La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]

Capítulo 20

Espero en la puerta, como Levi me ha indicado que haga a esta hora. Mientras estoy sola, de pie sobre la madera vieja, y apoyada sobre la pared de pintura desconchada, escucho las voces de las personas que hablan dentro, como un murmullo en mi oído. No quiero prestar atención a sus palabras, soy consciente de que no está bien, y si Levi se enterara, podría meterme en un lío.

Pienso en toda la información nueva que tengo para distraer mi mente. Quizá Eren consiga cerrar el agujero del Muro María, quizá sea capaz de controlar a los Titanes... Si eso es verdad, la humanidad tiene esperanza... Todos podremos salvarnos.

La puerta se abre, y Connie y Hange salen de allí.

—¡Buenos días! —digo, sorprendida, sobre todo por la presencia de Connie. ¿Qué hace él aquí?

—Oh, buenos días —Hange también parece ligeramente sorprendida de verme allí—. ¿Qué haces aquí?

—El Capitán me dijo que viniera —digo, cuidando mis palabras.

—¿Levi? —me pregunta.

—Sí... Levi —miro hacia Connie, que tiene la mirada perdida—. Connie... ¿estás bien? —él levanta la vista hacia mí, con los ojos muy abiertos, pero no dice nada.

—¡Sí! Connie está bien —me responde Hange rápidamente, y abre la puerta—. ¡Levi! Hay aquí alguien esperándote —vuelve a mirarme con una sonrisa nerviosa—. Saldrá en seguida. Nosotros nos vamos. ¡Adiós!

Antes de que me de tiempo a decir nada desaparecen, y yo me quedo en el mismo lugar, confusa.

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando la puerta vuelve a abrirse, pero esta vez, por fin, es Levi el que sale.

—Hola —le digo con la sonrisa más amplia y sincera que soy capaz de hacer—. Al final has tardado bastante —me doy cuenta de la cara que pone, y refleja demasiadas emociones. Asco, rabia, tristeza, ira, miedo, confusión...—. Levi... ¿Qué ha pasado?

Él por fin me mira, pero sin cambiar su expresión. 

—Tenemos que hablar. En otro lugar.

Realmente estoy preocupada, pero no puedo hacer nada más que seguirlo, a dónde sea que me esté llevando.

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—Entonces... —procuro medir bien mis palabras—. Todo este tiempo... Cada Titán que hemos estado matando... ¿Era una persona? ¿Atrapada en el cuerpo de un Titán? —dudo mis últimas palabras.

—Presuntamente —nos quedamos en silencio, él y yo solos en su cuarto—. Nunca he dejado de matar personas... —dice en un susurro sus últimas palabras.

—Todos lo hemos hecho —digo, intentando consolarlo.

—No lo entiendes —me dice. Tiene razón, quizá no lo entienda.

—¿Y ahora qué vamos a hacer? —pregunto, después de mantenerme callada un rato.

—Ahora... Las cosas van a empezar a ponerse complicadas.

—¿Todavía más? —digo incrédula.

—El plan es salir de aquí. Ir a alguna parte dónde podamos ocultarnos con Historia y Eren, y que él practique el endurecimiento de Titán para sellar el muro. Es todo lo que podemos hacer por ahora —me explica.

—¿Quiénes iríamos? —le pregunto.

—Yo, y mi nuevo escuadrón.