Fordacio

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Apuesta.

Va cinco mil, es algo más simbólico- Le dijo el de la cresta bajando de la camioneta
 
-Mejor una cena, el que gane le paga una cena al otro- Se paro enfrente de Horacio.
 
- ¿Una cena? - Pregunto inseguro.
 
No por nada, si no, hace tiempo que Ford le llamaba la atención, hace tiempo que alguien no lo retaba como el, me excitaba que alguien quisiera competir conmigo.
 
Además, Ford siempre se me hizo atractivo, su forma de liderar, es alguien simpático y quien se preocupa por mí.
 
No soy ton he visto en la forma e la que mira, sus palabras con dobles intenciones, esa "cena".
 
Ya he esperado mucho a Volkov, y aunque regrese no se si va pasar algo entre nosotros, capaz ni me quiera ver, ya contando que le disparé, y debido a las circunstancias quedo en coma, siendo sinceros yo pensé que ya está muerto.
 
-Vale una cena, ¿En dónde va hacer? En un restaurante, mi casa, tu casa... hay muchos lugares- Le comenté mientras avanzábamos hacia los demás.
 
-En mi casa, mejor en mi casa- Afirmo -Así voy a poder comer con postre y todo- murmuró, creo que su intención fue que no lo escuchara.
 
- ¿Como dice? - Me hice el desentendido.
 
-Que camine más rápido, que ya están los demás- Grito mientras corría hacia lo demás.
 
Yo solo sonreí ladino apresurando el paso para llegar, que se lo que dios quiera. Amén.
 
 
 
 
 
-Eres muy malo Ford que lo sepas- Le estaba restregando mi Victoria.
 
-Me ganaste porque todavía no entraba en calor- se defendió.
 
-Si, si claro- conteste irónicamente -Bueno te veo a las 8 en tu departamento, que no pienso comer en todo el día para hacerte gastar más- Le sonreí.
 
-Te mando ubicación- Me dijo para despedirnos.
 
 
 
Horacio estaba parado frente al espejo, llevaba como 2 o 3 horas viendo que ponerse, no se decidía, quería algo atrevido, pero no demasiado, algo que le llamara la atención a Ford, pero que se sienta cómodo.
 
Al final se decidió por una camisa blanca, no tenía todos los botones abrochados, unos janes negros y unos tenis, iba algo casual, pero se veía de puta madre, ni se hizo la cresta ya que iba tarde.
 
Mientras se dirije al departamento de Ford, se puso a pensar; que más da lo que pase esa noche, hace rato que no tenía encuentros sexuales, además, estaba estresado con las investigaciones, no tenía por qué guardarle fidelidad al Ruso, el nunca lo quiso, solo fueron compañeros, siempre fue una persona fría, y aunque el lo intentara no podía hacer nada, "nunca vas poder cambiar una persona" se acordó cuando su madre le dijo eso, y la hija de puta tenía razón, su madre podría ser muchas cosas, pero eso no le quitaba los buenos consejos.
 
Era momento de empezar de nuevo, Gustabo, Volkov ni Conway estaban, lo habían abandonado de nuevo, él tenía que seguí adelante, no se podía quedar zancado en ese pozo, tenía que aferrarse a algo y salí adelante. Y ¿Quién mejor para aferrarse? Nadie mejor que el, por su felicidad, por su salud mental y bienestar.
 
Iba a superarse y ser el mejor, volvería a enamorarse y si era rechazado aprendería de ello y se volvería enamorar, haría nuevos amigos, una nueva familia, no buscaba remplazar a los demás, pero si superarlos.
 
Apenas toco la puerta escucho pasos apresurados, hasta podía jurar que escucho que se cayó.
 
Ford abrió la puerta dejándolo pasar, Horacio en lo primero que se fijo fue en la vestimenta del contrario.
 
Tenía una camisa negra que se ajustaba a su cuerpo, al igual que su camisa sus pantalones son negros, eran ajustados, pero no lo suficiente, lo necesario para que se le ajuste pero que no le apriete, todo combinado le hacía ver más maduro, mas no viejo.
 
Terminaron pidiendo comida china, estaban cenando en la sala en el piso, sus espaldas recargadas en el sillón, bebiendo whisky.
 
Una pierna de Horacio estaba sobre el muslo de Kevin, mientras este lo acariciaba, la comida ahora era lo de menos.
 
Estaban platicando sobre cualquier cosa, no se adentraban mucho a la vida del otro, eran temas superficiales, que les sacaba carcajadas o miradas indiscretas.
 
No sé dieron cuenta cuando se empezaron acercar, tal vez era el alcohol, la tensión sexual, reforzar la amistad o simplemente sexo.
 
Sus reparaciones se juntaban, sus ojos entre cerrados, a la mierda, y así empezaron un beso desesperado, con ganas y lujuria, sus dientes chocaban, se morían los labios, es un beso torpe.
 
Ford pasó una mano por la cintura de Horacio y este se acomodó encima de Ford, sin tocar sus piernas o muslos, estaba sostenido de sus rodillas y pies.
 
Ford aplicaba cierta presión para que se sentara y empezar ficción, separo sus bocas, acercó la suya para empezar a dejar besos húmedos detrás de la oreja, al parecer había encontrado ese lugar sensible ya que soltaba jadeos y pequeños gemidos, aprovechó para sentarlo encima de él.
 
Horacio tenía la cabeza hacia atrás para darle más espacio a Ford de seguir con sus besos y secciones por todo su cuello, tenía una mano de Ford en sus caderas invitándolo a seguí y otra tratando de quitar los botones de su camisa.
 
Horacio se desesperó de que no pudiera y se la arranco el mismo saltando algunos botones, Ford sigue con sus besos para la clavícula, solo se separó cuando Horacio le quitó la playera.
 
Lo cargo para ir hacia la habitación, lo hizo mientras se besaban, recordando el camino tratando de no chocar con nada para no lastimar a Horacio, cuando llegaron lo dejo en la cama.
 
Mientras se besaban las ropas restantes volaban y quedaban esparcidas por cualquier parte de la habitación.
 
Horacio cambio de posición para quedar encima de Kevin e ir bajando pro todo su cuerpo, siguiendo los vellos del ombligo para así llegar a su sexo.
 
Dejo beso al rededor tratando de excitar y hacer suplicar a Ford, pero se terminó poniendo ansioso para escupir en su mano y empezar unos movimientos lentos de arriba abajo mientras labia, besaba y succiona el glande.
 
Ford se sentía en el mismo paraíso y eso que él no era creyente, sería que podía ver ángeles, estrellas, galaxias. Horacio le estaba haciendo alucinar, sentía que se venía, pero no quería parecer un adolescente precoz.
 
Horacio adentro lo más que pudo el miembro en su boca, haciendo movimientos rápidos, unas golpeando en su mejilla otros llegando a su garganta, sentía los vellos púbicos de Ford en su nariz haciendo cosquillas.
 
Kevin tenía una mano en la cabeza de Horacio empujándolo para adentrar todo el miembro, pero no era posible era muy grueso y grande, así que lo que no alcanzaba usaba su mano.
 
Ford sentía el éxtasis, empezaba a sentir corrientes eléctricas en toda su espina dorsal para que se termine corriendo en la boca y Horacio tragándoselo, casi nunca se lo tragaba, pero con Ford tuvo la necesidad de hacerlo.
 
Lo acomodó en cuatro, su pecho pegado a la cama, sus manos sujetando la sábana café, haciendo que sus nudillos se volvieran blancos y en sus brazos se notaran las venas.
 
Con esas vistas Kevin volvió a ponerse erecto, uso su propia boca para chupar tres, mientras que con la otra amasa la nalga a su antojo, Horacio tiene un buen poto, es redondo, firme, pero a la vez delicado al tacto, es tan esponjoso, que no podía dejar de hacerlo, solo quería morderlo.
 
Cuando sitio que los dedos estuvieron los suficientemente lubricados los acercó a su entrada adentrando uno para empezar a estirar sus pliegues, Horacio soltó un jadeo, acercó su cara a besar su espalda baja, para tranquilizarlo.
 
Con el segundo que adentro empezó abrirlos y cerrarlos dentro del, ahora dejaba besos y mordidas en un glúteo y con la otra lo estruja, sabía que lo estaba haciendo bien ya que Horacio soltaba gemidos y pedía más.
 
Adentro un tercer dedo, con este simulaba embestidas, buscaba ese punto especial que sabía que haría enloquecer al agente, con su lengua paso desde la espalda baja entre los dos glúteos hasta los dedos para alterarla y lubricar más la entrada.
 
-Fo..Ford si- Gimió, encontró el punto -No me follas te voy a follar yo a ti- termino de decir.
 
-No me desagrada la idea, la verdad- le dijo en susurro cerca de la oreja con su voz más grave.
 
Saco sus dedos y paso el glande cerca de la entrada lo que salió fue un gemido, presiono la entrada, entro de una estocada, Horacio gritó de dolor, pero más por placer, siempre le gusto el sexo rudo, le había dado en el calvo.
 
Empezaron estocadas rápidas y fuertes una tras otra, Ford ya tenía ubicado el punto, Horacio mordía una almohada tratando de no gemir tan alto.
 
Ford acercó su mano al miembro del contrario para masturbar lo, podía ver como Horacio tenía la cara roja por el placer y el esfuerzo que estaba haciendo.
 
Cada estocada quemaba cada vez más, sentían su alrededor empezar a calentar, de una forma asfixiante per tan agradable, que no querían que parara ese sentimiento.
 
Ford se acercó a la oreja del contrario ya que sabía que es un punto débil, y ahí empieza a jadear, haciendo que Horacio se tense al igual que sus carneros que rodeaban la polla de Ford.
 
La cama golpeaba con la pared, hacia un ruido cada vez que se movía por las estocadas, el piso quedaría con ralladuras, el ruido de los gemidos, jadeos, cuerpos chocando y los besos que Ford reparte en el cuerpo contrario es la mejor canción que podrías escuchar, digna de un premio.
 
-Dios- suelta Ford con los dientes apretados, empieza a sentir como en el vientre aparecen espasmos, aprieta aún más el miembro contrario, ya hace más fuertes las embestidas, Horacio se le salían las lagrima se placer no podía articular palabra algunos 5 minutos más así para hacer llegar a Ford al segundo orgasmo y un lar de estocadas más para llegar Horacio.
 
Ford acuesta a lado de Horacio, para dormirse cuando Horacio se puso entre sus piernas y se acerca al oído ahora susúrrale.
 
-Te dije que te fallaría- Dice entre jadeos ya que su respiración sigue irregular.
 
Empieza a tocar la entrada de Ford con sus dedos, mientras se masturbaba así mismo para hacer que su miembro despierta.
 
Empiezan a besarse, se escuchaban los chasquidos que hacían sus bocas al apearse.
 
-Mierda, Horacio, solo hazlo de una puta vez- Le dijo cerca de la cara entre jadeos.
 
-Todavía no estás listo, te va a doler- Le advierto.
 
-Me importa una mierda- Dijo para agarrar el miembro contrario y acercarlo a su
entrada.
 
Horacio lo agarro de las caderas para ayudar a Kevin a auto penetrarse, Horacio vio como su cara se deformo por el ardor y dolo que generó, ahora sabía que mañana no se podría sentar.
 
-Te lo advertí- Ford solo un gruñido como respuesta, Horacio solo se inclino para dejarle besos en toda la cara y acariciar el pene contrario para que se le pasara el dolor.
 
Cuando vio que Ford estaba tranquilo empezó embestidas tranquilas para ir aumentándolas.
 
Puso uno de los tobillos en su hombro y agarró el hombro para inmovilizarlo.
 
Estaban siendo embestidas bestiales, gracias a esos movimientos Horacio encontró el punto.
 
Si Ford antes creía estar en el paraíso ahora estaba en el infierno, sentía que desfallecería, sin duda es el mejor sexo que ha tenido en su puta vida.

Horacio se acercó para besarlo, le mordió el labio con cierta fuerza por el placer que estaba sintiendo que se lo termino rompiendo y así empezar un beso con sabor metálico.

Horacio volvió a poner una mano en el miembro contrario y así acariciarlo, para darle más placer.

Ford muy pocas veces fue el pasivo, pero sin dudas lo volvería hacer si Horacio se lo pidiera.

Ahora entendía como es que Horavio gritaba y necesitaba morder una almohada para acallarlos, ahora el estaba tratando de morderse ela lengua sin sentido, ya que si lo hacía sentía que se quedaba sin aire.

Una, dos, tres, una tras otras embestidas para hacerlos llegar a otro orgasmo.

Ford terminó desmayado, por tener 3 orgasmos seguidos, fue mucho placer para el en tan poco tiempo, Horacio se encargó de limpiarlo y ponerle ropa, para terminar dormidos juntos acurrucados.

A la mañana siguiente despertaron, se les estaba haciendo tarde para el trabajo, Ford sentía que no podía caminar, le dolía la cadera y la parte trasera, Horacio solo veía como caminaba.

Llegaron los dos juntos a la Comisaria sin saber que Horacio vería la Comisario.

Y el Comisario se quedaría sin habal al verle las marcas en el cuello y ver que Ford parecía un pingüino caminando.
 

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora