· cɑpítulo 53 ·

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Jiwon llegó a su casa después del colegio.

Saludó a su madre con un beso en la mejilla y una sonrisa que se plasmó en su rostro hasta que entró en su habitación.

Tiró la mochila y dejó caer su cuerpo sobre su cama.

Y lloró.

Habían pasado ya dos semana desde que beso a Sihyeon por primera vez.

Desde entonces mantenía su rutina de imitar risas falsas con Seoho durante el día y llorar amargamente por Sihyeon hasta la madrugada.

Quería dejar de asistir a clases para evitar verla y cruzar miradas con sus hermosos ojos chocolate. Le partía el alma tener que fingir indiferencia hacia la persona que no podía sacar de su cabeza.

No sabía que sentir.

La estaba ignorando porque le daba miedo enamorarse; o al menos aceptar que lo estaba.

A ella le gustaban los hombres.

Pero Kim Sihyeon...

Le dolía cada vez que su madre preguntaba por ella, porque Jiwon ya no tenía una respuesta a esas preguntas.

Odiaba y amaba verla feliz junto a Onda y junto a Yiren, porque el saber que ella no estaba pasando por la misma tortura que ella sentía era una especie de consuelo.

Llegaron días en los que pensó que iba a morir de tristeza. Se preocupó tanto que tuvo que buscar una vaga razón para no destruirse.

Hasta que encontró una perfecta distracción en su rutina de porrista, usándola como único método de supervivencia.

No quería comer por extrañar a Sihyeon pero lo hacía para no desfallecer durante el entrenamiento.

No dormía por miedo a soñar con Sihyeon acariciando su rostro mientras sus labios se envolvían en una beso de cuento de hadas; pero lo hacía para no llegar tarde a sus prácticas.

No deseaba arreglarse para poder pasar desapercibida al lado de la castaña, pero lo hacía para verse presentable durante la rutina.

Y aun así, hacia todo eso porque sabía que Sihyeon no faltaría a ni una sola práctica.

La estaba tratando de la manera más fría posible y a pesar de ello ella seguía ahí.

La veía en cada entrenamiento.

La saludaba todas las mañanas.

Le deseaba suerte en cada examen.

Apenas acercándose porque ella aún tenía algo de respeto por los sentimientos de la rubia.

Jiwon ya no vivía el día.

Estaba tan enojada y confundida. Pasaba noches enteras intentando convencerse de que era imposible que le gustara una chica. Pero esas noches de desveló no hacían más que confirmar lo que en realidad sentía.

Tenía tanto miedo.

Lo que sentía le aterraba.

Sabía que no tenía el mismo valor que la menor como para resistir el maltrato de terceros que señalan con disgusto el amor de dos almas.

Las personas pueden llegar a ser tan crueles. Al punto de petrificar a una joven solo por desear amar a alguien que la ama de vuelta... otra chica.

¿Pero qué dirían sus compañeros?

¿Qué dirían sus vecinos?

¿Que dirían sus padres?

...¿Que le harían a Sihyeon?

Le mataba pensar que Sihyeon tendría que pasar por lo mismo que Serim.

Tenía miedo de que ella tuviera que esconderse para poder liberar lo que siente.

Incluso habían despedidos a la señorita Kim y a la entrenadora Moon por nada más que un beso...

¿Sihyeon tendría que pasar por eso también?, ¿solo para estar con ella?

... ¿Seria justo?

Amaba a Sihyeon y amaba el deseo de pasar cada minuto con ella pero el temor a ser juzgada y señalada la dominaba.

Saber que necesitaba el permiso de terceros para poder amar la sofocaba.

Lo único que podía hacer era llorar...

Y anhelar...

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⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora