· cɑpítulo 59 ·

120 27 12
                                        

Era la mañana del gran juego.

El torneo interescolar se llevaría a cabo durante la tarde. Pero los estudiantes tenían la obligación de presentarse en el colegio horas antes para ayudar en la decoración y organización del evento.

Jiwon se arregló para su rutina de porrista.

Era su día.

El juego era de los hombres, pero la rutina era solo suya.

No deseaba distracciones.

Tomó su maletín, y subió al autobús, completamente concentrada en su juego.

Llegó muy temprano, casi no había nadie en los pasillos, pero la cancha de basquetbol estaba ocupada por el equipo del colegio que jugaría ese día.

Seoho volteó hacia ella, regalándole una sincera sonrisa, recibiendo a cambio una rota exposición de dientes de parte de Jiwon.

Su cuadro de porristas no llegaba, así que optó por deambular por la escuela.

Salió a la entrada de las instalaciones, viendo como llegaban las personas que se encargarían de transmitir el torneo en vivo.

Vio a más estudiantes llegar en masa, y se encontró con la entrenadora a cargo.

— Buenos días Jiwon.

— Buenos días Entrenadora Choi.

— Llegaste antes.

— Sí, quería ser la primera en llegar.

— Ya veo — dijo con una sonrisa —. Las demás llegaran en un rato, si me necesitas búscame en mi oficina ¿esta bien?

La rubia asintió para que luego la mujer la pasará de largo.

Decidió volver a entrar, ahora los pasillos estaban más llenos, varios decorando las paredes, muchos otros pintando sus rostros con los colores representativos de la escuela, también vio como el entrenador tomó a uno de los muchachos más altos del colegio obligándolo a disfrazarse de la mascota. Todos parecían estarse divirtiendo mucho.

Pero ella sentía que algo le faltaba.

Aún la carcomia ese cruel vacío que ella misma creo.

No podía creer que había sido tan estúpida.

Y como si fuera un mal chiste, el destino comenzó hacerle una mala jugada.

En cuanto se volteó vio a Sihyeon ahí parada justo en medio del pasillo, hablaba con Onda y con Yiren y otra chica muy alta que se le hacia familiar

Por inercia dio un par de pasos en su dirección antes de detenerse.

¿Qué estaba haciendo?

¿Qué iba a decirle?

¿Con qué cara iría a hablarle?

El vértigo la golpeó. Pensar en todo lo que había perdido por sus estúpidas decisiones la aturdian. Sentía que se iba a quedar ahí, viendo a Sihyeon, para siempre.

Un repentino impulso tomó control de su cuerpo.

Como si el viento la empujase comenzó a avanzar hacia la castaña, sintiendo que en ese momento nadie podría detenerla.

Pero las consecuencias de sus actos eventualmente se hicieron presentes.

— ¡Oye! ¿Adonde vas?

Jiwon giro sobre sus talones para encontrarse con su novio sosteniendo su maletín.

— Ten — dijo acercándose a ella — lo dejaste en la cancha.

— Gracias.

— ¿Donde ibas? Parecías muy apurada.

— ¿Qué? — preguntó intranquila, aún en medio de su trance — N-no... A ninguna parte.

— Mhh, okay... — respondió el chico, confundido — ¿Preguntaste sobre el concierto?

— ¿Disculpa?

El joven rió — ¿Que si te dieron permiso para ir al concierto de Onewe conmigo?

— Oh eso, claro, sí.

— ¿Sí podrás ir?

La rubia asintió.

— Increíble — dijo el muchacho intentando retener su emoción — Tengo que irme. Te veo después ¿sí?

— Okay.

Vio al chico alejarse.

Y cuando volteó hacia el pasillo, Sihyeon había desaparecido.

La pena recorrió sus venas al darse cuenta de que no estaba por ningún lado.

Parecía una ridícula escena dramática pero no podía hacer más que pensar que Sihyeon se había desprendido completamente de su vida, para siempre.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora