Hollins

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Nunca había escrito algo así, ¿me perdonan si no es lo que esperaban?
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Fuego.

Había tenido un día de pura mierda, llevaba todo su turno en esa silla, su espalda dolía y se sentía entumecido, quería llegar a su casa y poder descansar, pero el papeleo nunca acababa, hacía cinco documentos y aprecian 6 más, pero lo dejaría así, quería cenar y descansar.
 
Se subió a su carro y tomó camino a su departamento, estaba pensando en comprar comida o hacerla en su casa, optó por la primera opción parándose en una hamburguesería, compro lo suyo y otro más de lo mismo de el.
 
Entro a su departamento, cuando puso las llaves llamo la atención de cierto individuo que hospedaba allí también.
 
Salió un híbrido moviendo su cola sensualmente a la vez con gracia, sus orejas se movían ligeramente, cuando vio a su amo se acercó para dejarle un beso en los labios que fue aceptado gustosamente, demasiado ya que lo agarro de las caderas e invadió su cavidad bical con su lengua volviéndolo más pasional, se separó ligeramente dejo otro beso rápidamente y dejo la bolsa con comida para sentarse y aún lado Horacio.
 
Estaba tan en mis problemas que no me había fijado en Horacio, la ropa que traía, era una camisa blanca larga, al parecer era mía, la tela es de algodón.
 
-Horacio- volteó a verme -¿Esa camisa es mía?- no entendía porque la tenía.
 
-Lo siento amo- bajo la cabeza como sumisión -Solo que cuando llegaste apenas salía de bañar y agarré lo primero que vi, perdón- se volvió a disculpar -Pero si quieres me lo quitó- se levanto la playera blanca mostrando una lencería de encaje blanco que hizo que me ahogara con la bebida.
 
-No! Digo no -me esperaba para nada eso -No es nada- solo me mostró una sonrisa radiante, lo hizo a propósito.
 
(...)
 
Acabe primero de comer yo, con permiso de mi amo me fui a mi cuarto, casi nunca dormía allí, ya que me me había acostumbrado a dormir con Collins, pero según el no debía pasar los límites, aunque ya lo hayamos echo un millón de veces, en ese cuarto solo estaba mi ropa y una cama con sábanas blancas ordenadas, me tumbe para acostarme, no estaba haciendo nada, solo veía el techo y me imaginaba situaciones. Como que Collins se enamore de mi y yo no ser un híbrido para poder casarnos, o ser un tío del FBI que detiene a los malos y ser el más chungo, o tener a hijos para cuando sea mayor tener sobrinos al cuales consentir, el tener una familia.
 
Así se me paso el tiempo en ponerme alucinar que solo me saco de esas ilusiones cuando abrieron la puerta.
 
-Ven cachorro- me pare y lo seguí, al parecer íbamos a su habitación. Seguía sus pasos hasta que se detuvo -No vuelvas a tomarme como estúpido- me dijo y abrió la puerta.
 
Estaba igual que siempre exceptuando los varillas, mordazas, vibradores, en resumen objetos sexuales, también había unas velas rojas que iluminaban la habitación haciéndola tenue, y esas esposas del sheriff, que también las usaba para otra cosa además para los detenidos.
 
Su cola se movía rápido y sus ojos brillaban, las orejas se habían parado haciéndolas ver puntiagudas, estaba en estado se alerta y feliz.
 
La camisa de algodón fue levantada para mostrar ese conjunto de lencería blanca, hacia contraste con su piel Morena resalándola aún más, mostraba el piercing de su ombligo, ese que te llamaba a jugar con el, parecía un Dios esculpido por los mismísimos ángeles, su delgado cuerpo, piernas gruesas y trasero voluminoso que parecía que tenía un cartel que decía muerden en neón y grande.
 
-Recuéstate boca arriba en la cama- Horacio lo volteo a ver -Ahora- dice fuerte y claro, apenas doy un paso y recibe una fuerte nalgada para que se apresurar -Desándate- ni siquiera lo veía, estaba concentrado en todos esos instrumentos, Horacio sabía perfectamente que si no lo hacía su castigo sería peor, aunque pensándolo bien no le disgustaba del todo, pero cumplió.
 
Ahora desnudo se puso boca arriba en forma de estrella, Collins se acercó y con unas esposas junto sus manos y las paso por la cómoda para que no las pudiera mover de allí, sus piernas las ató separadas, agarro una tela para ponerla en sus ojos privando de sus sentido de vista.
 
Sintió como Collins se iba y luego regresaba, escuchaba sus pasos andar por toda la habitación, como si buscara algo.
 
-Relájate- le susurró en su débil oreja haciendo que soltara un jadeo que fue ahogado en la boca de su amo quien lo besó, le hacía caricias para relajar su cuerpo.
 
Logrando su objetivo, empezó con ese hermoso juego, donde los dos ganaban y disfrutaban a su manera.
 
Horacio sintió como un líquido caliente era vertido sobre su abdomen, no lo suficiente caliente para dañarlo pero si para que lo sintiera retorciéndose y tratando de soltar sus manos fallando.
 
-Co..Coll- fue interrumpido por una bofetada -Amo- soltó un suspiro de satisfacción.
 
Sentía una cosa recorres sus piernas estaba frío, las pasaba por su miembro estimulándolo y de repente sintió un golpe seco en la parte interna de su muslo haciéndolo gemir y luego otro un poco más abajo, después uno mas en el otro muslo, así pintando sus piernas con marcar rojizas, una más fuertes que otras, Collins vio su hermoso cuadro de arte estaba  sudoroso, con una erección pegada en su vientre, estaba agitado, su pelo despeinado y jadeante.
 
Con sus manos acarició la zona que parecía peor para no dejarle con mucho dolor sintiendo la piel de el de abajo erizarse por su toque, le encantaba lo que podía generar, seguí con su camino con la fusta y ya más tranquilo hizo lo mismo que en las piernas pero ahora en su estómago, tubo más cuidado en el la parte se piel irritada, lo que más quería era dañarlo y que no disfrutara, careció sus manos y empezó a besar.
 
Hacía un camino de besos donde bajaba cada vez un poco más en su vientre haciendo que su pequeño hibrido se moviera en busca de más, se quedó en ese pequeño ombligo donde jugaba con su lengua sacando de esos hermosos jadeos, bajo un poco más llegando a su pelvis donde Horacio por mera inconsciencia la movió ligeramente hacía delante, por eso resumió una mordida es esa parte.
 
De castigo por ese movimiento nada más le metió un lengüetazo al miembro y volvió a subir marcando ese cuello bronceado que te instalaba seguir, las manos de Horacio ya estaban rosadas donde hacía movimientos bruscos con el ellas, la tratar de sujetarse o simplemente rasguñar esa espalda ancha.
 
Se separó a muy duras penas, esto estaba siendo una tortura para los dos, el miembro de Collins rogaba por salir y adentrarse en ese hibrido desobediente, se lo rogaba en diferentes idiomas, pero quería seguir viendo de esa forma de Horacio y castigarlo más.
 
En su glande puso un tipo de carita que lo tapaba para evitar que se corriera, acercó una correa con una pelotita para que la midiera y lubrica un vibrador largo de color morado, primero la rozó en la entrada sacando suplicas que no se entendían en Horacio pra adentrarlo poco a poco, Horacio contenía la respiración por el dolor, era algo satisfactorio que cuando llegaba al final lo soltaba todo, le encantaba esa sensación de ardor en su parte trasera para llegar al placer.
 
Puso una velocidad alta pero no lo suficiente cono para que se corriera pero si para que se recorriera, se empezó a desnudar con la imagen que tenía el cuerpo de Horacio con gotita de sangre resbalando por partes de su cuerpo en diferentes zonas, su cuerpos con marcas, aún con cera esparcida por su abdomen, su miembro pidiendo a gritos un poco de atención ya que la única que tenía era cuando se rozaba con el vientre, se empezó auto complacer viendo a Horacio lloriquear, en su miembro se lubrico, entre balbuceo entendió que se iba a correr, pero no podía por la cárcel que lo impedía.
 
Le quitó la tela que le quitaba su sentido para ver esos ojos tal felinos con un delineado negro corrido que lo hacía ver precioso ante sus ojos, que estaban llorosos y habían soltado alguna que otra lágrima rebelde.
 
Aún con el vibrador se adentro haciendo que Horacio apretara sus ojitos con fuerza, acerco su mano al miembro moreno para que le retará un poco de dolor, era la primera vez que hacía algo así, y sentir lo ajustado de las carnes de Horacio más el vibrador que seguía con sus movimientos constantes era otro mundo.
 
Cuando vio a Horacio más relajado empezó hacer movimientos lentos que iban subiendo la velocidad con el paso del tiempo a volverlas erráticas y sin ritmo, sus pieles hacían sonido hueco, el sonido de los labios de Collins que hacía en el cuello de Horacio y sus gruñidos, jadeos y gemidos.
 
Le quitó lo que le impedía salir esos gemidos para escucharlo gritar, hace tiempo que le había dado a su punto pero ni se dio cuento y tenía al pobre de Horacio con todo su semen en la punta que no puede sacar.
 
-Po...por favor a... a amo déjeme- un gemido lo interrumpió pero Collins entendió, acelero sus movimientos, cuando se sintió en el límite le quitó la cárcel haciendo sus movimientos lentos y tapando el glande con su dedo, para retomar la velocidad y al correrse dentro se Horacio y quitar su pulgar para que corriera a la vez.
 
Cuando retomo el aire salió de el apenas lo desató se lanzó Horacio hacía el para llenarle su cara besitos, el los recibía con una sonrisa en la cara.
 
-Horacio, quítate tengo que limpiar y poner pomada- le hablaba acariciando su espalda desnuda, con un puchero se quitó y fue por unas toallitas para limpiar su entrada, no antes de meter un dedo allí y sacar un pico de semen y acercarlo a la boca de Horacio que chupo sin rechistar, disfrutando del sabor.
 
En todo su cuerpo lo masajeo y puso pomada para que se curara más rápido y restarle el dolor, no se dio cuenta cuando Horacio se quedó dormido por los masajes, hasta que lo volteo a ver y lo vio dormido en su cama aún desnudo, se acercó y dejó un beso en su labios cerrados y Horacio inconsientemebte sonrió, se acostó aún lado de él tambein estaba desnudo, pero un poco de calor corporal no viene mal, ¿no?, apenas se recostó aún lado y Horacio se acurrucados en el.
 
No sabe en qué momento emoezo a necesitar esos brazos para poder dormir cómodo y le quitarán sus pesadillas, en el momento en que su mesa tenía dos sillas y no solo una, en el momento que su cama tuvo dos almohadas y no una, cuando empezó a comprar comida para dos. Pero ya se había acostumbrado y lo necesitaba en su día tras día, Horacio se volvió más que en su juguete sexual e invadió su corazón.

One Shots GTA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora