Jackacio

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Golpeaba con fuerza el saco de boxear, sacaba toda su frustración pen cada golpe, cada jadeo, últimamente el trabajo era más pesado, la mafia, el que dos personas que estabas considerando tu familia te apuntara con un arma le recordaba el pasado, el no volver a ser débil, el que la gente solo piensa en ella misma y no le importa pasar por encima de los demás para llegar a su meta, y Horacio siempre se dejaba pisotear para que todos llegaran pero el nunca llegaba, se había prometido no dejarse pisotear, que no lo volverá humillar y lo hicieron de nuevo, lo peor no era eso, era las personas que lo apuntaron, Dante y Kath, que le dijeran que el no ha hecho nada por la mafia, todo el sacrificio que hizo y que hace al el estar en el FBI y no venderlos, ya que pruebas Nobel faltan, pura mierda.
 

Golpe tras golpe recordando todo su pasado cono presente, todo lo que ha vivido y su transformación, el cómo ha llegado hasta donde esta lo que ha perdió y ganado.
 

Las gotas de sudor pasaban por su torso desnudo y marcado, las perlas se acumulaban en su frente, cada golpe era más duro que el anterior, en el gimnasio solo se escuchaban sus jadeos y los golpes, las cadenas donde sostenía el saco moverse, estaba tratando de sacar su frustración de una forma que no sea comer y allí estaba, golpeando un saco.
 

Recordó como Volkov salió con herido, el disparo, la tortura, el abandono, su madre desapareciendo, su padre cayendo en el alcohol y drogas, el cómo se fue por mal camino, en cómo lo descuido, en que saltó su etapa de la infancia por cuidarse a el y a su padre, cuando encontró a Gustabo a su familia, su padre muerto con droga a sus costados. Todo venía como flash a su cabeza, dio un golpe sacando todo el odio que terminó rompiendo el saco sacándolo de sus pensamientos.
 

- Tu vas a pagar eso capullo.
 

Ni siquiera se dio cuenta de cuándo Conway entró, dio media vuelta, quedando cara a cara con este, vio como le lanzaba una toalla para quitarse el exceso de sudor, la atrapa para pasársela por el cuerpo sintiendo la intensa mirada de Conway por todo su cuerpo, con pasos lentos se acercó a Conway quedando frente a frente.
 

- ¿Qué haces anormal?, espacio vital.
 

- Tu tampoco te alejas, bueno.
 

Dio un paso hacia atrás y logró ver como otra vez Conway le daba una pasada rápido a su cuerpo.
 

- ¿Le gusta lo que ve?, el gimnasio tiene frutos.
 

- No sé de qué estás hablando anormal.
 

- Claro, hagamos como que te creo - dio un paso quedando otra vez de frente, puso una mano en el pecho - Porque no te creo. Hey Conway, mis ojos están acá arriba -
 

Le acuñó la cara levantando la para que lo viera a los ojos, que lo mejor había mejores formas de quitar la frustración que no sea destruyendo sacos inocentes.
 

Inclino un poco su cabeza y se acercó dando el tiempo suficiente para que Conway se alejara, pero, grata fue su sorpresa al ver que Conway le agarró delante nunca juntando sus labios, sus lenguas se conocían explorando la cavidad bucal del otro, los sonidos que hacían al separarse.
 

Conway lo agarro de la cintura caminando a ciegas hacia atrás quedando sentado en la máquina de pesas inclinándose un poco hacia atrás quedando recostado y Horacio encima de sus muslos. Se separó del beso viendo los labios hinchados de Horacio, se pasó su lengua por los suyos volviéndolos a juntar. Sintió las manos desesperadas de Horacio desabrochar los botones para los últimos reventarlos, se balancea sobre mi entrepierna sintiendo mi propio miembro hacer presión, los pantalones molestar y doler de una forma exquisita, lo levanto un poco de los kilos para poder sacar el pantalón junto la ropa interior, me ayudo con los mismos pies para sacarme los zapatos y quedar totalmente expuesto.
 

Paso las manos por el trabajado torso de Horacio sintiendo los musculosas igual que sus brazos, meto mi mano para sentir masturbar su propio pene y bajo mi cara para enterrar la cara en el cuello, dejando besos húmedos y pasando la lengua por toda la extensión sintiendo el sabor saldo del sudor al igual que oliendo su propio aroma corporal de vainilla junto con el perfume.
 

Se quita así mismo el short, no trae ropa interior hace que salga una risa que fue más ronca de lo normal, lo levanto el enreda sus gruesas piernas alrededor de mi cintura y sus brazos en mi cuello volviendo a unos sus labios con los míos, los jadeos quedaban ahogados. Lo encontró contra una pared y empieza a moverse sintiendo su duro miembro restregarse en mi vientre y el mío entre sus glúteos.
 

El mismo se separa agarrando mi miembro y auto penetrándose dejándose caer, veo como se transforma su cara a una de dolor y se muerde con fuerza el labio escondiéndose entre mi cara y hombro, con una mano masajeando su miembro tratando de hacer menos doloroso y el hace movimientos ondulatorios tratando de acostumbrarse, le dejo besos en toda la cabeza tratando de distraerlo.
 

El solo empieza que mover sus caderas embistiéndose, con la mano que antes lo masturbaba me apoyo en la pared, separo un poco las piernas y lo penetro con embestidas que iban aumentando. Nuestros labios se juntaban, pero no lograban estar tanto tiempo unidos.
 

Siento como Jack me parte en dos de la mejor manera, se me olvidan los problemas, donde estoy, la hora o mi nombre, mi mente hace rato que se desconectó y le daba paso al placer y la lujuria, lo único que sale de mi boca don en tonos altos el nombre de "Jack" "pidiendo más", lo abrazo por debajo de los brazos rasguñando con mis uñas su espalda mientras dejo marcas en sus pectorales y juego con sus pezones escuchando sus gruñidos y jadeos.

 
Levanto la cabeza y veo las venas que se marcan en el cuello por la fuerza aplicada, su mandíbula tensa apretando los dientes, lo ayudó moviendo mi cadera, y hace una embestida que hace que sienta una corriente de electricidad pase por todo mi cuerpo y mis piernas debilitarse, mis ojos se voltean y suelto un gemido en un tono más alto que hace que sienta como mis cuerdas bucales duelen, pero no aprende hacerlo, le dio en ese punto que muy pocos han logrado alcanzar.
 

Conway observó cada una de sus facciones y el cómo sus carnes se reducían al largo del pene deliciosamente, dando en ese punto una tras otra vez sin ya poder guardar silencio importando una mierda donde estemos o quien nos pueda ver.
 

Las pieles chocando, su voz haciendo hueco, los gemidos llegando a tonos altos, el calor asfixiante pero tan increíblemente placentero, los que sus ojos transmiten, ahogados en el placer, no importaba nada afuera, solo ellos dos y la lujuria.
 

Su propio abdomen se contrajo sintiendo los miles de descargas para llegar dentro de Horacio, sin parar las embestidas escuchando ahora como rebosaba con si néctar masturbo a Horacio ensuciando los dos vientres. Se dejaron caer en la silla donde empezó todo, se limpiaron con la toalla que antes usó Horacio para su sudor y se cambiaron en completo silencio siento el primero en salir Horacio quedando en el umbral de la puerta.
 

- Cuando usted esté frustrado o estresado o en algunas de sus mierdas me avisa, le tengo que regresar el favor.
 

Salió dejando un guiño y a Conway imaginado miles de situaciones junto una nueva erección, tal vez el favor sería cobrado antes de lo imaginado.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora