Kim Sihyeon se niega a aceptar lo que siente por su inexperta mejor amiga Park Jiwon, hasta el día en que aparece el capitán del equipo de básquetbol.
Ambas se encontrarán en una redada de sentimientos que les hará darse cuenta que son más cercanas...
Comían helado en la camioneta del padre de Jiwon mientras reían.
Sihyeon se sentía en la cima del éxito en ese momento, era surrealista lo cerca que estaba de cumplir su sueño.
— Apareciste de la nada, te juro que creí que eras un secuestrador o algo así — contaba Sihyeon entre risas.
— De nada por cierto — dijo Jiwon levantando una ceja —. Fue un placer haberte ayudado.
Sihyeon volteó los ojos — Gracias por obligarme a hacer algo que no quería — río.
— Pues te ves muy feliz como para pensar que no lo deseabas.
Sihyeon suspiro — Okay sí — se resignó —. Gracias Jiwon.
— Por nada — contestó, levantando los hombros.
— ¿C-como supiste que necesitaba ir a la audición? — preguntó Sihyeon derrepente mientras se llevaba una cucharada de postre a la boca.
— Serim me llamó — reveló.
Una media sonrisa se dibujo en el rostro de Sihyeon — Es una buena amiga.
— Sí que lo es — afirmó volteando a ver a su menor — Oh... Sihyeon, tienes helado en la mejilla.
La castaña se limpio el lado contrario a la mancha haciendo reír a su mayor.
— Dejame ayudarte — Jiwon tomó una servilleta y se acercó al rostro de la menor. No se dio cuenta del momento en que sus rostros quedaron a una distancia tan corta. Dejó de limpiarla para después acariciar su mejilla.
Sihyeon no pudo hacer más que rendirse ante el toque de la rubia.
Jiwon rozó sus labios con los de Sihyeon, dudosa, pero la castaña le correspondió de inmediato.
Se hundieron en un remolino de sentimientos, sin poder separarse la una de la otra, cada vez más pérdidas en el perfume que emanaban sus cuerpos.
Sihyeon queria detenerse sabiendo que estaba mal seguir sintiendo esto por ella, por ser la tercera en discordia en esa relación. Pero su cariño era tan profundo y tan sincero que solo pudo sucumbir ante ella. Estaba borracha de amor.
— Perdoname — suplicó Jiwon entre sus labios —. Te lo pido.
Los recuerdos de todo lo que había pasado por Jiwon atravesaron su mente, mortificandola al punto de sofocarla.
— ¿A que estas jugando? — exigió separando a Jiwon de ella mientras lloraba incapaz de poder contener su tristeza.
— Por favor, perdoname — imploraba besando las lágrimas de la menor en busca de sus labios.
— Jiwon... — llamó Sihyeon siendo interrumpida por los tortuosos besos de la mencionada — Jiwon basta.
— ...¿Me quieres?
— No me hagas decirlo. — sollozó, con el enojo apoderándose de ella. — No me hagas decirlo, porque lo sabes, pero no quie-
— Dímelo — soltó — por favor dilo.
— ¿Tú acaso me quieres a mi?
Jiwon abrió la boca sin la posibilidad de decir nada.
— ¿Me quieres como para decírselo al mundo, como quiero gritarlo yo? — reclamó apreciando como las lágrimas se apoderaban de la mirada de Jiwon, sin darle respuesta alguna — ¿Y así quieres que te perdone? — espetó.
Abrió la puerta del auto pero Jiwon la tomó del brazo evitando que se fuera — Lo siento — pidió en tono suplicante —. No sé lo que hago, no sé porque- — decia sin poder terminar su oración — Sólo sé que entre soñarte y extrañarte... Tengo que hacer espacio para vivir.
Sihyeon espetó una pequeña risa, soltandose del agarre de la mayor. Sin dirigirle la palabra salió de la camioneta.
Dejando a Jiwon destrozada.
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