Volkacio

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Baile.

Hacia conteo de dinero detrás de la barra junto con algunas anotaciones de cuentas cuando una canción en el establecimiento empezó a sonar, dirigió su vista por todo el lugar notando lo vacío que estaba, hasta que su mirada llegó al centro del escenario donde se dejaba ver un cuerpo moreno que caminaba de manera que sus caderas se contornaban por el pasillo hasta llegar donde los tubos de metal que llegaban hasta el techo.

La ropa se ajustaba a su cuerpo, el vestido rojo que marcaba cada músculo y curvatura, por un instante sus miradas chocaron y le guiño el ojo, ese fue un gesto que solo hizo que un calor invadirá todo su interior, el vestido por detrás era sostenido solo por la parte de arriba para dejar una abertura hasta los glúteos dejándolos sobresalir, dejando expuesto su falta de ropa interior, o eso es lo que daba entender, unos tacones altos del mismo color que el vestido.

Hacia movimientos con elegancia y a su vez exóticos, dejo el dinero de lado para enfocar su absoluta vista a Horacio, agarro un vaso de cristal sin perder ningún movimiento, la forma en que se movía o se restriega en él palo de metal, se sirvió Vodka pura. Cuando sus miradas volvieron a chocar levantó su brazo en un brindis para llevarlo a sus labios y degustarlo remojándolos mientras el líquido quemaba su garganta de una forma exquisita y el sabor amargo inundaba sus papilas gustativas dejándose llevar por la esencia.

Observo como con facilidad subía aquel palo, y fallando en su deducción pudo ver una pequeña ropa interior negra, se acomodó su erecto pene bajo su pantalón negro a la vez que volvía a darle un trago, en ningún momento los movimientos cesaron. Horacio podía hacer lo que le gustaba de una forma tan delicada y apasionada atrayendo las miradas hacia el, pero en ese momento, ese baile estaba siendo solo para él y nadie más que él, y eso, eso le hacía sentirse el hombre más importante del mundo y su ego solo se incrementaba.

Con la botella de Vodka en una mano y el vaso en otro salió detrás de la barra para acercarse en una de las mesas timando asiento para disfrutar mejor el espectáculo que era otorgado.

Se movia con gracia y de una manera seductora, en la manera que se dejaba caer para justo aferrarse a solo centímetros del suelo, el como daba vueltas, como su cuerpo se movía junto a él, y ahora mismo lo único que quería hacer es enterrar su cara entre esas dos montañas que parecían gritar sus nombre.

Observó como se bajaba del escenario y caminado con elegancia y manejando esos altos tacones se acercaba a él, movió su silla dejando el suficiente espacio para ponerse entre sus piernas, y bailar, restregarse contra su polla haciendo que doliera, cuando Horacio se puso de espaldas no dudo en llevar sus manos grandes al par de glúteos apretándolos a sus gusto sin detener los movimientos, cuando noto las intenciones de Horacio al moverse lo agarro de las caderas dejando una mordida en su glúteo, para después agarrarlo con más fuerza dejándolo caer sobre sus piernas, donde simuló embestidas hasta que su pareja se logró escapar para arrodillarse ante él, y con sus manos acariciar sus muslos hasta llegar a su pene donde lo agarro y acercó su boca dejando una suave morida, se sentó otra vez sobre el y acercó sus rostros, junto en ese instante la música para solo dejando escuchar la respiración pesada de Horacio que fueron interrumpidos por los delgados labios que lo besaron desesperadamente.

Junto aún más sus cuerpos como si fuese posible y lo beso como si no lo hubiera hecho en años, incitó los movimientos de cadera ajenos que se restregaban contra su entrepierna librando un poco de ese dolor delicioso, separo sus rostros viendo el maquillaje de brillantina y los labios hinchados y brillosos por la saliva compartida, agarro su mejilla aplicando un poco de fuerza haciendo que los labios hicieran un pequeño puchero que beso.

-Te ves como la puta que eres -apretó con su mano libre un glúteo sacando un jadeo- Tan jodidamente hermoso y solamente mío.

Enterró su cara en el cuello sintiendo el aroma de ese más fuerte, no dudo en aspirar su aroma natural para después dejar besos húmedos, pasando su lengua libremente por ese, bajo sus manos hasta dejarlo sobre los muslos que no dudo en acariciar hasta llegar al borde del vestido, adentro sus manos sobre este y apretó, masajeo como se le dio gusto escuchando los suaves jadeos que este soltaba.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora