Volkacio

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Día extra
Fetiches

Horacio se observó al espejo, tenía un traje de colegiala, el vestido algo corto permitía ver sus voluptuosas nalgas, las medias blancas llegaban más arriba de las rodillas, tenía unos tacones altos. Cuando escucho la puerta abrirse corrió hacia la cama esperando de rodillas a su Comisario.

El y Volkov tenían una relación de sexo ocasional ya que ninguno de los dos tenía los cojones para declararse, Horacio aún seguía con el trauma de "A ver, Horacio..." y, Volkov simplemente se decía a sí mismo que no estaba capacitado, pero simplemente tenía miedo, miedo de amar, y tenía miedo de no ser correspondido, y le daba pena declararse, aun cuando tenían sexo, a veces dormían juntos, desayunaba juntos, no salían con nadie más aparte de ellos, prácticamente estaban en una relación.

Horacio había entrado con la llave que Volkov le había dado, hace tiempo que no se veían, pues el trabajo se lo impedían, parecía que la tuvieran todo en contra, pero eso no importaba lo suyo ya era más grande que el destino, se querían cerca, ya era una dependencia entre dos personas, saben, ya no es que se quieran, se necesitan cerca, era un vicio estar junto al otro, estando juntos era como un tranquilizante, el mundo pasaba a segundo a plano. Solo se veían en Comisaria, y solo eran sonrisas coquetas o guiños, no pasaba de eso.

Volkov se soltó la corbata dejándola en el espaldar de la silla, se acercó a la cocina agarrando un vaso y sirviéndose Vodka, quería marcarle a Horacio para que viniese a su departamento, pero no sabía si estaba ocupado, lo extrañaba, ya no solo para tener un acostó, lo quería cerca, estaba tentado, pero y si estaba cansado, no lo quería molestar. Arremango sus manos y al final se decidió mandarle un mensaje diciéndole que cuando tuviera libre se vieran, se recargo en la isla y empezó a leer los mensajes, la ortografía de Horacio y el cómo solo hablaba bien en dos situaciones, cuando estaba enojado/preocupado o cuando estaba caliente, se fue a imágenes del chat observando todas las imágenes que se enviaban, nunca pensó a llegar a eso.

Sin darse cuenta se masajeaba su propia erección por imágenes antiguas, Horacio, es un Dios Griego con todas las letras, aún no entendía como una persona así se pudo fijar en él, le dio un trago al vodka y se fue que marcara directamente, lo raro fue que escucho el celular sonar a lo lejos, siguió el sonido, observó la puerta de su habitación, con cuidado abrió la puerta de rodillas mirando la habitación con una radiante sonrisa. Se sintió ponerse más duro.

-Te estaba esperando -se levantó y se acero paso lento- Te extraño amo.

Ese tono de ese "amo" se sintió por sus oídos nublado su mente. Sin mucho cuidado lo agarró del cuello acercándolo a su boca, metió su lengua con descaro y la otra la mano la llevo a la cadera acercándolo así, restregando su erección en el vientre y Horacio solo un jadeo al sentirla.

Volkov le encanta tener el control, la dominancia en cada situación, lo separo de sus labios lanzando hacia la cama haciendo que quedara acostado, se acercó a su cajonera y saco varios objetos sexuales.

Se sentía único al tener a Horacio en su cama vestido de esa forma, tan receptor, tan sumiso, era la gloria.

Agarro las esposas y lo siento del respaldo dejándolo sin movimiento de manos, agarro otras dos y una la puso en el tobillo sujetando el otro extremo de un palo he hizo lo mismo con el otro dejando abierto de piernas. No tenía ropa interior, le daba vista completa de su entrada que tenía un pug y erecto miembro.

-Amo, lo necesito, por favor...

Le suplicaba en jadeos, solo sonrió negando con la cabeza, se quitó su camisa beige, dejando su pecho pálido al descubierto, sentía la mirada pesada de Horacio recorrerlo.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora