⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ 𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤

· cɑpítulo 2 ·

A pesar de que ese día no habría clases, Kim Sihyeon ya estaba preparada para ir a las instalaciones del colegio de todos modos. Su amiga iba a tener una práctica muy importante, y había insistido tanto para que fuera que no pudo negarse.

Bajó a la cocina, tomó el almuerzo que su madre había dejado en el comedor y se puso su casco. Iba de salida cuando algo la detuvo, vio la botella de agua de su amiga tirada en la sala de estar.

— Esta niña irresponsable. — dijo molesta mientras agarraba la botella y regresaba a la cocina para llenarla de agua. — ¡Ya me voy mamá te amo! — gritó una vez terminada su labor.

— Yo también te amo mi cielo, me llamas cuando llegues.

Su madre no había finalizado la frase cuando Sihyeon ya se encontraba fuera de la casa.

Metió la botella en la canasta blanca de su bicicleta y se puso sus audífonos para escuchar Years de Astrid S durante el viaje.

El colegio no le quedaba lejos, por ello le gustaba tomar la ruta que pasaba en medio de aquel jardín que tanto apreciaba.

Esa temporada había más flores de las que esperaba. Vestían esa pradera de un color rosado pastel con un perfume a frescura característico de la primavera. Se detuvo un rato y arrancó algunas flores para decorar su canasta, antes de continuar su camino.

Estacionó su bicicleta en el lugar de siempre. Tomó una flor de su canasta para ponersela en el cabello, y se dirigió a las canchas.

— No esperaba verte aquí hoy.

Sihyeon volteó para averiguar quién le dirigía la palabra.

— Oh, hola Hwan. — le saludó mientras seguía su camino.

— Ho-hola Sihyeon — se le notaba nervioso — ¿Qué haces aquí tan temprano?

— Una amiga me pidió que la acompañara a su práctica ¿Y tú?

— Estoy en tutorías, jeje. — respondió el muchacho rubio, de la misma estatura que su acompañante. — Oye, bonita flor.

— Gracias. — dijo Sihyeon, seguido de un silencio incómodo.

— Tu bici también esta bonita ¿es nueva? — preguntó Hwan intentando romper el hielo.

-— No, solo la pinté de amarillo. — respondió indiferente.

— Claro sí, um, oye, ¿sabes que entré al equipo de básquetbol?

— ¿En serio?

— Bueno sí, y no. — respondió tartamudeando — fui a práctica, pero estoy más que seguro que lograré entrar.

— Felicidades — le felicitó sonriendo.

— Ey, tengo que irme, te veo mañana.

— Mañana es sábado.

— Oh sí claro, perdón, el lunes. — se corrigió, dándose cuenta que había olvidado invitarla a salir.

— Claro.

Al llegar a la cancha buscó, sin éxito, a su amiga entre el equipo de porristas. Se sentó en las bancas delanteras para poder ver bien la rutina; ya se estaba preocupando, las chicas iban a comenzar en cualquier momento y su amiga aún no aparecía.

— Por Dios Park Jiwon ¿dónde estás?

Y como si la hubiera escuchado, Jiwon entró corriendo y pidiendo disculpas a la entrenadora y a su aquipo. Volteó a ver hacia los asientos y Sihyeon la saludo con una sonrisa.

Jiwon se notaba contenta, la persona tan importante que quería ver se encontraba en primer fila, con una flor decorando su cabello y una hermosa sonrisa dirigida hacia a ella.