· cɑpítulo 48 ·

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Estaban recostadas en el suelo, justo sobre la alfombra mientras hacían un juego de sombras con las manos y una linterna.

Sihyeon había llegado a casa de Jiwon justo después de la escuela. En cuanto entró a su cuarto la rubia tuvo la gran idea de hacer un fuerte de almohadas.

Tomaron los cojines del sofá y los subieron a la habitación, amarraron sabanas, y utilizaron almohadas hasta crear la torpe guarida en la que se encontraban.

Jiwon hacia la sombra de algo que parecía un gato, mientras que Sihyeon en contraste, imitaba a un perro con la mano.

La señora Park les había traído helado y galletas. A pesar de que ambas habían comido tanto no fue impedimento para cuando el padre de Jiwon las llamó para cortar el pastel.

Era tarde, la noche ya había caído pero las chicas se esmerarían en esperar la lluvia de estrellas hasta la madrugada si debían hacerlo.

Sihyeon se recosto en su costado viendo a Jiwon aún jugando con la lámpara y sus manos.

— Bonito collar — elogió la castaña al ver la cadena de oro con un corazón que pendía del cuello de su amiga.

— Gracias — dijo sosteniendo el dije —, me lo regalo Seoho.

La sonrisa de la menor se borró casi al instante, arrepentida de haber preguntado.

— Y mira — continuó la rubia, sacando un cuadro, del tamaña de un cuaderno, de su gaveta —, Serim me regalo un mapa estelar — dijo emocionada —. Es del día en que nací.

— ¡Wow! — exclamó la castaña, genuinamente sorprendida —. Esa chica de verdad tiene un corazón muy grande. — admitió con una sonrisa —. Espero que la cena con Mia haya ido bien.

— Será difícil superarlo.

— ¿El qué?

— El regalo de Serim.

Sihyeon volteó los ojos — No puedo dartelo aún.

— ¡¿Como que no?! ¡Pero si ya es mi cumpleaños!

— Aún no es tiempo.

— El día esta a punto de acabarse...

— ¿Qué dices? Pero si los cumpleaños no terminan hasta que sale el sol — refutó la castaña con obviedad.

La mayor bufó aceptando la derrota, con miedo a que su amiga la amenazara con no darle nada si seguía insistiendo.

— Oye — llamó Sihyeon desviando el tema —, ¿q-quieres salir a ver las estrellas? — no esperaba titubear en ese momento, el hecho la avergonzó un poco pero notó que Jiwon no se había percatado de lo sucedido.

— Ni siquiera tienes que preguntarmelo.

La rubia saltó fuera del fuerte de almohadas y se dirigió a su ventana. No tenía patio, así que acostumbraba ver las estrellas en el techo de su casa. No le importaba, sentía que así estaba más cerca del cielo.

Sihyeon la siguió torpemente, salir a esa altura le aterraba, pero lo haría por Jiwon.

Se recostaron con el rostro hacia la noche, contando los destellos que adornaban el cielo.

— ...Y ese es el cinturón de Orión — explicaba Jiwon después de darle toda una lección sobre constelaciones a Sihyeon.

— ¿Esos tres puntitos?

— No son puntitos — le imitó Jiwon, algo ofendida por su comentario —, son tres brillantes estrellas que forman parte de un asterismo.

⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora