6. Drama pre-fiesta de graduación.

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Archie

Está oscureciendo, son casi las nueve de la noche. Ronnie y yo entramos a mi casa, hago una inspección rápida para comprobar si mamá se encuentra en casa o no.

Al darme cuenta de que no hay nadie más, vuelvo con Ronnie, le hago una seña con la cabeza para que vayamos a mi cuarto. Ella asiente con una sonrisa, cierra la puerta de la entrada y tomando mi mano, me sigue hasta las escaleras, subimos al primer piso y caminamos en dirección a mi cuarto.

Abro la puerta y le indico que entre primero, ella obedece, entra a mi cuarto, deja su bolsa en cima de mi escritorio y voltea a verme. Mientras cierro la puerta siento su mirada en mi espalda, me giro para encontrarme con esos ojos color avellana. Ella sonríe y sin poder evitarlo le devuelvo la sonrisa.

Veronica suelta una pequeña risa, desvía la mirada unos segundos, pero no tarda en regresarla hacía mis ojos y sin dejar de lado esa expresión de felicidad, empieza a caminar hacía mí, pero lo hace de una forma que me hace enloquecer. Camina con pasos seguros, como si fuera una modelo, su mirada se ve algo traviesa y a la vez sensual, y su sonrisa, Dios, su sonrisa tan juguetona, sexy y tierna a la vez, me hacen sentir mi corazón latir fuerte.

No soy muy inteligente, de hecho por puro milagro logré terminar la escuela, bueno por puro milagro y por Ronnie y Betty, aunque eso no es lo que importa ahora, porque lo que intento decir es que sin ser muy inteligente, sé que el corazón de una persona no se puede salir sólo por sentir tanta emoción, bueno, eso es lo que sé y espero que esté bien, sino en pocos segundos moriré.

Ronnie se detiene unos pocos centímetros cerca de mí, logro percibir la dulce fragancia que emana de su cuerpo, la combinación de ese perfume caro que usa, las cremas elegantes y su aroma natural, provocan que empiece a cuestionarme si no he perdido la cordura. Veronica mira unos segundo mi pecho o mi cuello, sonríe al darse cuenta lo pesado que trago saliva y podría jurar que siente mi pesada respiración.

Después de unos segundos, de una manera tan lenta y pausada, va subiendo su mirada hasta que sus ojos se encuentran con los míos, ambos sonreímos al mismo tiempo. Ronnie es la sensualidad en persona, se quita su abrigo de una manera tan exquisita y única que siento que ya no sólo mi corazón es el que va rápido, sino también mis ojos porque quiero admirar cada detalle de su cuerpo. Lleva una blusa azul marino de terciopelo y pareciera que tuviera un collar de diamantes incrustado en la zona del cuello, en la parte de abajo lleva una falda negra corta. Se ve tan hermosa y puedo jurar que no hace nada para lograrlo, no se esfuerza ni un poco porque ella simplemente es perfecta.

Suspira una vez más y lleva sus dos brazos en dirección de mi cuello, lo rodea con sus brazos y de esta manera la distancia entre los dos se reduce, los centímetros se vuelven en milímetros, mi respiración se vuelve aún más pesada y mis latidos más rápidos.

Ronnie mira mis labios y luego mira mis ojos, hace esto más de una vez. Soy incapaz de contar cuantas veces porque sin poder evitarlo hago lo mismo que ella. Trago saliva cuando veo como ella entre abre sus labios, y mientras hace esto mira directamente los míos. Dejo caer mi mochila que llevaba en mi mano izquierda, la pateo alejándola de nosotros y rodeo su cintura con mis brazos atrayéndola más a mí. Ella aún mirando mis labios suelta un suspiro que me hace delirar.

Sin poder contenerme más, la beso y lo hago como si fuera la última vez. La beso con cada centímetro de mi boca para sentir cada centímetro de su boca, la atraigo más a mí intentando reducir cualquier tipo de espacio entre los dos. Ella me sigue el beso con el mismo deseo.

Ronnie empieza a caminar hacia atrás, en el camino giramos un poco. Nos detenemos antes de llegar a mi cama y nos separamos.

Me mira y siento mi cuerpo explotar, siento que en cualquier momento lloraré de emoción, moriré de amor o me volveré loco.

Esté donde esté (Varchie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora