Capítulo 24

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Sigo el carro. Esa es mi única misión, seguir el carro en el que son transportados los verdaderos Eren e Historia. Intento no agobiarme, pensando en los demás, en cómo estará yendo el plan. Me centro en mi lado, mi lado del plan, seguir el carro y protegerlo; y, de momento, todo va como la seda. 

Llega a un punto dónde hay una aglomeración de gente, pero no me preocupo, pasarán tarde o temprano, seguro que todo va bien. 

Escucho el cable de un equipo recogerse cerca de mí, y cuando me doy cuenta, está a mi lado.

—Levi —su presencia aquí me sorprende.

—¿Cómo va? —me pregunta.

—La calle está llena de gente, pero nada más —informo—. Casi han llegado a la residencia del comandante Pixis. ¿Qué tal el plan del cambiazo? —pregunto con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Un éxito —me dice, con la voz totalmente apática. Miro hacia él, y examino sus facciones.

—Pues no se te nota en la cara.

—No —responde seco—. Aquí pasa algo raro. La Policía Militar nunca contrataría criminales, son demasiado arrogantes. Tampoco usarían a unos aficionados. Esto no me cuadra —Levi empieza a hablar más bajo, mascullando sus pensamientos—. ¿Y si estuvieran siguiendo el carro? Cuando el grupo tuviera el objetivo a tiro... 

—Levi —interrumpo sus murmullo, y me mira—. El carro va a empezar a avanzar en breve.

—____ —yo lo miro—, ¿conoces a Kenny el destripador? —mis pensamientos se ordenan rápido, buscando ese nombre.

—¿El asesino en serie de la capital? —le pregunto, creyendo recordarlo—. Dicen que se cargó a más de cien agentes de la Policía Militar. Pero eso fue hace muchos años, no es más que una leyenda urbana —le digo, sin entender muy bien a dónde quiere llegar a parar.

—Pues existe. Y todo eso es verdad —suelta de repente—. Fue él con quien viví cuando mi madre murió —sus palabras no me gustan.

—¿A que viene eso ahora? —digo, soltando una risa floja—. No es momento para bromas, Levi —sé que él no haría una broma como esa, y menos en este momento, pero no puedo permitirme distracciones ahora y vuelvo a mirar al frente, hacia al carro, aunque todavía lo escucho murmurar.

—Eso es. Él no tendría problemas en contratar a unos aficionados. Porque en el momento en el que tuvieran el objetivo a tiro, se colocarían detrás, formando una doble diagonal. Luego, desde un punto alto, con buena visión... —de pronto parece sorprendido por sus propias palabras, y lo que pasa a continuación, jamás lo hubiera esperado— ¡____!

Un fuerte ruido suena, y consigo evitar el disparo justo a tiempo, pero la pared que estaba a mi lado se rompe en mil pedazos y los escombros me aplastan. El miedo me congela. Me quedo muy quieta, y no respiro. Con los ojos tan solo ligeramente entreabiertos y a través de los escombros que ocultan parcialmente mi cara, consigo ver a Levi, oculto detrás de un muro, con sus ojos abiertos de par en par, clavados en mí, y toda su cara se contrae en una mueca de profundo dolor. Levi cree que estoy muerta. ¿Qué debo hacer? ¿Me muevo? Si doy un paso en falso, volverá a disparar. ¿Me dará tiempo a esconderme como Levi? Probablemente no, teniendo en cuenta que debería sacar todos los escombros de encima. ¿Y si no me muevo? Levi piensa que estoy muerta.

Necesito que sobrevivas, porque si te pierdo, no sé si seguiré luchando. 

¿De verdad crees que puedo perderte a ti también? ¿En serio crees que podré soportarlo?

Tengo que levantarme. Tiene que saber que estoy viva, porque si no, puede ser él el que muera. Pero si lo hago, entonces me disparará, y esta vez si que dará en el blanco. ¿Qué debo hacer? ¿Seré capaz de hacerle algún tipo de señal discreta?

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora