Verónica
Después de terminar de curar a Archie y de nuestra pequeña plática. Nos encontramos recogiendo todas las cosas de Archie para irnos a su casa. Si vamos a ir a la fiesta de graduación, él necesita descansar, así que debemos irnos ya.
Una vez que termino de guardar todas las cosas de Archie en su mochila de boxeo, volteo a verlo. Él me observa. Alzo una ceja intentando descifrar el misterio detrás de esa mirada pero no logro descifrar que ocultan esos mágicos ojos.
Me sorprendo un poco al ver que me observa con una expresión triste o al menos eso es lo que yo percibo, lo que logro interpretar, pero no entiendo el porque de esa expresión. Archie me observa como un niño cuando acaba de cometer una travesura y se siente mal porque traicionó la confianza de su mamá y teme que esta se de cuenta de lo que hizo.
Me acerco a él con pasos sigilosos, tal vez podría lograr descubrir que esconde detrás de esa mirada.
Él sacude la cabeza cuando voy a mitad de mi camino. Cambia su expresión y está vez me mira con una sonrisa encantadora.
Llego hasta él, me paro justo en frente de él, me pongo de cuclillas para estar a su altura ya que él está sentado y tomo su manos.
—¿Qué pasa, Archiekins?, ¿Qué es lo que ocurre en esa cabecita?— sonrío mientras llevo una de mis manos a su cabeza. Acaricio su cabello y observo detenidamente su mirada, para ver si logro descifrar que pasaba en esa cabeza.
—Nada Ronnie, sólo hablar del baile me puso algo melancólico– hace una pequeña mueca pero después sacude la cabeza– aunque la verdad prefiero no hablar de eso ahora, no me quiero poner triste antes de tiempo.
Sonrío.
A veces me siento tonta porque siempre que estoy a lado de este chico sonrío como tonta todo el tiempo, es como si fuera incapaz de controlar el impulso de sonreír, él sólo sentir su respiración cerca de la mía, oír su voz o ver sus ojos, me derriten y por instinto sonrío, todo el tiempo.
—Me parece perfecto, Archiekins.—me acerco un poco hasta quedar a escasos centímetros de su rostro. Me tomo unos segundos para observar la perfección de su cara. A pesar de estar llena de golpes y cortadas, sigue luciendo perfecto, tan irresistible como siempre.
Cuando ya no logro aguantar más, beso suavemente sus labios, él suelta mis manos y con una de sus manos toma mi rostro, acercándome más a él, logrando profundizar el beso.
Intento separarme, pero no lo logro, él parece no querer romper el beso y para ser sincera yo tampoco, pero sé que si no me aparto en este momento, en cuestión de segundos terminaremos sin ropa haciendo el amor contra los lockers del vestidor y esa no es mi idea de descanso para Archie.
—Archie...– hablo con dificultad entre sus labios, el sigue sin soltarme, al contrario parece que está luchando por profundizar nuestro beso– ya debemos irnos, es tarde.
—Ronnie, no me quiero ir, quiero estar aquí contigo.— me quedo sorprendida por la tranquilidad que hay en su voz ante esta situación. Yo no puedo controlar mis nervios, siento un calor ardiendo en mi interior.
—Pero...necesitas descansar.— entre cada beso lucho por tomar algo de aire y lograr hablar claramente pero esos labios sólo me complicaban mi trabajo. Sus rojos labios me hacen querer desear más y más.
—Ronnie– después de varios besos se separa un poco aún sosteniendo mi rostro, pero esta vez con ambas manos, me mira muy serio, parece que me fuera a decir algo de vida o muerte– yo no quiero descansar, quiero estar contigo, quiero unirme a ti justo ahora. Son nuestras últimas noches juntos y lo único que quiero justo ahora es arrancarte la ropa y expresarte de más de mil maneras cuanto te amo.
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Esté donde esté (Varchie)
Roman d'amourVeronica Lodge y Archie Andrews se conocieron hace años, justo cuando ambos iban en Riverdale High. Todo esto ocurrió después de que Veronica dejara su adorado Nueva York por Riverdale, "the town with pep". Una noche igual que todas la noches en Ri...