Capítulo 22

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Levi siempre me obliga a mantener todo extremadamente limpio, pero sin lugar a dudas Eren es peor, no porque sea aún más escrupuloso, sino porque el miedo que Levi le provoca lo obliga a tener todo impecable.

—¡Vosotros dos! —Eren se dirige a Sasha y Jean, que acaban de entrar por la puerta—. ¿Es que no sabéis sacudiros el polvo antes de entrar?

—¿Eh? ¿Pero qué dices? —Jean suena molesto—. ¿Cómo quieres que lo haga cargando con esto? —dice, y apoya un gran saco sobre uno de los muebles de la entrada.

—¡Hazme caso! ¿Crees que el Capitán se callará si te ve entrar así? —la voz de Eren suena tan aterrada que no puedo evitar reírme, pero él continúa hablándole a Jean—. ¡Si esta mañana no llego a estirarte las arrugas de la sábana...!

—¿Quieres parar ya? ¡Ni que fueras mi madre! —acaba explotando Jean.

—La verdad es que en eso último Eren tiene mucha razón —ambos me miran—. A Levi le molesta mucho que la cama esté mal hecha. Las sábanas siempre tienen que estar... —deslizo las manos sobre una superficie imaginaria mientras silbo—. Perfectamente extendidas.

Se escucha el sonido de la puerta y después la voz de Mikasa.

—Ya estamos aquí.

Historia y ella llegan cargadas de leña, y Mikasa sostiene un hacha.

—¿Estabas cortando leña? —pregunta Armin preocupado.

—Tenía el cuerpo agarrotado —suelto una risa floja, como un suspiro, ante el comentario de Mikasa.

—¡Pero no deberías moverte después de lo que te hizo el Titán!

—Ya se lo he dicho, pero pasa de mí —le dice Eren a Armin, molesto—. Y antes estaba haciendo abdominales.

—¿¡Ahora la espías o que!? —grita Jean.

—¡Mikasa! —Armin ignora la discusión de esos dos—. ¡Que no eres un animal salvaje!

—Es casi como si estuviéramos haciendo la instrucción otra vez, ¿verdad? —la voz de Sasha devuelve el silencio y la calma al lugar.

—Ya... Aunque no entiendo por qué nos han elegido para formar el nuevo escuadrón Levi —dice Armin, dándole vueltas a su cabeza, como siempre—. Proteger a Eren e Historia es una misión muy importante.

—Será porque somos buenos soldados —rápidamente Sasha coge un bollo de pan, y lo introduce en el bolso, procurando que nadie se de cuenta.

—Sasha... —el rostro de Armin se oscurece— ¿Qué te has metido en la bolsa?

—Nada que se parezca a un pan.

Su voz extremadamente seria hace que yo acabe riendo escandalosamente ante su inesperada respuesta.

—Eh, ¿ya estamos otra vez? —pregunta Jean, acercándose.

—Devuélvelo, Sasha —dice Connie, aportando por primera vez a la conversación.

Ella me mira mientras río, y yo solo niego con la cabeza, incitándola a que se lo quede.

—¡Por favor! Hay que acabar de limpiar antes de que vuelva el capitán.

—¡Saca el pan, Sasha!

No puedo parar de reír, cuando escucho el ruido proveniente de la puerta.

—¿A qué viene tanto jaleo?

—Eres un caso...

—¡Es la comida de todos, Sasha!

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora