Kim Sihyeon se niega a aceptar lo que siente por su inexperta mejor amiga Park Jiwon, hasta el día en que aparece el capitán del equipo de básquetbol.
Ambas se encontrarán en una redada de sentimientos que les hará darse cuenta que son más cercanas...
Las chicas se encontraba sentadas fuera de una pequeña oficina justo, detrás del mostrador del puesto de palomitas.
— Soy un manojo de nervios. — Le mostró su mano a su amiga para enseñarle lo temblorosa que se encontraba, esta la tomó y la puso entre las suyas, usando su calor para tranquilizarla.
— Estas siendo dramática Sihyeon. Obtendrás el trabajo, solo respira.
La castaña imitaba los ejercicios de respiración que hacia su amiga, en otro desesperado intento de calmar sus escrúpulos.
— ¿Kim Sihyeon?
Un joven con la placa de “Gerente” prensada en el bolsillo de la camisa de su uniforme salió de dicha oficina.
— Soy yo, buenos días. — Sihyeon se levantó rápidamente y le dio una reverencia.
— Buenos días Sihyeon, pasa.
Se despidió de Jiwon y esta le dio la característica seña de "Hwaiting!" deseándole suerte mientras su amiga entraba con el muchacho.
20 minutos después Sihyeon ya había dado por terminada la entrevista.
— ¿Como te fue?
— Sí obtuve el trabajo. — respondió emocionada.
— Me alegro mucho por ti. Pero saliste un poco rápido ¿No crees?
— Bueno, sí, supongo...
— Mmhh, a mi se me hace que le gustaste un poco al gerente Park. — mencionó con afán de molestarla.
— Deja de decir tonterías.
Las chicas se encaminaron hacia las escaleras eléctricas con intenciones de irse del centro comercial.
— Por favor, te esta mirando. — dijo Jiwon.
— ¿Como lo sabes? — la menor se notaba visiblemente irritada ante las constantes suposiciones de su contraria.
— Solo lo sé. Observa si quieres.
Sihyeon vio disimuladamente detrás de su hombro y atrapó al gerente viendo directo a su dirección, éste desvío la mirada en cuanto lo descubrieron.
— Te lo dije.
— ¡Que asco!
— Esta guapo.
— Es como 10 años mayor que yo, por favor Jiwon.
— Estoy bromeando, tranquila. — dijo la rubia de manera burlona.
Estaban a punto de llegar a las escaleras cuando Sihyeon notó un rostro familiar aparecer de las escaleras ascendentes.
— ¡Hwanwoong!
— ¿Qué? — preguntó la mayor confundida.
Arrastró bruscamente a su amiga de vuelta al cinema y rápidamente buscó una columna donde esconderse.
— ¿Sihyeon qué pasa?
— No quiero que Hwan me vea.
— ¿Por qué?...
— Shhh
Hwanwoong se acercó al mostrador, al parecer estaba preguntando por alguien.
— ¿Por qué tiene un folder en la mano? — se preguntó la menor.
El gerente apareció y lo saludo estrechandole la mano.
— Ay no.
— ¿Puedo saber que te esta pasando?
— No lo puedo creer, vamos a trabajar juntos.
— ¿Con quién?
— ¡Con Hwanwoong!
— ¿Qué importa?
— Debo renunciar, no puedo quedarme aquí. — exclamó Sihyeon ignorando la pregunta de su mayor.
— No seas ridícula. Nisiquiera sabes si lo van a contratar.
— Se nota que son amigos. ¿No viste que se saludaron con la mano y ahora andan de platicadores?
Jiwon analizó la escena de los dos muchachos conversando.
— Nos va a ver si intentamos irnos.
Agarró a su menor de la mano y se dirigió a la venta de boletos donde le podían dar la espalda a los contrarios.
— Me da dos boletos para la próxima función. — pidió la rubia.
— ¿Cualquier función señorita?
— Sí, no importa.
— Jiwon ¿Qué haces?
— Invitarte a ver una película ¿o quieres irte y arriesgarte a que ese tipo te vea?
Sihyeon se quedó en silencio.
— Eso creí.
La mayor pagó los boletos y se dirigieron a las salas de cine apuradas.
La película estaba a punto de comenzar, no había nadie así que las amigas se dieron la libertad de sentarse justo en medio de la sala.
En cuanto se sentaron, de la pantalla completamente oscura aparecieron las letras que mostraban el título de la película.
“Retrato de una Mujer en Llamas”
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