Capítulo 21

969 58 4
                                    

Los rayos de sol atraviesan las cortinas, calentándome la espalda desnuda, e inciden directamente en mis párpados. Aprieto los ojos con fuerza, no quiero despertarme. Acabo por abrirlos, y que su cara sea lo primero que veo me hace sonreír. Ambos estamos tumbados boca abajo, y él pasa su brazo sobre mi espalda. Intento levantar el mío con cuidado para acariciar su mejilla, pero sin despertarlo. Su cara está completamente relajada, y su flequillo de cualquier manera sobre su frente. Me fijo en la cadena que rodea su cuello, de la que cuelga su anillo; miro el mío y sonrío.

—Levi... —susurro muy despacio. Soy consciente de que nos hemos quedado dormidos, lo cual es muy extraño en él; y que es urgente que nos despertemos antes que los demás, si es que no lo han hecho ya—. Levi... —vuelvo a intentarlo, y parece que me escucha, pero no abre los ojos, tan solo me abraza con fuerza, hundiendo su cara en mi cuello. Yo me río, pero intento separarlo—. Que nos hemos dormido.

—Shhhh... —me manda callar y me besa, sin abrir los ojos en un solo momento. En ese instante me quedo completamente a su merced, y no puedo hacer otra cosa que dejar que me bese y besarlo. Pasa toda su mano por mi cintura, acariciándome suavemente—. Ojalá tuvieras más piel para poder tocarte todavía más —masculla esas palabras con voz ronca, poniéndome los pelos de punta. Él lo siente mientras me acaricia, y se ríe en mi boca. De pronto siento como hace fuerza con sus brazos, y sin ningún problema consigue colocarme encima de él, con mis piernas a ambos lados de su cuerpo, sin dejar de besarme y tomarme por la cintura. Empieza a bajar las manos, despacio, hasta mis caderas, y entonces tira con fuerza, obligándome a sentarme. Por primera vez en el día lo veo con los ojos abiertos.

—Buenos días —le digo son una sonrisa, acomodándome sobre él.

—No te muevas así —me recrimina, pero yo no respondo—. Buenos días —él también se sienta, apoyando su espalda desnuda sobre el cabecero. Recoge un mechón de mi pelo y lo coloca detrás de mi oreja—. Eres absolutamente preciosa —no soy capaz de mirarlo a los ojos, y bajo mi vista hasta su pecho, hasta el anillo que cuelga de la cadena de su cuello, y lo tomo entre mis dedos. Levi pasa su brazo izquierdo por mi espalda, rodeándome, y acerca su mano derecha a las mías, jugando con mis dedos y los suyos, entrelazando unos con otros. No sé cuánto tiempo pasamos así, yo sobre él, pero sentiré que nunca es suficiente. Nuestras miradas no se cruzan, simplemente se quedan estancadas en nuestras manos, que se juntan y se separan constantemente; no siento el paso del tiempo.

—¿____? —la voz al otro lado de la puerta nos sobresalta.

—Joder... ¿¡Sí!? Levanta —salto de la cama y me pongo la camiseta de tirantes que hay tirada en el suelo.

—¿Puedo pasar?

—¡Un momento, Armin! —grito—. Detrás de la puerta. Métete detrás de la puerta —Levi hace rápidamente lo que le digo, y en cuanto se coloca ahí, abro—. Buenos días —le sonrío, y él me mira de arriba a abajo sorprendido.

—Yo... —parece incómodo—. Bueno, como no bajabas, he venido a buscarte, tenemos que seguir limpiando la cocina, y estabas tardando mucho...

—Lo sé, lo siento de veras, perdona, es que me he dormido... ¿Y el Capitán? —pregunto con falso interés.

—No lo sabemos, no está aquí y nadie lo ha visto irse por la mañana.

—De acuerdo, bajo enseguida, ¿vale?

—Sí... —cierro la puerta rápidamente, y voy en busca de mi ropa.

—No me he dado cuenta de la hora, perdón —me dice Levi, buscando también su ropa. 

—No te preocupes, ahora solo tenemos que saber qué hacer contigo, porque supuestamente te has ido.

—Salto por la ventana y entro por la puerta, no es nada difícil —lo pienso un instante.

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora