⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ 𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤

· cɑpítulo 25 ·

Habían varias cosas de las que Sihyeon se arrepentía en su vida, pero haber entrado a esa sala de cine el día anterior superaba cada una de ellas.

No sólo por haber sido bruscamente interrumpida cuando iba a dejar caer una avalancha de sentimientos hacia Jiwon, si no que su superior se dio cuenta de que salió de su puesto de trabajo para “perder el tiempo”.

La obligó a hacer un turno extra si no quería ser despedida. Le arrebató su viernes por la noche, no le iba a pagar la semana, le levanto un alta por agarrar palomitas sin pagar y lo peor de todo, ahora tenía que soportar a Hwanwoong coqueteandole torpemente.

No lo odiaba, pero que le hablará de esa manera la ponía incomoda. Quería decirle en la cara que no podia estar con él, por más que lo intentará, porqué gustaba mucho de alguien más... de una chica. Pero ni siquiera las personas más cercanas a ella lo sabían, y se negaba a que alguien como él fuera el primero en descubrirlo.

Hacia su ronda alejándose lo más posible del chico. Era viernes por la noche y la clientela era impresionante, Sihyeon atendía lo más rápido que podía para salir de ahí antes si era posible, pero la fila no dejaba de crecer.

Sihyeon levantaba la vista de vez en cuando con la esperanza de que la fila se hubiera reducido un poco, lo cual no sucedía.

Notó a alguien familiar al fondo de la fila pero no le tomó importancia, continuaba concentrándose en su labor. Cada vez que levantaba la mirada esa persona, a la que no le lograba ver bien el rostro por la cantidad de gente, se acercaba más.

Se dio cuenta de que iba con otra persona, así que alzó más la mirada para lograr verle. Su corazón se detuvo al reconocer a su acompañante.

— ¡Mierda!

— ¿Sucede algo? — preguntó Hwanwoong ante la repentina reacción de su compañera.

— ¡Me lleva! — exclamó ignorando al chico y llenando las bebidas de su cliente con rapidez. Al entregarlas se dio la vuelta para resguardarse en el puesto de empleados.

— ¿Pero que haces? — volvió a interrogarla su compañero.

— S-solo me iré un rato.

— Pero... hay mucha gente que atender. — se quejó con notable nerviosismo en su voz.

— Vamos. — insistió la chica poniendo un dedo en el pecho de Hwan. — Solo esta vez ¿sí? — puchereo.

El muchacho se sonrojó ante la acción de su menor y asintió obediente.

Sihyeon se mantuvo cerca, escondida disimuladamente detrás de la puerta que llevaba al cuarto de empleados.

Se asomaba de vez en cuando hasta que Jiwon llegó con su “pareja” al mostrador.

La castaña se aseguro de que ya se habían retirado para volver a su puesto.

Iba a salir de su escondite pero se presentó un impulso aún más grande.

— Debería seguirlos. — pensó. — Solo para vigilar que trate bien a Jiwon. — continuó. — Solo será para eso, y regreso. No creo que a Hwan le importe.

Salió del cuarto de empleados por la puerta que llevaba hasta el pasillo de las salas de cine, y esperó a Jiwon para seguirla.

Iba detrás de la pareja pero lo único que lograba escuchar era la risa de Jiwon, música para los oídos de Sihyeon.

Le llamó la atención que la rubia repetidas veces veía disimuladamente hacia la mano de Seoho. Logró notar que tuvo la intención de tomarla, pero su timidez le ganaba.

Sihyeon veía la escena despectiva. Se sentía celosa y triste, pero no lo quería aceptar.

Seguía convensiendose de que esos sentimientos egoístas no tenían nada que ver con que estaba siguiendo a su amiga a su primera cita. De que solo estaba ahí para cuidar de ella porque le importaba que no saliera lastimada.

Cuando la pareja entró a la sala Sihyeon se quedó afuera esperando para darles tiempo de encontrar sus asientos, haciendo más fácil su escabullida.

Al estar afuera se quitó su chaqueta de trabajo y se la amarró en la cintura, se soltó el cabello y se arregló la gorra para que le tapara los ojos, y se dispuso a entrar.

morida