Volkensia

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Salón.

ACLARACIÓN:
LOS DOS SON MAYORES DE EDAD

Joder debería ser pecado vestirse de esa manera, allí estaba Hortensia sentada en el escritorio, tan cerca pero tan lejos.
 
A demás no puedo hacer nada, no ahora, no frente a toda la clase, pero esa chica no hacía más que calentarme, como se subía la falda, y cuando la voltee a verla, se la baja como si ella no se lo hubiera subido.
 
Cómo es que esa chica, mi alumna, me caliente tanto? Con un solo movimiento podía hacer mi mundo arder, con solo una falda y sus carnosos labios sabor durazno que conocía tan bien, pero tan bien, y que a la vez me encantaba.
 
Y ella lo sabía, cada vez que volteaba a verla, se los relamía, pero como no hacerlo? Como no quererla? Tan dulce e inocentes, irradiaba felicidad, tenía algo especial, una persona cálida.
 
Sus piernas gruesas, su caderas anchas, que hacían nada más que hacer su cintura más pequeña, sus senos grandes, redondos y firmes.
 
Esas media blancas, con esa falda guinda y esa playera blanca, con el pelo amarrado, tenía la cabeza agachada, y eso solo hacía que en el cabello se separaran mechones y le cayeran en la cara, eso solo hacía verla más tierna, ella mordiendo el lápiz, no hacía nada más que pensar que eso fuera otra cosa, esa chica me estaba enganchando en sus redes, como al quien quisiera, ella puede obtener la o el que quiera, o la cosa que quisiera, el mundo está a sus pies.
 
Ella es un Ángel caído del cielo tan perfecta, su piel Canela y esos ojos de diferente color .
 
Hortensia no estaba tan diferente de Volkov, su querido Maestro, con esa camisa de vestir blanca arremangada hasta los codos, no hacía nada más que se le vieran esos brazos musculosos, ella se lo imaginaba que el estampando la contra su escritorio mientras la ahorcaba, esos corbata azul, que ella le regalo y le queda magnífica, ese pantalón de vestido que no hace nada más que marcar ese trasero y es piernas, su cabello platinado perfectamente peinado, esos ojos azul casi grises profundos que con verlos sientas que te estás ahogando en el mar, o estás en un hermoso día soleado.
 
Me encanta mucho que sea serio y muy correcto, reservado y tan educado, eso me prende más, eso solo es una tapadera, ya que en la cama lo que el tiene de serio yo lo tengo de santa, y muchos sabemos que yo de santa no tengo nada, pero para que mentir si es verdad.
 
Me encanta ver, como es que me observa, me encanta tener a las personas babeando por mi, tenerlos a mis pies, me hace sentir que tengo el poder, pero con mi Profesor es diferente, Yo lo quiero, de verdad lo quiero, no se como empezamos acostarnos, fue por pura casualidad, una hermosa casualidad.
 
Me molesta ver como las maestras le coquetean, acaso no entienden que el es mío? Necesita que las haga entender?.
 
Estaba en mis pensamientos hasta que tocan la puerta, observo quien es y si es la maestra Sloane, Dios como es que solo por su presencia me irrite y me amargue el día.
 
~Profesor Volkov, me pude acompañar afuera?~ Pregunto la pelirroja, con una sonrisa extraña, que no pasó desapercibida por Hortensia.
 
~Claro, voy en seguida~ La maestra salió, dejando a Volkov un poco inquieto.
 
~Voy a salir y cuando regrese quiero que tengan la actividad echa, no tardo, no quiero ruido~ Salió dándole una mirada a Hortensia, es sus ojos veía algo de celos, de enojo y eso le hizo sonreír discretamente.
 
Ya había acabado la clase y el maestro no regresaba, ya todos se estaban llendo, y había escuchado por sus compañeros, los que salieron al baño, que podrían decir que hasta escucharon gemidos, y eso a Hortensia no le agradó para nada.
 
Hortensia se quedó en el aula esperando al maestro para encararlo y preguntarle "¿Que cojones estaba haciendo? Y ¿Dónde como estaba?"
 
En unos 10 minutos después llego el Profesor, se sorprendió de ver a Hortensia parada en frente del escritorio, esperándolo, con una mirada fría y con furia, y lo peor de todo es que el no entienda el porque.
 
~Qué estabas haciendo con Sloane? Y porque tardaste tanto?~ Allí está la razón de su enojó.
 
~Discúlpame solntse, pero eso a usted no le incumbe~ Le encantaba que Hortensia tuviera celos, solo lo hacía para hacerla enojar más.
 
Hortensia se le quedó viendo, estaba enojada, no, no estaba enojada, estaba furiosa, paso a lado de Volkov para salir del salón, cuando el brazo de Volkov la jalo hacia el, para así poder estampar su labios, Hortensia se separó de él, no pensaba besarlo si antes beso a la zorra de Sloane, no si antes se la cogió.
 
~No hice nada con Sloane, ella se me estaba insinuando cuando apareció el director y nos llevó a la oficina, para regañarle, por falta de respeto, a demás le suspendió el sueldo~ hablo entre susurros.
 
Quería dejárselo claro, no quería que Hortensia se enojara con el, no podría vivir sin que ella estuviera cerca, sin su besos, ni sus abrazos, mimos o su risa, con tan solo pensarlo sentía que se le estrujaba el corazón.
 
~Entonces debo de agradecerle a mi papá? Si mi papá no te hubiera salvado, qué hubiera pasado Viktor~ Mientras iba hablando su voz se fue entrecortando, tenía ganas de llorar
 
~Claro que no Hortensia, no la hubiera dejado hacer nada, solo que tu papá llego antes~ le respondió dándole besitos en su puchero.
 
Con eso pareció que Hortensia se tranquilizó, y por los besos de Volkov, le empezaban hacer cosquillas.
 
Esos besos que empezaron inocentes fueron aumentando, esos piquitos que le daba, ahora eran besos fogosos y a la vez tan descuidados, sus dientes chocaban pero también son llenos de adrenalina y amor.
 
Los cuerpos se empezaban a calentar ahora Hortensia tenia sus brazos al rededor de Volkov, y Volkov tenía los suyos al rededor de la cintura de Hortensia, para así poder acercarla más hacia el.
 
En el salón se sentía un aire caliente sofocante, pero no de una forma mala, todo lo contrario, se sentía tan bien que estuviera así.
 
Hortensia empezó a sentir como un bulto en su estomago, eso la invitó ha hacer movimientos, para así poder hacer jadear a su Profesor.
 
Cuando Volkov tomó un poco de cordura la separó.
 
~Hortensia en verdad lo vamos hacer en un salón? Nos van a escuchar~ se lo dijo viéndola a los ojos.
 
~Viktor a esta hora ya todos se fueron, ya no hay nadie, a demás estamos en la ala Norte, menos van a venir hacia acá~ Respondió volviéndose acercarla para empezar otra sesión de besos.
 
A Volkov le pareció reconfortar esas palabras, ahora si va a poder sacar ese lobo que lleva adentro y solo lo saca con Hortensia.
 
Volkov bajo sus manos hacia el trasero de Hortensia para estrujarlo, luego con las manos allí le dio un empujoncito para que ella brincar y así poder enredar sus piernas al rededor de la cadera.
 
La iba a dejar encima del escritorio, pero había demasiados papeles, y eso no le importaba, pero de verdad había demasiados, entonces, lo que hizo fue acostarla en el piso y el se puso encima de ella, los besos pasaron desde su pómulo izquierdo, por el cuello, la clavícula hasta esas dos montañas perfectas, empezó a desabotonar la camisa para poder abrirse el paso.
 
Hortensia no se quedó atrás, ella quitó su corbata y desabotono la camisa para poder tocar más.
 
Paso por detrás de ella sus manos hasta llegar en el clip del sostén, y así poder quitárselo, se lo llego a quitar, y enterró su cabeza entre sus senos, besando, succionando y chupando su pezón derecho y con su mano el otro pezón, y sus jadeos y pequeños gemidos lo invitaban a seguir era como un canto de sirena que te atraía, te atraía a la profundidad del pecado, de la lujuria y el deseo.
 
Volkov estaba entre las piernas de Hortensia, frotando su sexo contra el de ella.
 
No esperaba para nada que Hortensia y le diera la vuelta, para ella quedar encima de él, y poner si trasero encima de su pelvis y empezara a moverse, desabotono la camisa del mayor, ya besar su cuello, dejando besos húmedos y una que otra marca.
 
Hortensia comenzó a bajar por el pecho dejando un rostro de saliva por su pecho, llego a sus pezones y los estimulo, los beso y los chupo, volvió a tomar su camino hasta que llegó al ombligo, siguió los vellos que daban paso a su masculinidad, desabrocho el cinto al igual que el botón, bajo el pantalón junto los bóxer de una jalada.
 
Empezó a dejar besitos por los muslos y en la parte interna de estos, luego empezó a dejar besos más húmedos en la hombría.
 
Volkov se la estaba pasando de puta madre, pero el también quería darle una estimulación, pero tampoco quería que Hortensia parara.
 
~Horetnsiaaa date la vuelta déjame ver ese hermoso trasero~ dijo entre jadeos.
 
Y Hortensia como buena alumna obediente hizo lo que le pidió puso su trasero en la cara del Profesor.
 
Volkov asegura que mientras el tenga cara Hortensia va a tener donde sentarse, mie tras Hortensia dejaba lambidas en toda la extensión, Volkov le bajaba esa hermosa tanga color amarillo, cuando se la logró quitar acercó su lengua a la vagina de Hortensia, pasando por toda su detención y abriendo sus pliegues.
 
Estaban haciendo la posición "69". No es la primera vez que la hacen y tampoco dudan de que sea la última.
 
Hortensia soltó un gemido sobre el pene del mayor, cuando sintió la lengua húmeda saboreando la, y probando su elixir.
 
Ella se metió todo el miembro en la boca hasta donde pudo, hasta que sintió arcadas, empezó a succionar todo el miembro como solo ella podría hacerlo, sintió un jadeo, un airecito que se sintió tan bien, así supo que lo estaba haciendo bien.
 
Mientras Hortensia succiona, Volkov succiona todo lo que Hortensia tiene para dar, sus fluidos, empieza acariciar su clítoris dejándole pequeñas mordidas para no lastimarla y solo estimularla, tenía sus manos en el trasero de Hortensia estrujándolo y apretando lo, tenía una obsesión esos hermosos duraznos, y no tenía miedo de ocultarlo.
 
Hortensia disfrutaba del líquido pre seminal, chupaba y succiona como si su vida dependiera de ello, empezó a sentí como se pinchaba dentro de su boca, también empezó a sentir como Volkov soltaba más jadeos, así que se sacó el miembro, no quería que esto se acabara así, quería que el terminara dentro de el, a demás ella también se sentía venir, pero quien culparlo? Se sentía en el mismo cielo, con la lengua profesional de su maestro.
 
Volkov sintió un aire frío pasar por su miembro y ya no la calidad de la boca de su alumna, separó su boca de la feminidad de Hortensia para ver que pasaba, cuando movió si cabeza hacia un lado vio Hortensia, se había sacado su miembro, y ahora pasó su dedo por la punta de este para agarrar el líquido pre seminal y meterse el dedo en la boca para degustarlo, oh Dios! como lo calentó eso, Hortensia aún seguía con la falda puesta no se acordaba que la tenía, cuando se la iba a quitar, Volkov la detuvo, la quería follar con ella puesta.
 
Volkov cambió de posiciones, ahora el estaba arriba de ella cara a cara, no se sintió lubricante, con la mamada de Hortensia, la antes mencionada tan lujosa con eso bastaba y sobraba.
 
Se fue introduciendo lentamente, se sentía tan bien estar dentro de ella, tan ajustada ya apretada para el.
 
Hortensia se sentía cálida, se sentía llena, amaba esa sensación de cuando te la están metiendo, ese placer, y más porque el que se la estaba metiendo era su maestro, y nadie mayor que el.
 
Ya estando dentro del todo, espero a que Hortensia se acostumbrará, la quería sentir el cielo, sin saber que Hortensia se sentía más allá del cielo.
 
Hortensia se movió un pico y esa fue luz verde para abrir las puertas del paraíso.
 
Eran estocadas rudas y fuertes pero a su vez delicadas, una tras otra sin parar, no le daba el tiempo de respirar.
 
Agarro los tobillos de Hortensia y los puso en sus hombres, haciendo el "misionero" así sus estocadas fueron mucho más profundas, Hortensia sentía que podía tocar sus órganos internos.
 
Las embestidas seguían sin piedad alguna hasta que en el salón se escuchó un grito, que le indicaba que había dado en el punto, se preguntó si se hubiera escuchado fuera del ala norte.
 
Empezó a dar desde el mismo ángulo una tras otra, empezó a sentir espasmos le indicaba que ya iba a llegar y sabía que Hortensia estaba igual ya que sus paredes vaginales se empezaron a contraer, ya estaba a nada.
 
~Viktor me voy a correr ya no aguanto~ hablo la pobre Hortensia entre gemidos y jadeos.
 
Empezó a embestir más fuerte, y así los dos llegaron al orgasmo.
 
Esperaron a que sus respiraciones se calmara para así poder limpiarse y cambiarse, cuando estuvieron se dieron un beso lleno de amor y cariño.
 
El amor te hace tan feliz, pero a su ves tan estúpido.
 
Tan estúpido como para olvidar las cámaras en los salones.
 
Tal vez Conway vería las cámaras, tal vez el director despidiera a su empleado por acostarse con su hija, tal vez Conway pondría una orden de restricción para que Volkov no estuviera cerca de Hortensia.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora