One Shots GTA +18

Micheddy

Demasiado tarde.

Michelle estaba concentrada en el papeleo, tenía una migraña que sentía que le palpitaba la cabeza, lo más probable que si alguien venía a molestarla le venga pegando un tiro entre ceja y ceja. Trabajaba con puros incompetentes, pero ha esos incompetentes ya les había agarrado cariño.
 
A Conway lo quería, amo y cuidó a Julia con todo lo que pudo, Conway fue su sustento cuando pasó eso, aunque los dos estuvieran rotos después de la muerte de Julia se cuidaron como ella lo hubiera querido.
 
A Volkov, el se trataba de hacer el duro, pero ya que lo conocías bien te dabas cuenta de que solo era una persona asustada que se quería cuidar a el y a los que lo rodea, admiraba eso de el, que pusiera a los demás antes que a el.
 
A Gustabo, ho ese cuanto dolor de cabeza le ocasiono y cuantos sustos, el era el que más amor necesitaba, cuidaba de los demás pero no cuidaba de él, hacía sus problemas aún lado, no le importaba sufrir hambre con que los suyos no la pasarán, se descuidan y trataba de hacerse el fuerte con los suyos.
 
Horacio es un rayito de sol y esperanza, que necesitaba ser cuidado, pero eso no significaba que fuera estupido o inútil, no necesitaba que lo protegieran de los disparos o de los golpes, sino de el mismo, era una bomba que no tardaba en explotar, de disfrazar su enojo con felicidad, ignorando sus problemas ocultando con "comérselos", es una persona muy confiada y ya saben lo que dicen "el confiado murió por la traición" se preocupa por los suyos, trata de estar bien para los demás aunque cada noche llore en la oscuridad de sus cuatros paredes, a el lo veía como un hijo, y nunca lo diría en voz alta.
 
Ahora vamos con Freddy el último pero no significa que sea el menos importante, hace muchos que nadie le coqueteaba ya que nadie tenía los huevos para hacerlo, o si lo hacían era algo para una noche, y cuando recibían sus negativas se cansaban y se retiraban, pero Freddy no, el sigue allí buscando una oportunidad, con sus coqueteos estúpidos que cada vez se ganaba una afirmación, lo admiraba porque después de vencer a The union el no abandonó a Armando, lo salvó y sacó del país.
 
Cada uno tenía un pedacito de su corazón que poco a poco se lo han ido ganado, y los quería y no le preocuparía dar su vida por ellos.
 
No sé dio cuenta en el momento que empezó que perdió tantas horas allí, necesitaba relajarse o tomar un respiro le dolía la cabeza, y si seguía así menos se iba a concentrar, interrumpiendo sus pensamientos alguien abrió la puerta sin tocar.
 
-Se puede saber ¿Quién cojo- su regañó fue interrumpido al ver la persona que estaba allí con una sonrisa.
 
-Cheleee- la saludo tan entusiasta como siempre -He visto que llevas varias horas aquí sin salir o comer, así que llego tu héroe- se autoproclamo -Te quiero llevar a un lado- le dijo posicionándose enfrente de ella.
 
-No, no lo creo Freddy, no tengo tiempo- la verdad estaba dudando entre aceptar o no, la propuesta sonaba tentadora, y más cuando su pansa le perdía comer.
 
-Ándale Neno, solo quiero enseñarte un lugar y sirve que comas- ahora mismo tenía un pie en el si, pero cuando vio los ojos de ilusión de Freddy se le revolvió el estómago.
 
-Si- dijo finalmente haciendo que Freddy soltara un chillido de emoción -Pero si no me gusta me largo- puso su condición. Al parecer a Freddy no le importó ya que la agarro de la mano arrastrándola de allí para emprender a su destino.
 
Cuando llegaron al coche se le quedaron viendo, y exactamente Michelle no sabía el porqué.
 
-Chele si ni me sueltas no podré ir al lado del conductor- dijo para mover sus manos que estaban unidas haciendo que a la contraria se le hiciera un sonrojo separando rápido las manos para ir a su lado del copiloto.
 
El camino era algo pacífico y tranquilo, exceptuando todo lo que Freddy contaba y hablaba, la música del fondo en un tono bajo pare que se le escuchara a Freddy, extrañamente eso la había tranquilizado, aunque hubiera ruido escuchaba atentamente lo que le decía, y aunque contestara con pocas palabras la conversación la tenía entretenida.
 
La verdad no se esperaba que fueran la playa donde había gente, volteo a ver a Freddy para una explicación pero solo obtuvo una sonrisa, además su ropa no congelaba, ya que el día anterior se había infiltrado en una gala y tenía un vestido rojo, como no tenía ropa de repuesto y terminó de bañarse en las duchas de la sede se volvió a poner el vestido.
 
Por lo menos se quitó los tacones no tan altos, pero seguían siendo tacones, Freddy la volvió agarrar de la mano, la jalo para seguir su camino de la playa.
 
La verdad le disgustaba este lugar por la arena que se te pegaba en todas partes, tantas personas juntas le estaba disgustado, se quería ir pero le iba a dar una oportunidad.
 
Mientras más caminaban menos gente había, también había más tranquilidad, al momento de escucharse las aves, el mar y las olas chocar con algunas piedras.
 
A lo lejos pudo ver una carpa, y mientras más se acercaba más se sorprendía, Freddy había preparado una cena para los dos, muy hermosa, antes nadie le había echo algo parecido, aunque no quisiera demostrar tanto asombro sus ojos verdes brillaban de la emoción y por la sorpresa.
 
Cada quien se sentó en una silla, en ningún momento se soltaron las manos, a Michelle no le molestaba ese tipo de contacto.
 
-Freddy- lo llamó -¿Por que hiciste todo esto?-
 
-Precias estresada, además lo quería hacer- contesto con simpleza, ganando una sonrisa enternecida de Michelle.
 
La comida pasó muy rápido, más de lo que Michelle quería, ella aún queria estar con Freddy, escuchando sus anécdotas y el escuchando las suyas, en un ambiente muy tranquilo y con paz, el atardecer se empezaba asomar.
 
-Ven, te quiero enseñar otro lugar- siguió los pasos de su acompañante, queriendo agarrar otra vez su mano, pero hizo aún lado la idea.
 
El mar se volvía cada vez más cristalino, la arena más blanca, donde se veía que la gente no pasaba mucho por allí, una lástima porque de verdad era muy lindo.
 
De la nada vio como Freddy se sentaba en la arena apoyándose en sus brazos, y las piernas estirados, siguiéndolo se sentó a un lado de el, con la espalda recta y las piernas es estirada, ya que si se cruzaba de piernas se le subiría el vestido.
 
Volteo a ver a Freddy, el atardecer chocaba contra su piel, tenía los ojos cerrados, esos ojos negros, y su cabello negro un poco despeinado por la brisa, sus labios de un tono rojizo, esas pestañas largas y rizadas.
 
-Me gusta mucho este lugar, cuando estoy estresado vengo aquí, es muy tranquilo, de vez en cuando puedes ver los delfines acercarse- hablo con los ojos cerrados -pensé que te gustaría, este es mi lugar- abrió los ojos chocando con los verdes de Michelle con ese brillo que casi siempre estaba apagado.
 
Se fueron acercando poco a poco, se llamaban como imanes, y no podían detener ese acercamiento tal meteoritos que fuera a caer en la Tierra, chocaron sus labios.
 
Era un beso que necesitaban los dos, era un simple beso que lleno el pecho de los dos.
 
Cuando se separaron sonrieron pero aún mezclando sus respiraciones, Michelle sin pensarlo mucho más volvió a unir los labios, este era un poco más rudo, sus lenguas se conocían, sus dientes chocaban, sus labios dolían, pero no querían parar el sabor esta tan adictivo.
 
Freddy posó su mano en la cadera de esta mientras ella lo atraía más abrazado con sus brazos por los hombros, al punto de quedar recostada sobre Freddy.
 
Sentía las manos frías de el pasar por la parte descubierta haciendo que soltar un jadeo, Freddy posiciono el cierre entre dos de sus dedos para bajarlo, no antes mirar a Michelle a los ojos esperando su confirmación, confirmando con un asentimiento de cabeza.
 
Bajaba el zipper acariciando su espalda, mientras ella soltaba suspiros que no podía acallar y ni quería.
 
Se acomodó mejor quedando sentada en el regazo para volver a bajar y empezar un beso más delicado, que disfrutarán los dos.
 
Freddy pasó las mangas del vestido rojo por los brazos para bajarlo y mostrar su sostén de encaje negro que hacía resaltar más sus senos.
 
Michelle empezó a jalar en un intento de quitar la sudadera negra fallando haciendo que Freddy se sentara con ella encima para sacársela junto con su playera blanca de abajo quedando con la parte de arriba desnuda. Michelle sentía enrojecer por tales vistas.
 
Empezó a mover sus caderas sacándole gruñidos a Freddy, la sostuvo por los muslos y la levanto para llevarla y dejarla en la mesa tirando lo que quedaba encima.
 
Paso sus manos por detrás de ella tratando de quitar el sostén llando, y estresándose.
 
-No puedo Michelle- haciendo que la nombrada soltara una carcajada y se estremeciera a la vez por el tono que utilizo.
 
Se encardo de quitárselo ella misma quedando solo con el vestido cubriendo la parte de abajo ya levantado mostrando su ropa interior negra a conjunto del sostén.
 
Freddy estaba disfrutando mucho de lo que veía, tener a Michelle a su merced y disfrutando, sonrojada mostrando sus partes más íntimas de ellas, era lo mejor que le podía pasar en su vida haciendo que en su cara se posara una sonrisa triste.
 
La extrañaría...
 
Despertó de su ahogamiento de tristeza cuando vio a Michelle bajado para ponerse de rodillas y bajar el pantalón de chándal que traía, haciendo que se pusiera nervioso.
 
-Mich..lle- le hablo -No es necesario que hagas eso- Michelle siendo tan ella no que importo, agarro el miembro y le dio una lambida en el glande sacándole un gemido a Freddy.
 
Beso la punta probando de ese líquido transparente que sabia un poco salado pero no le disgustó, con ganas de más paso su lengua todo el largo para al final atraparlo con sus labios y empezar movimientos de cabeza inexpertos.
 
Era su primera mamada, en su historial de vida no había tenido encuentros sexuales, no más de 2 o 3, y era la primera vez que tenía ganas de hacer una.
 
Movia su cabeza de arriba abajo, supo que estaba haciendo bien cuando sintió la mano de Freddy en su cabeza, volteó hacia arriba pero sin parar sus movimientos y vio el cuerpo marcado de Freddy, su cabeza hacia atrás para sacar gemidos, cuando sintió la mirada de Michelle bajo la cabeza chocando con esos ojos verdes como las hojas de los árboles, le sonrió, viendo cómo su pene salía y entraba de esos labios que tenían un labial entre rojo y rosa esparcidos al rededor de sus labios.
 
Sin duda no era la mejor haciendo eso, pero por el simple echo de ser ella quien lo haga, la hacía la mejor, sin dudas.
 
Cuando sentía que se iba a venir la levanto, no lo quería hacer así, quería hacerla disfrutar.
 
La volvió a poner encima de la mesa empujándola para que se recostara y bajar totalmente el vestido y la ropa interior que quedaba, mostrando la con un vello púbico, acercó su mano viéndola a los ojos y cuando la tocó haciendo que los cerrara por la vergüenza y el placer a su vez.
 
Empezó hacer movimientos circulares con su pulgar sintiendo lo mojada que se encontraba, acercó su boca a un pezón para dejarle besitos y con la mano sobrante apretar a su gusto el otro, con la mano que tocaba su clítoris metió su dedo medio y empezar hacer movimientos sin dejar de jugar con el clítoris, escuchaba los gemidos de placer que soltaba haciendo que se pusiera más duro, si eso fuera posible, metió un segundo dedo simulando embestidas, duro un tiempo así hasta que sintió temblar a Michelle y sacó los dedos cancelando su orgasmo.
 
Michelle le iba a reprochar cuando vio de su pantalón sacar un condón, haciendo que una sonrisa en sus labios, pero después una cara de confusión.
 
-¿lo tenías planeado?- cuestionó.
 
-No, pero hombre precavido vale por dos- le guiño un ojo para colocarlo ante la atenta mirada de Michelle, se acercó para posicionarse entre sus piernas -¿Estas segura de esto?- no quería hacer algo que ella no quería o por presión.
 
-Si, estoy segura- le sonrió mostrando sus dientes para volver acostarse.
 
Sintió el miembro de Freddy adentrarse en ella, separar poco a poco sus carnes, luego sintió como se quedó quieto, lo miró a los ojos y le dio una mirada cansada.
 
Solto un gemido cuando Freddy empezó hacer movimientos lentos de pelvis para que se tranquilizará, y ella queriendo más puso sus manos en el trasero de este apretándola pidiendo más y consiguiendo. Haciendo sus pieles chocar, los testículos de el rebotar en ella.
 
Sentía sus ojos cerrarse del placer y soltó un grito cuando su puto G fue atacado por el glande.
 
Freddy desde ese ángulo siguió sus embestidas, luego con su dedo pulgar acariciar su clítoris haciendo que delirar de placer, sentía explotar, empezó a rasguñar la espalda baja de Freddy, quien al sentir eso soltó un jadeo de dolor mezclado con placer.
 
Michelle sentía su vientre contraerse, una explosión y cosquilleo anunciando el orgasmo y no tardando en llegar, soltó un gemido que le desgarró la garganta. Freddy al ver como hizo un arco con su espalda, sus ojos volverse blanco a la vez que estiraba su cuello hacia atrás para gemir lo hizo llegar, llenado el condón, bajo a probar otra vez sus labios siendo correspondido.
 
Salió de Michelle, anudo el condón y lo tiró mientras veía a Michelle ponerse su ropa interior y su sudadera negra quedándole grande, viéndose hermosa, como siempre.
 
Se puso su chándal y playera blanca y se recortaron en la parte trasera del coche para ver el cielo estrellada, sintió la respiración tranquila de Michelle, la volteó a ver y la vio dormida, le empezó acariciar su cabello, se le resbaló una lágrima que limpió.
 
(...)
 
A la mañana siguiente Michelle despertó sola, pero supo que hace poco se fue Freddy, su instinto se lo decía, se puso un poco triste pero luego vio una carta y se puso feliz, la agarro para empezar a leerla.
 
*Chele.
 
Yo no soy feliz aquí en la ciudad de Los Santos, quiero una familia, quiero ser libre, sin vivir con el miedo de recibir una bala cada día, ver a las personas que quiero morir día tras día.
 
Espero un día puedas sentir un poco de lo que yo siento hacía a ti, y puedas ser feliz, tu nunca vas a ser feliz conmigo, no sabia nada de lo que iba a pasar esta noche, y ahora mismo te veo dormir a lado mío con mi sudadera negra que te hace ver preciosa y me enamora cada día más de ti, lamento no ser eso que te haga sentir feliz día tras días, lamento ser un cadillo en ese hermoso trasero.
 
Si un día me quieres buscar no lo hagas, al menos de que sea para que me pidas matrimonio, yo no lo pienso hacer, quiero que tu lo hagas.
 
Michelle gracias por todo y perdón por tan poco, te amo y te amo tanto que duele, lamento ser un cobarde que no te lo pueda decir viendo esos hermosos ojos verdes que te recuerda al verano.
 
Te quiere el puto Freddy*
 
No sé dio cuenta en el momento que empezó a soltar lágrimas, era obvio Freddy no la iba espera por siempre.
 
Tuvo el tiempo suficiente para alcanzarlo, pero no lo hizo se quedó viendo el amanecer.
 
(...)
 
Todos los días veía esa carta en su escritorio invadiedole una tristeza, sintiéndose una cobarde por no ir por el, sabia su localidad la había buscado, no por nada era la jefa del CNI.
 
Así paso dos años, tratando de superarlo, y olvidarlo, pero su corazón no la dejaba, así que tomo una decisión.
 
(...)
 
Estaba sentada mirando las grandes ventanas, mientras movía sus piernas de arriba a bajo como tic nervioso, mientras veía en su bolsa una caja de terciopelo negra.
 
Escuchó por las bocinas su vuelo anunciado y se paró, era momento de elegir su felicidad, de ser feliz con la persona que hizo latir ese corazón de piedra y que fluya sangre.