One Shots GTA +18

Volkacio 2

Amor y Lujuria 2.

Jack- intentó acercarse, pero lo único que logró fue que Conway diera pasos hacia atrás.

-Ni se te ocurra tocarme, no quiero que me toques, no quiero tus sucias manos encima mío-

-Jack...-

-No digas mi nombre no tienes derecho-

-Déjame explicarte, Conway-

-Ve empezando- Conway se sentó en la cama esperando una explicación -Mínimo ponte una camisa, para no andar viendo lo que hiciste cuando no estabas aquí-

Volkov le dio la espalda para así poder buscar una camisa y cuando se dio la vuelta, Conway pudo ver los rasguños en su espalda, los chupetones que tenía su cuello.

Volkov ya que se puso su camisa se puso en frente de Conway, mantenía su espacio, no se sentaría a lado de él, lo quería respetar en lo de lo tocarlo.

-Solo fue un desliz, si quieres pierdo el contacto con él, y no volverá a pasar-

-Volkov está... está es la primera vez que sucede? -

-...-

-Volkov, ¿me amas? -

-Si-

-Lo amas-

-...-

Ese silencio más que suficiente para Conway, e iba a salir de la habitación cuando una mano lo sostiene.

-Siéntate por favor, déjame explicarte todo bien-

Conway solo asistió, no lo quería ver a los ojos, porque si lo hacía, probablemente lloraría y lo golpearía.

-Todo empezó por un operativo, estaba en un bar y el me llamó la atención, me le quedó observando cuando lo que vi que compró una sustancia, yo para ese momento ya estaba un poco tomado...-

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Allí estaba un chico de cresta bailando en el centro de la pista, movía su cuerpo como un experto, como una obra de arte, tan delicado pero salvaje a la vez.

Tenía un top colorido gris con brillos de tirantes se le remarcaba a su cuerpo, algo sutil, y una falda negra con un zipper gris con brillos, combinado con el top, la falda le llegaba arriba de las rodillas y es de tiro alto, le remarcaba su cintura.

Se veía de puta madre Volkov lo sabía, los de al rededor lo sabía, con los que bailaba los sabía, y, sobre todo, el lo sabía.

Ya sabía que el Comisario Volkov lo observaba, no disimulaba, y a él le gustaba sentirse deseado, por uno de los hombres más poderosos de la ciudad.

Movía sus caderas, la falda hacia sus movimientos más majestuosos, tocaba su cuerpo detallando su esbelto cuerpo, dio media vuelta quedando a espaldas del Comisario, y así como se dio la vuelta empezó a perrear, movía su trasero de derecha a izquierda, de arriba abajo, en círculos, y todo el espectáculo solo para Volkov.

Volkov ya estaba tocado por la ebriedad, ya seguía sus impulsos, y uno de ellos fue parase para ponerse detrás de el del Creta y agarrarle la cadera para pegarle a el y bailar.

Él no era estúpido, sabía que el de Cresta lo hacía a propósito, para calentarle y le salió perfecto el plan.

Ahora dos cuerpos sudados bailando muy pegados, demasiado pegados, si te acercaba sentías la tensión sexual de ellos.

Horacio se dio media vuelta y observó a los ojos al Comisario, se puso de puntillas para así besarlo, Volkov se separó de inmediato.

Pero volvió a observar al de cresta con su maquillaje, que consistía en las cuentas un delineado negro y una sombra gris con brillantina, un labial color rojo, y se le antojó.