Kim Sihyeon se niega a aceptar lo que siente por su inexperta mejor amiga Park Jiwon, hasta el día en que aparece el capitán del equipo de básquetbol.
Ambas se encontrarán en una redada de sentimientos que les hará darse cuenta que son más cercanas...
Fue de las primeras en llegar a la parada. Park Jiwon se despidió de su padre agradeciéndole infinitamente por el nuevo permiso que le había logrado conseguir, pero éste le recordó que a quien debía agradecerle era a Sihyeon.
Se abrió paso entre los escasos estudiantes que se encontraban esperando el bus, poniéndose de puntillas para poder ampliar su campo de visión. Afortunadamente, encontró lo que buscaba.
Se acercó al grupo de Sihyeon, Serim y Eunji, e hizo lo mejor para no interrumpir su conversación.
— Creía que los golden 3 tendrían un autobús para si mismos. — dijo la menor del grupo.
— Así es, pero Yiren no asistirá, y estar sola con Chan se me hace un poco incómodo — admitió —. Además, no hay mejor compañia que mi Serim. — rodeó a la mencionada con su brazo y la acercó hacia ella. Jiwon notó el enrojecimiento en la tez de la menor lo cual respondió solo con una sonrisa hacia la peli negra, su enamoramiento no podía ser más obvio.
— Buenos días. — saludó la rubia cuando encontró un espacio para hablar.
— Hola Jiwon. — respondieron con una sonrisa, Eunji y Onda se acercaron para abrazarla pero al separarse, ella se acercó a Sihyeon para hacer lo mismo.
— Gracias por el permiso Sihyeon — murmuró al abrazarla —. ¿Qué haría sin ti?
— Morir seguramente. — susurró de vuelta.
Sihyeon le sonreía aún cuando el abrazo se rompió, pero de repente Jiwon notó el semblante de Sihyeon apagarse.
— Las espero en el autobús. — dijo cabizbaja.
La rubia se sintió extrañada por el repentino cambio de la menor, la iba a seguir hacia el autobús pero una mano en su hombro se lo impidió.
— Hola Jiwon.
— Oh, hola Seoho. — respondió recuperando la sonrisa.
— Y hola señoritas ¿Como están?
— Muy bien. — solo la pelicorta se digno a responder, mientras que la frialdad de Onda era casi palpable.
Seoho sintió el frío viento venir del aura de la menor, y supó que su presencia no era deseada, así que decidió retirarse.
— Bueno damas, no las molesto más. Solo quería saludar a mi novia — dijo dándole un beso en la sien a esta —. Nos guardaré asientos. — le susurró.
Jiwon se sonrojó ante lo dicho por el mayor, pero al mismo tiempo sintió aflicción. Quería entrar al bus primero para tomar la ventana, le encantaba viajar junto a la ventana.
Los estudiantes comenzaron a llegar en masa así que el grupo de chicas se acercó cautelosamente a la entrada del bus para estar listas en el momento que las llamaran para ocuparlo.
Después de un tiempo en el cuál las amigas continuaron platicando, la maestra Moon salió del autobús vestida con su traje deportivo.
— ¡Hora de irnos! — gritaba — ¡Suban de forma ordenada!
Era un bus enorme, lo suficiente como para que tres clases completas se trasladaran en él.
Jiwon fue la primera en entrar después de entregar el permiso, le siguieron Serim y Mia quienes se sentaron juntas en los asientos delanteros.
La rubia divisó a Sihyeon en la parte trasera del transporte, viendo hacia la ventana, sola. Sintió un impulso para ir hacia ella pero la mano que levantó su novio para saludarle de nuevo desvío su atención.
Se sentó junto a él emocionada. El chico sacó su celular, conectó los auriculares, y le pasó una de las bocinas a la rubia.
— ¿Escuchamos a ONEWE? — propusó.
Jiwon asintió sonriente. Era una banda reciente que rápidamente se había convertido en la favorita de ambos, y usaban cualquier oportunidad que se presentara para escucharlos.
Mientras la música sonaba los estudiantes poco a poco acaparaban los espacios libres. Seoho estaba hablando de algo, de la banda seguramente, pero Jiwon no le prestaba real atención.
Sin percatarse daba sutiles vistazos hacia atrás, notando que Sihyeon continuaba solitaria.
— Entonces... ¿Qué dices?
— ¿Como? — la repentina pregunta le arrebató su trance.
El contrario rió negando con la cabeza — Te pregunte si te gustaría ir a McDonald's conmigo durante el tiempo libre.
— Claro — contestó con una sonrisa, distraída —. Me encantaría.
Continuó viendo la soledad de Sihyeon a través de fugaces miradas. No sabía porque pero el hecho de que la chica nisiquiera volteara hacia ella le revolvía el interior; y al mismo tiempo, se sintió mal por no atreverse estar a su lado.
— ¡Buenos días chicos! — los gritos de la sonriente maestra Kim interrumpieron sus pensamientos.
La profesora de botánica era famosa entre los estudiantes. Tenía el cabello rosa hasta los hombros, lo cual era prohibido por el colegio, pero lo que más se hablaba de ella eran sus diversas hazañas. Se lanzó de un avión, fue a una isla desierta sola, y básicamente hablaba lo que pensaba sin importarle la opinión de terceros.
Jiwon la admiraba mucho, esperaba algún día gozar de esa valentía.
La pelirosa contó con la mirada a los estudiantes presentes antes de voltear hacia la maestra Moon quien se encontraba al volante.
— ¡Todo listo! — le avisó a su compañera — ¡Vamonos!
Pero la delgada maestra de educación física se retiro del asientos del conductor, viendo con autoridad a los estudiantes.
— Separense — ordenó —. Mujeres en los asientos de la derecha, hombres a la izquierda — el grupo se quejó en unísono, negándose a levantarse con rapidez —. ¡YA! — la estruendosa exigencia hizo eco en el vehículo, haciendo que todos rebotaran de sus lugares.
— Lo siento. — le dijo Jiwon a su pareja mientras se ponía de pie, él solo se despidió con un puchero tomándole la mano.
Al soltarlo, la rubia se dirigió a los últimos asientos, casi dando saltos al ver que aún había oportunidad de estar al lado de su menor.
Abrió la boca para pronunciar unas palabras. Tal vez para disculparse por dejarla sola, tal vez para agradecerle de nuevo por el permiso; pero antes de que pudiera decir algo, Sihyeon ya se había levantado de su asiento, abriéndole pasó para cederle la ventana.
— Ahora sí podemos irnos — pronunció Moon, con una victoriosa sonrisa.
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