16. Nueva vida

638 34 41
                                    

NOTA: justo después del final del capitulo anterior y antes del inicio de este, va el prólogo, pero olvide agregarlo en el capítulo anterior, bueno en realidad decidí no agregarlo porque sentí que ya hubiera sido muy largo el capítulo, así que sólo puedo recomendarles que antes de empezar a leer este cap, vayan a leer de nuevo el prólogo por si no recuerdan bien que pasó (básicamente Veronica y Archie se despiden porque al día siguiente ella se va de Riverdale)

Eso es todo, ya pueden continuar leyendo este capítulo, espero que lo disfruten porque a partir de aquí es el salto de tiempo y siendo sincera esto si será más espontáneo, no he logrado descifrar que pasará con Varchie después del salto de tiempo, así que seguiré basándome en mis teorías. (:

Ahora sí, comenzamos con este capítulo.

~~~~~

Siete años después

Veronica

Despierto al sentir los rayos de sol entrar por la ventana, me quejo un poco y giro mi cuerpo para así darle la espalda a la ventana. Estiro mi mano y abro los ojos al sentir este lado de la cama, vacía.

Me siento sobre la cama, doy un ligero bostezo y poco a poco abro mis ojos hasta que estos logran estabilizarse a la luz, una vez que lo logro, miro en dirección de mi mesita de noche y compruebo la hora, apenas son las nueve y media de la mañana. Frunzo el ceño, ¿Dónde está Chad un sábado a las nueve y media de la mañana?

Me pongo mis pantuflas y me pongo de pie, camino hacia un perchero que tengo cerca de la puerta de mi habitación, tomo mi bata para dormir y me la pongo.

Salgo de la habitación y empiezo a caminar por la casa buscando a mi esposo. No lo encuentro en la sala, ni en el comedor y tampoco en la cocina, pero en este último lugar, se encuentra Judy, la chica que me ayuda con las cosas de la casa.

—Buenos días, Judy.— entro a la cocina, me siento en una de las sillas de la barra y tomo una manzana.

—Buenos días, señorita Veronica.— rodo los ojos al escucharla hablar así, me hace sentir una señora.

O sea, sé que ya soy una señora desde hace casi un año pero, tampoco estoy tan grande, apenas tengo veinticinco.

—Ya te he dicho que me digas Veronica.— la miro mal y doy un mordisco a mi manzana. Noto como Judy se pone un poco roja, se seca las manos con un trapo, ya que estaba lavando unos platos, y se acerca a mí.

—El señor Chad me ha dicho que me debo de dirigir de esa manera a ustedes.

—Pero Chad es serio, muy estructurado y acostumbrado a esas cosas, pero yo no, sabes que él es el aguafiestas de los dos, y yo soy la buena onda– ambas soltamos una pequeña risa– hablando de él, ¿sabes si salió?

—Sí, salió temprano, como a las 8, me dijo que iría a desayunar con un socio, y me pidió que le preparara el desayuno a usted– asiento no muy convencida, es sábado y quisiera poder pasar todo el día con él, apenas si lo veo– dijo que volvería al medio día.

—Bien...–  suspiro, pero al sentir la mirada de Judy sacudo mi cabeza y esbozo una sonrisa falsa– ¿y que desayuno delicioso preparaste esta mañana para mí?

Judy al ver que parece ser que no tomé a mal el hecho de que mi esposo salió temprano sin avisarme, me regala una sonrisa y camina hacia la estufa. Empieza a servir mi desayuno sobre un plato y me acerca un plato de fruta fresca que picó.

...

Aproximadamente a las tres de la tarde escucho la puerta de la entrada de mi casa abrirse. Dejo a un lado el libro que he estado leyendo desde hace una semana, me quito mis lentes y miro directamente hacia la puerta por la que está entrando ahora mismo Chad.

Esté donde esté (Varchie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora