, y yo aprieto la suya con fuerza.

—¿Estás asustada? —Asiento, aunque no sea por lo que ella cree—. Yo también. Todos lo estamos. Pero tú y yo somos amigas, y si lo necesitas, puedo quedarme contigo en la cama de abajo toda la noche.

—Me echaste de menos como compañera de litera mientras estaba en el castillo, ¿verdad? —pregunto en broma, sonriéndole.

—Muchísimo —reconoce—. Pero seguro que tú a mí más. Sé que no soportas dormir sola —ella se ríe.