La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]

Capítulo 42

Me siento en el tejado, de espaldas a ellos, sin querer ver ni saber nada. Me doy cuenta de que ninguno de nosotros miramos la escena, pero menos aún Connie y yo, que estamos demasiado ocupados atendiendo a Sasha. Acaricio su cabeza despacio, y sus párpados tiembla.

—Sasha... —susurra Connie, tomándola la mano—. Venga, abre los ojos —pero ella no lo hace, y él suspira.

—Cuando despierte... —digo con media sonrisa—. Deberías decirle lo que sientes.

—¿Eh? No sé de que hablas —él mira hacia otro lado, y yo suelto una risa floja.

El estruendo de la transformación de un titán nos sacude, y lo próximo que oigo es el equipo de maniobras tridimensionales de Levi, que se aleja del titán de Erwin. No miro en su dirección, y Connie tampoco mira, pero sí escucho los pasos del resto de mis compañeros.

—Chicos... —la voz de Jean está llena de incredulidad—. Ese titán...

Connie se pone en pie, cargando a Sasha de nuevo, y yo hago lo mismo, dándome cuenta de la cara de sorpresa de todos, y cuando miro al titán, me doy cuenta de por qué es.

—Es... —no soy capaz de continuar.

—¡Armin! —miro hacia Eren, que tiene la cara llena de ilusión, al igual que Mikasa.

—Pero entonces... —giro mi cabeza en dirección a Levi, que está sentado frente al cuerpo de Erwin, junto con Floch y Hange.

Me dispongo a ir hacia ellos, cuando escucho los gritos.

—¡Chicos! ¡Salvadme! —Bertolt nos grita un momento, pero se da cuenta de que no tiene nada que hacer, y Armin se lo acerca a la boca, mientras él sigue gritando, desesperado—. ¡Annie! ¡Reiner! 

Armin lo mete en su boca, y yo no quiero seguir viendo, no puedo, y salgo de allí rápidamente, en dirección a Levi, y lo abrazo por la espalda, antes de que pueda girarse.

—Gracias —le susurro cerca del oído, con mis manos rodeando su cuello por encima de los hombros.

Siento como con una de sus manos acaricia mi muñeca.

—Capitán, ¿por qué? —pregunta Floch.

—Perdónalo. No tenía opción, tenía que ser un demonio. Nosotros se lo impusimos. Y ahora que es libre de este infierno, intentamos traerlo de vuelta. Pero tenemos que dejarlo descansar.

Escucho un fuerte golpe, y cuando me giro en esa dirección, veo como el titán de Armin ha caído al suelo, y me separo ligeramente de Levi.

—Armin... —susurro para mí.

—Ve con ellos —me dice Levi—. Ve a sacarlo de ese montón de carne.

Dudo un segundo, mirándolo, pero al final lo hago, y me acerco a los demás con el equipo.

—¿Vamos? —pregunto, y todos asienten. Connie deja a Sasha con mucho cuidado sobre el tejado, y es entonces cuando nos acercamos hacia Armin.

Sale del cuerpo del titan, y entre lágrimas, todos avanzamos hacia él, sujetándolo.

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Continúo acariciando la frente de Sasha, despacio, está inquieta. Armin también comienza a moverse, pero de pronto, él despierta, y nos miramos fijamente.

—Aguanta... Aguanta... —los murmullos de Sasha es lo único que rompe el silencio, y yo permanezco inmóvil.

—¿____...? —mis ojos se llenan de lágrimas cuando lo escucho pronuncia mi nombre, y le sonrío.