Kim Sihyeon se niega a aceptar lo que siente por su inexperta mejor amiga Park Jiwon, hasta el día en que aparece el capitán del equipo de básquetbol.
Ambas se encontrarán en una redada de sentimientos que les hará darse cuenta que son más cercanas...
Jiwon tragó en seco al sentarse ¿Qué había sido eso?
Todo su cuerpo se tensó cuando sintió a Sihyeon acomodarse junto a ella, sin pronunciar una palabra.
Le había cedido la ventana. ¿Pero por qué? ¿Como lo sabía? ¿Tanto la conocía?
La acción de la menor nubló sus sentidos por la cantidad de preguntas que bombardearon su cabeza, y antes de que se diera cuenta sus manos ya estaban sudadas y sus mejillas sonrojandose al sentir a la castaña tan cerca de ella.
Dirigió sus pupilas hacia Sihyeon con la cabeza estática, tenía la mirada pérdida, paseando sus ojos hacia la ventana. Admiró como los rayos del sol dominaban los poros de su piel, y sintió un poderoso impulso por sentir sus labios contra su rostro, en ese momento el poder besar su tez parecía un exclusivo privilegio.
Su teléfono sonó avisandole de una notificación, lo cual usó de excusa para desviar su atención y distraer sus irreverentes pensamientos.
Seoho🏀
Oye ;) Mañana te esperare en el restaurante.
Esta bien, enviame la ubicación.
Oh, recuerda que nos quitaran los teléfonos al llegar, un mapa será suficiente.
Supongo que los van a devolver durante el tiempo libre.
Ooh ¡Cierto! Pero que novia tan lista tengo.
(´∧ω∧`*)
También llevemos un mapa por si acaso.
De acuerdo.
♡
♡
—
Levantó la mirada para encontrarse con la de Seoho un par de asientos frente a ella. Le estaba sonriendo, sonrisa que ella le devolvió débilmente.
Su atención no tardó en posarse sobre Sihyeon de nuevo.
Su teléfono volvió a sonar pero sabía que solo era la ubicación del restaurante. Así que no se molesto en desbloquear el célular.
Estaba concentrada en la alta castaña a su lado.
Quiso pensar en las clases, en el tiempo que pasaría con su novio, en su rutina de porrista, cualquier cosa que le impidiera pensar en la menor. Pero no importaba lo que hiciera, su mente siempre regresaba a Kim Sihyeon.
El gesto había sido tan... natural. Intentó recordar si lo había hecho antes y llegó a la conclusión de que siempre había llegado con anterioridad para tomar la ventana, así que nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.
Era imposible ignorarla, estaba junto a la ventana pero aún así lo único que veía era a su mejor amiga apreciando lo que se encontraba tras el cristal.
De que servía tener los horizontes, el cielo, y las nubes a su disposición cuando tenía a la flor más hermosa sentada a su lado. El paisaje no era nada, nada en comparación a estar junto a ella.
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