· cɑpítulo 51 ·

143 31 8
                                        

Serim cerro la puerta del aula y se adentro al pasillo para regresar con Sihyeon.

Iba a paso veloz, preocupada por haber dejado a Sihyeon sola sí, pero también porque tenía un temor similar al de su amiga.

Sin darse cuenta comenzó a chocar con los estudiantes que se atrevesaban en su camino, pero ella no les dio importancia, hasta que el impacto contra alguien la hizo caer.

Sus notas se desparramaron por todo el suelo, su mochila medio abierto hizo que sus lápices salieran volando y ella sufrió el mismo destino que sus pertenencias.

Comenzó a recoger sus cosas rápidamente, sin levantar la mirada, pero en eso sintió como alguien más se incorporaba para ayudarle.

— ¿Estas bien? — dijo la voz alzandole su sacapuntas.

Serim la reconoció.

— Sí — contestó en seco.

Se puso de pie, giro sobre sus talones e intento retomar su camino. Pero una mano en su hombro la detuvo.

— Onda espera.

Su aliento se estanco, sus pies se congelaron en su lugar y su vista se nublo, no quería esta ahí, no quería hablar con ella.

Pero se quedó.

— Por favor... — pidió Mia viendo nada más que la espalda de la menor— ... disculpame.

— ¿Por qué te disculpas? — preguntó dejando salir una risa nerviosa — No has hecho nada.

— Perdoname... Por lo que te hizo mi papá.

La mirada de la pelinegra cayó al suelo, intentando no recordar las duras palabras que escucho esa noche.

— No me hizo nada.

— No me mientas.

— Yo-

— Sé lo que hizo. Lo confronte.

Serim trago saliva, y finalmente se dio la vuelta para encarar a la mayor — Esta bien — dijo —, ya no importa. De todas maneras tú-

Los brazos de Eunji cubriendo su cuerpo la interrumpieron.

— Perdón por lo que te hizo — susurró —, no mereces eso.

Serim suspiro, escéptica, pero se dejó llevar hundiendo la cabeza en la curva de su cuello, devolviéndole el abrazo.

— No quiero que te sientas culpable por lo que hizo el señor Han.

— ¿Como esperas que no me sienta así por como te habló? — le reprochó —, es una persona horrible.

— No digas eso — pidió, deshaciendo el abrazo —, es tu padre.

— ¿Y qué? No quita el hecho de que sea una mala persona.

La menor rió — Supongo que tienes razón.

— ¿Esta ocupada?

— No — respondió casi hipnotizada por la pelicorta —, no... Digo sí, sí, lo siento — balbuceó al recordar que había dejado a su amiga sola —. En realidad, debo irme ya.

— ¿Segura?

— Sí, disculpame.

— Esta bien, no te preocupes — le calmó la rubia al ver lo alterada que se había puesto la contraria —. Puedes irte, no hay problema — aseguró dándole una cálida sonrisa —. Adiós Serim

— Adiós Mia.

Onda continuó su trayecto. Pero decidió dar un vistazo por sobre su hombro hacia donde Eunji se encontraba.

Se arrepintió inmediatamente.

Ese chico había ocupado su espacio, para dejarle una rosa en su casillero abierto, y alejarse tímidamente con la tierna mirada de Mia posada en él.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora