· cɑpítulo 23 ·

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Sihyeon estaba tan absorta en sus sentimientos encontrados que no escuchó la puerta de la sala de cine abrirse.

Continuaba lanzando palomitas a diestra y siniestra hasta que el sonido de alguien sentándose abruptamente a su lado hizo que se detuviera.

— ¿Que coño haces?

— ¡¿J-Jiwon?! — exclamó sorprendida

— ¿Por qué gastas palomitas así?

— ¿Como supiste en qué sala estaba? — preguntó ante la repentina presencia de su amiga.

— No estabas en tu puesto de trabajo, así que le pregunté a tu compañero y dijo que habías entrado a ver algo, y haz estado tan enojada esta semana que me imagine que querías estar sola.

— Ajá ¿y?

— Nadie viene al cine un jueves, y si vienen, dudo que vayan a ver una película en blanco y negro que esta en francés. — continuó quitandole la caja de palomitas. — Hasta compré una entrada para esta película porque estaba segura de que estarías aquí.

A Sihyeon esas palabras le provocaron un enrojecimiento en sus mejillas. Desvío la mirada de nuevo hacia la película con una pequeña sonrisa en su rostro.

— ¿Siempre es tan fácil escaparte del trabajo?

— No sé, pero el gerente nunca me dice nada.

— Porque le gustas. — se burló la rubia.

— Si puedo ver películas gratis, pues vale la pena.

La risa de ambas lleno la sala, Sihyeon extrañaba esos momentos con Jiwon. La vio reírse, viendo a la pantalla y apreciando la felicidad reflejada en sus ojos.

“Désirant qu'une vague d'amour s'épanouisse en moi.”

Sihyeon no le había prestado vital atención a la película hasta ese momento, donde logró leer rápidamente los subtítulos. Su corazón comenzó a latir fuertemente ante aquella escena, tanto que quisó ser egoísta solo por esa vez

Quería suplicarle que no fuera a esa cita, que se quedará con ella, que tuvieran una cita solo ellas dos, una cita de verdad. Quería explicarle que le gustaba mucho, que cada vez que la veía solo la imaginaba entre sus brazos.

Abrió la boca para sacarlo todo. Pero un estruendo en la entrada de la sala la detuvo. Ambas chicas voltearon y vieron una Onda cargada con refrescos y un enorme tarro de palomitas.

— ¡Hola! — saludó con una sonrisa, ignorando que había botado la mitad del tarro en la entrada.

Paso frente a ellas de forma que Sihyeon quedará justo en medio.

— Te traje Sprite. — dijo la pelinegra dándole un vaso grande a Sihyeon.

— G-gracias Onda. — tomó el vaso sonrojada por lo que estuvo a punto de liberar.

— ¡Qué lindo te queda el uniforme! — exclamó la menor quitándole la gorra a su contraria para probarsela.

Sihyeon asintió con la cabeza aún estremecida por lo que había querido decir.

— Oye ¿Ya no estas molesta?

— Y-yo nunca lo estuve. — dijo desviando la mirada hacia el suelo.

— Lo dudo.

Regresó la mirada hacia la menor molesta, pero esta vez logró ver la tristeza en sus ojos, y lo sutilmente hinchados que estaban. Inclinó su rostro hacia ella para susurrar.

— ¿Estas bien Onda?

Serim con una vista triste y algo desconcertada por ser descubierta asintió con la cabeza.

— Esta bien. — murmuró. — Si necesitas hablar, aquí estaré.

Rodeó a la menor con un brazo haciéndole saber que tenía su apoyo. Dándose cuenta que ella también necesitaba a alguien que la entendiera para sacarlo todo y aclarar su mente.

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⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora