Volkacio 1

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Carrusel 1.

Era una puta mierda que otra vez se dejara pisotear por Volkov, pero simplemente lo ama, lo ama tanto que duele, y él sabía en lo que se metía, al igual que se sabía las reglas.

Todo es diversión y juegos hasta que uno se enamora, y eso paso.

Su "relación" con Volkov era como un carrusel, donde daban vueltas y vueltas en un círculo vicioso, y el caballo que le tocó es demasiado lento como para poder atrapar a Volkov, tan cerca, pero a su vez tan lejos.

Atrapo su corazón de algodón de azúcar y lo encerró, lo tenía atrapado, ya no hay salida.

Se compró un boleto de entrada y se olvidó el de salida, no había devoluciones. Oh pobre Horacio.

Sentía los labios de Viktor sobre los de él, pero sus labios no le transmitan nada, solo lujuria y deseo, no había nada de amor, eran besos bruscos y rápidos, sus dientes chocaban y sus lenguas se saludaban.

Había una gran diferencia de cómo se tocaban sus cuerpos, el cómo Viktor sacaba la ropa sin cuidado, preocupaciones y rápido, a la de Horacio, que se tomaba su tiempo y acariciaba el cuerpo del mayor, dejaba besos en su pecho, besos tiernos.

Y Volkov no era ciego, sabía lo que hacía Horacio, pero su forma brusca de ser con el al momento del sexo era para que supiera que allí no había nada más que sexo y sin sentimientos.

Caundo se sacaban la ropa iban junto sus sentimientos, él sabía que Horacio no era para el, y que los sentimientos de el se acabarían pronto, además el siempre fue así, no le importaba a quien pisotea, solo quería follar sin compromiso, cuando quisiera.

Que equivocado estaba.

Le quitó la ropa dejándola tirada en la sala de estar para agarrarlo de los músculos y rozar sus cuerpos, eran un contraste, uno frío como la nieve y el otro caliente como el sol del verano, sus tonalidades de piel, uno libre de la tinta negra.

Con tropezones lo llevo a la habitación para dejarlo caer y ponerse entre sus piernas, se sacó la camisa que antes desabotono Horacio y se abría el cinto para sacarlo y amarrar a Horacio con el mismo impidiendo el uso de sus manos.

Acariciaba los muslos mientras dejaba besos en los muslos y descendía por la clavícula hasta llegar a los pezones para jugar con ello mordiéndolos, se entretuvo un rato allí hasta que los dejo irritados.

Horacio estaba echo un desastre, su cabello desordenado, mejillas sonrisas, su boca semiabierto, rastro de saliva por su cuerpo, las manos encima de su cabeza con las muñecas rojizas al tratar de moverse, simplemente una obra de arte, que ni el mejor museo sería apropiado de recibir.

Le quitó la ropa faltante y agarro lubricante que estaba en el mueble aún lado de la mesa puso uno en tres dedos y metió uno sin aviso previo haciendo a que Horacio soltara aire que tenía acumulado.

Metió un segundo dedo, y los sonidos que hacía Horacio no ayudaba con su paciencia, su pene ya dolía y estaba hinchado, sin siquiera meter el tercer dedo alineó su miembro con la entrada, pero la voz de Horacio lo interrumpió.

-Ponte condón- le pidió jadeando.

- ¿Ahora me pides condón? - pregunto extraño.

-Si, no sé dónde coño estuvo eso metido hace unos momentos- le dijo tratando de no escucharse dolido.

Un poco molesto agarro el condón lo abrió y se lo puso, rozó su miembro y eso le mandó descargas eléctricas, volvió alinear el miembro y esperó un momento para ver si Horacio quería decir algo más.

Se hundió de una estocada llenado a Horacio hasta lo más profundo de su ser, haciendo que gimiera en alto inundando las cuatro paredes.

Se reafirmó del cinto para sostenerse del algo mientras que su entrada era penetrada, sentía como el pene de Volkov se abría paso en él, abriendo su cavidad anal, tocando ese punto que lo volvía loco.

Odiaba que Volkov conociera tanto su cuerpo como para ni siquiera intentar buscar, se lo conocía como la palma de su mano, pero a su vez amaba eso.

Empezó a mover sus caderas al capaz de las embestidas escuchado a Volkov gruñir más, y agarrar con fuerza sus caderas para acelerar sus embestidas, apretaba su mandíbula marcando las venas de su cuello, y su cara tomando una tonalidad roja por el esfuerzo que utilizaba en cada embestida.

Las penetrada se volvieron sin ritmo, agarro el miembro de Horacio con fuerza para hacerlo llegar a su vez, sintió como se marcaban las venas del miembro en su mano y Horacio sintió como se expandía su entrada por lo hinchado que se estaba poniendo el mie6dentro suyo explotando a su vez.

Salió de Horacio aunado el condón y lo tiro, se recostó a su lado tratando de regular su respiración, cuando lo hizo y volteó hacía Horacio que ya se había dormido, se parió y los arropó se puso su ropa para salir del departamento del menor.

En la mañana siguiente Horacio despertó solo como de costumbre, ya ni le afectaba, se vistió y cambió para ir a una cafetería por un café, cuando entró no le agarro para nada lo que vio, a Viktor con Gustabo, ya debería de estar acostumbrado, no eran exclusivos, aunque Horacio le guardara fidelidad al fuso.

Apenas tomo su café salió dándoles un sentimiento de cabeza yendo a la Comisaria.

(...)

Estaba haciendo papeleo cuando la puerta fue abierta con brusquedad por un Volkov sonriente que le hizo que una corriente eléctrica en su cuello, pero después vio como en su camisa una marca de labial que lo hizo suspirar.

-Horacio, lo necesito- vio cómo se agarraba el miembro para masajearlo encima de su pantalón donde se marcaba.

- ¿Qué pasó? La chica no te pudo ayudar, su sexo no fue lo suficiente bueno- Volkov frunció el entrecejo.

-No te pongas así, tú sabes que te prefiero a ti- palabras vacías.

-No estoy cansado, no soy tu juguete sexual, te pudes ir a comer a quién quieras, a mí ya déjame en paz, lo que teníamos ya se acabó- hablo decidió, vio como Volkov se ponía tenso y ponía su posición firme -Y cuando salgas ciertas la puerta, también a la próxima que quieras entrar tocas, que soy tu superior- vio como salía y sintió como su corazón se rompía, pero no se permitió llorar.

Volkov le dolió tanto eso que no se pudo acostar con nadie más, vio como Horacio cada vez se juntaba más con Collins y salían para verse fuera de Comisaria, le dolía mucho.

Y en el hizo efecto el dicho "No sabes los que tienes hasta que lo pierdes"

Para Horacio ya era momento de apagar ese carrusel que ya lo estaba mareando de tanta vuelta, él estaba en primer lugar en su lista y después los demás.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora