Se arregló tarde y de mala gana. Olvidó por completo la fiesta, y cuando se dio cuenta, Hwan ya se encontraba en su puerta, esperándola.
Se puso una simple camiseta blanca y jeans rotos, nada muy pensado. De todos modos era una fiesta de neón y no tenía intenciones de gastar su buena ropa cuando probablemente terminaria llena de pintura.
Se encontró con el rubio justo en la entrada de su casa. Vestía algo parecido a lo que ella traía puesto, pero complemetandolo con unas gruesas botas negras. ¿Acaso se veía más alto?
— H-hola Sihyeon — titubeó — ¿como estas? — preguntó tragando saliva y tornándose rojo por la timidez.
— Bien — contestó en seguida, pasándolo de largo. Se detuvo en seco al ver una motocicleta completamente negra estacionada frente a la casa.
— Toma — dijo el mayor alzandole un casco negro con el vidrio templado - ¿necesitas ayuda para subir?
— No — la castaña se acercó a la moto y subió sin problemas —. Vamos, sube — espetó mientras se abrochaba el casco.
Hwan asintió y obedeció.
Al escuchar el arranque de la moto Sihyeon se sostuvo de la agarradera trasera del vehículo, con su vida. Se negaba rotundamente a abrazar la cintura del rubio, prefería que le doliera la espalda y que sus dedos se quemaran con el escape de la moto a aferrarse al chico.
Ya se sentía lo suficientemente mal con haber aceptado la invitación de Hwan y haberle dado ilusiones, todo por... celos.
Igual, actuar fría era algo fácil para ella.
Solo entraría a la fiesta, pasaría ahí una hora y diría que tiene una emergencia familiar y ya.
No sería tan difícil... ¿Verdad?
Al llegar ni siquiera aceptó la ayuda que Hwan le ofreció para bajar de su motocicleta, y aún así el muchacho abrió la puerta del lugar para ella. No entendía porque estaba siendo tan amable.
En cuanto entraron Sihyeon sintió como un extraño líquido se deslizaba por su espalda, y de la nada fue atacada por algunas personas de la fiesta para ponerle collares de colores y lentes neones.
Estaba bañada en pintura fosforescente.
Todos a su alrededor tenía vasos coloridos, los globos brillaban contra la luz ultravioleta, al igual que su camiseta.
Supo de inmediato que no le iba a agradar estar ahí.
Camino unos pasos intentando perder a Hwan antes de chocar contra Aisha, quien derramó la bebida que traía en la mano.
— ¡Aisha unnie! Lo siento mucho, yo-
— N-no pasa nada — tartamudeó —, hay muuuchooo más de donde vino estooo~~ — expresó entre risas. Se notaba que esa no era su primera bebida.
— ¡¿D-donde está Yiren?! — preguntó Sihyeon casi gritando, era imposible tener una conversación con la música retumbando con fuerza.
— ¡A-arriba! — eructó — descansando.
— ¡Pero es su fiesta!
— ¡Por eso! — rio — Amo a Yiren pero ella nunca ha sido buena para beber — dijo tambaleándose — ¡Oh por cierto! Tu chica esta aquí.
Sihyeon se sobresalto antes de abalanzarse contra Aisha y taparle la boca — ¡Shh! ¡Callate! — exigió — ¡Alguien podría escucharte!
— ¡Aigh! ¡¿A quién le importa?! — resaltó quitando las manos de la menor — Además, nadie esta escuchando, mira, ¡SOY LESBIANA! ¡LESBIANA, LESBIANA, LESBIANA! — gritaba a todo pulmón sin que nadie volteara hacia ella — ¡Y SIHYEON TAMBI-
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⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ 𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤
Roman d'amourKim Sihyeon se niega a aceptar lo que siente por su inexperta mejor amiga Park Jiwon, hasta el día en que aparece el capitán del equipo de básquetbol. Ambas se encontrarán en una redada de sentimientos que les hará darse cuenta que son más cercanas...
